Se vistió, tomó su mochila del piso y se miró unos breves segundos en un espejo que había a la mitad del pasillo, le costó trabajo reconocerse a sí mismo.
No quería ir a la escuela, ya no era algo que le apeteciera, en realidad ya no tenía ánimos de hacer nada, pero sus padres habían hecho todo lo posible para que se adaptarán a su nueva realidad.
Estaba por salir de la casa cuando su padre lo detuvo poniendo la mano en su hombro, pudo ver cómo se movían sus labios y luego lo guio hasta el comedor donde su madre lo esperaba con un plato de comida. Se sentó sin ganas y solo por la presión de las miradas decidió consumir aquellos alimentos.
Mantuvo la mirada siempre baja, por algún motivo no le gustaba la idea de ver las bocas de sus padres moverse sin poder entenderles. Igual no hacía diferencia alguna, no es como si pudiera escucharlos de todos modos.
Luego de terminar se puso de pie, pensaba tomar el transporte público como antes pero nuevamente fue detenido; su papá le habló con mímica como si de un idiota se tratase, dándole a entender que él lo llevaría.
El camino fue horrible, las luces de la radio estaban encendidas e imaginó que sonaban las noticias o la música de ancianos que su padre acostumbra escuchar cuando maneja solo.
No tenía idea de que le esperaba al bajarse del automóvil, tampoco quería pensar en eso, ya había tenido suficiente de sus pensamientos; el paisaje era extraño aunque ya tuviera un par de años haciendo la misma ruta.
Le pareció que llegaron muy rápido, al entrar en el estacionamiento vio varios rostros conocidos pero justo ahora eran desconocidos. ¿Lo mirarán de manera distinta cuando cruce la entrada principal?
Salió del vehículo, su papá imitó su acción y ambos entraron por la gran puerta; caminaron juntos a la oficina de su tutor. Nunca había entrado ahí, no le alegraba para nada ir en esas circunstancias y mucho menos al lado de su padre.
Hubo una charla entre ambos hombres pero él se dedicó a observar los diplomas acomodados de manera pretenciosa en la pared, las plumas que estaban en un vaso sobre el escritorio y también miraba sus zapatos.
En algún momento entró en su campo de visión la mano de su tutor, le dio tres golpes al escritorio para llamar su atención y le pasó una nota
Los profesores están conscientes de tu situación, van a apoyarte dándote apuntes extra por clase y también los temas que te perdiste mientras estabas en recuperación.
Tu asiento en todas las clases ya fue designado y ellos te indicarán cual es.
Si tienes problemas para adaptarte puedes venir a mi oficina y te ayudaré.
Cuando terminó de leer lo miró y asintió con la cabeza, su papá se levantó y estrechó la mano del profesor, desacomodó el cabello de su hijo y salió con rumbo al trabajo.
Yoongi fue escoltado por su tutor, al llegar al aula ya había un par de compañeros y su maestra, las pocas miradas se centraron en él y tras un intercambio de palabras el hombre le palmeó la espalda y lo dejó a cargo de alguien más. La profesora le indicó con la mano y una mueca en el rostro donde iba a sentarse y así comenzó su día.
Odió por completo su nuevo lugar, antes ocupaba una banca junto a la ventana, detrás de otras dos personas, donde podía ver al jardín y no sentirse abrumado cuando la pizarra se llenaba de letras o números, era como su escape del estrés; ahora mismo estaba enfrente, en la segunda fila de la puerta hacia la ventana, lo único que podía ver era al frente y la puerta.
Era una ventaja tomando en cuenta su situación pero simplemente le era difícil, los labios de su maestra se movían y no dejaba de hacer anotaciones, elegía personas al azar para responder pero él ni siquiera se molestaba en mostrar interés.
Así pasaron aproximadamente cuatro horas y tres profesores más, dos le dieron muchas hojas con apuntes, otro lo miraba cada tres minutos con cierta lástima.
Tenía un período libre que siempre usaba para comer pero ese día decidió quedarse en el aula con la cabeza agachada.
Finalizaron sus clases y con rapidez salió del salón y entró al de al lado que estaba desocupado, observó por la ventana por alrededor de una hora; aún tenía algo pendiente y le daba miedo plantarle cara a dicho asunto.
No quería ver a Jimin, bueno, si quería pero sentía pánico de confrontarlo ya que su último encuentro fue horrible. No sabía que iba a pasar ¿Qué le dirá al verlo?
Tenía muchas cosas que quería preguntarle y decirle como ¿Qué es eso en lo que ha estado tan metido? ¿Cómo le ha ido ese mes que tenían sin verse? ¿Qué piensa de la situación? Sin embargo no lo haría, es decir, no podría escuchar ninguna de sus respuestas y eso iba a dolerle en lo profundo. Aún no estaba listo para eso.
No quería ver los labios de Jimin moviéndose en vano.
Estaba cansado de estar en el salón, tenía mensajes de su madre, padre e incluso de su novio pero no quiso responderlos, se limitó a simplemente leerlos.
Los primeros dos le preguntaron por su día en la escuela y a que hora iba regresar, tomando en cuenta que no tendría práctica. Y el último le preguntaba sobre su ubicación.
Desde donde estaba podía ver la entrada de la escuela, vio a sus compañeros y luego de un rato vio a Jimin recorriendo el lugar, el chico dio muchas vueltas por diversos lugares hasta que se topó con tres chicos y tras unos ligeros minutos de charla se separaron.
Park se quedó de pie unos segundos y luego salió de la escuela, esa fue su señal para partir también.
Tuvo algo de miedo de que al llegar a casa estuviera esperándolo pero no fue el caso, se sintió entre decepcionado y aliviado por eso.
Esta estrategia de evasión se convirtió en su rutina diaria.
Buenas, ¿Cómo están? Espero que bien :D
Vota y comenta. Si eres la vieja satánica no vengas a pedir la reconciliación jajaja
Los quiero mucho, cuídense y nos leemos en el próximo capítulo
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Te escucho || YOONMIN
FanficYOONMIN Min Yoongi siempre ha escuchado atentamente los problemas, quejas, comentarios, día a día, canciones, etc, de su novio. Park Jimin adora cantar y ver como su novio arrasa con todo el mundo en cada juego de béisbol. Ambos se han prometido pa...