Te escucho || YOONMIN

Capítulo 5

El juego de los cuartos de final se jugaría en el campo de la universidad de Yoongi, ahora mismo el equipo estaba reunido para recibir instrucciones de su capitán y algunas palabras de aliento antes de salir a darlo todo. Se oía un gran revuelo afuera, seguramente los fanáticos- tanto visitantes como locales- estaban haciendo de las suyas para mantener animada la multitud.
Namjoon se paró en medio de los chicos y aplaudió para llamar su atención.

-El juego de hoy parece que será el más difícil de la temporada- empezó- Es contra el mismo equipo con el que jugamos la final el año pasado y como saben, o están por saber, se trató de ver quien presionaba más al otro para hacerlo caer. Estoy anticipando que usen nuevas jugadas o que su bateo se haya vuelto más fuerte, además que sus novatos son particularmente buenos- hizo una pausa cuando vio que empezaban a preocuparse- Pero nosotros no somos los mismos del año pasado, somos mejores, unidos, valientes y defenderemos en título que nuestros compañeros ganaron; no vamos a dejar que nada nos detenga o nos asuste ¿O si?- un gran "no" retumbó en la sala- ¿Vamos a permitir que nos ganen en nuestra propia casa?- "No"- ¿Vamos a enorgullecer a nuestros fanáticos y cerrar la boca de aquellos que nos ven con desprecio?- "Si"- ¿Qué vamos a hacer?- "Ganar"- No los escuché- "¡Ganar!"- Entonces salgamos a dar lo mejor de nosotros y demostrar quien manda-

Varios chicos se pusieron de pie y salieron del salón directo a la cancha, el entrenador le dio una palmada al capitán y siguió al entusiasmado grupo. Namjoon recogió su careta de una silla e iba a salir pero fue detenido por su compañero y amigo.

-Buen discurso, capitán-

-Lo que hiciste el año pasado debes repetirlo, Suga- contestó mirándolo- Baekhyun querrá tomar venganza-

Baekhyun era considerado el mejor lanzador de su generación, su famosa bola rápida dejaba paralizado a todos lo que debían batear, bueno a casi todos. En la final del año pasado Yoongi fue capaz de golpear la bola cada una de las veces que la lanzó, justo como había dicho Nam, ese juego se trató de presión y para la mala suerte de sus rivales ellos no cedieron.
Los expertos afirmaban que el equipo que tuviera a ese lanzador y ese bateador no podrían hacer otra cosa más que implorar piedad pero sería más interesante verlos como rivales en las grandes ligas.

-No voy a dejarlo ganar- ambos empezaron a caminar pero el bateador visualizó a su pareja que parecía esperarlo- Ya te alcanzo-

-No tardes mucho- adivinó su objetivo- O de lo contrario voy a obligarte a dar vueltas extra en el entrenamiento de mañana-

-Escuché que Seokjin vino a ver el partido- le sonrió- Demos nuestro mejor esfuerzo-

No tuvo respuesta y tampoco le importó porque ya estaba lejos de él, en cuanto vio a Jimin sintió que su corazón dio un brinco de ternura. El chico estaba usando una camiseta que tenía grabado su número de jugador por enfrente y atrás, y su nombre en la espalda, era del mismo color de su uniforme: negra, era la primera vez que se la veía puesta.

-Solo quería desearte buena suerte antes del juego- dijo con aires de inocencia pero sus brazos estaban en una posición muy obvio para desviar su atención a la camiseta- Estaré apoyándote todo el tiempo-

-Jiminie- se le acercó y le dio un beso corto- Deberías de usar eso más seguido, hoy no dejaré que te la quites-

El comentario hizo sonrojar bastante al chico y luego de volverlo a besar corrió a alcanzar a sus compañeros de equipo.
Desde el primer segundo se sentía la competitividad en el aire, la tensión era tanta que incluso los fanáticos la percibían en sus asientos, las primeras tres entradas fueron las más duras para ambos, el marcador se fue en cero y aunque tenían su arma secreta no servía de nada si no podía completar la carrera. En la cuarta entrada cada equipo se llevó dos carreras, una fue hecha por Suga pero sólo porque logró robarse las bases, cosa que hizo enojar mucho al lanzador.