LEXA
Me siento como una estúpida, está claro que es así como todos me ven en estos momentos. No me informé, solo actué dejándome llevar por el pánico, por el temor tal cual dijo Richard. Me he vuelto una cobarde. Acabo de llegar a esté grupo y yo misma me he cerrado las puertas, ahora estoy en el asiento del copiloto de la camioneta, sola.
Sarah me ha dicho que debo tranquilizarme, que todo está bien y que no permitirán que me lastimen. Agradezco su intento de ayudar, no obstante por dentro ardía de ganas por gritarle que se callará, que no tenía miedo, porque no lo tengo o al menos trato de convencerme de eso.
Veo una silueta que vine hacia mí, y rápidamente la reconozco, es David.
—Está helando —me informa al tiempo que abre la puerta del conductor y se sienta frente al volante —. ¿Quieres hablar? —pregunta cauteloso.
—¿Puedo ser una cobarde contigo por dos minutos?
—Uno, dos, tres... —Eso me hace reír y que mis ojos se humedezcan, pero me controlo.
—Tengo miedo, estoy aterrada de solo pensar que puedo perder todo lo que me queda.
—¿Hablas de tu hermano y Evan?
Asiento.
—Liz es una chica dulce y pura, yo en cambio no soy dulce y ni de lejos soy una buena persona. Eso sin contar que quedarnos aquí es retar a la muerte, no quiero que les pase algo —murmuro sin poder controlar las lágrimas —. Me he vuelto una cobarde. Me estoy desboronando y no quiero.
—Cuando te saqué de aquella celda no podías mantener los ojos abiertos ni por cinco minutos seguidos, sin embargo lo intentabas y lo lograste. No podías caminar, más te arrastrabas para poder avanzar, porque necesitabas encontrarlos. Le exigiste a tu cuerpo y mente más de lo que podían brindarte en aquellos momentos y condiciones, y ¿sabes lo que lograste? —lo miro fijamente mientras me toma por la barbilla —. Te fortaleciste. Linda, esa niña Liz es una bonita chica, pero tú eres espectacular y ahora estás aquí llorando por algo sin sentido porque a) Hasta un ciego puede ver que Evan te ama a ti y b) Tú no te desmoronas, eres titanio, solo estás liberando presión, eso es indispensable para cualquier humano. Lexa, no dudes de ti, eres no solo hermosa, sino inteligente, tú dominas tu escenario.
Me da un beso en la frente y me atrae hacia él.
—¿Crees que somos los buenos? —inquiero. David se queda pensando un momento, ordenando sus ideas para responder.
—Creo que no existen los buenos ya. Todos estamos contaminados por el dolor y eso nos ha hecho malos, no obstante la diferencia radica en qué tanto se esfuerza el malo por hacer lo más cercano a lo bueno. Y entonces sí, si somos los más cercanos a lo bueno.
Medito sus palabras y nos quedamos en silencio durante un tiempo que no sé distinguir como magnitud, al menos hasta que vemos cómo Evan sale de la casa y se dirige a la camioneta, momento en que David se despide y baja de la camioneta donde lo saluda con un movimiento de cabeza y se va.
Evan sube a la camioneta y cierra la puerta, pero deja que el silencio nos envuelva antes de hablar.
—Lexa, no puedo ir a ningún lado...
—Evan yo... —comienzo a interrumpirlo, sin embargo alza su mano derecha para que me calle.
—Déjame hablar primero y después yo escucharé lo que tengas que decir —asiento y él continúa —. Te amo intensamente, como jamás he amado a nadie, y me volví loco cuando creí que te había perdido, sin embargo —sigue diciendo con la voz ronca por las lágrimas que piden a gritos que las libere, en cambio aprieta los puños tanto como puede —. No puedo ir contigo. Mi hermano y mis padres dieron la vida por esto, no puedo darles la espalda, merecen que vengue su muerte y eso hare. No te pediré que te quedes conmigo, acepto tu decisión y... —su pecho comienza a subir muy rápido en un intento de poder terminar la frase —. Y por ello te dejo ir, porque te amo, porque quiero que seas feliz.

ESTÁS LEYENDO
PROTOTIPO CR-6: LIBERACIÓN
Ciencia FicciónTras abandonar a Lexa y a Hana en la Ciudad, y con la muerte del Capitán Covarrubias y el General Johnson; Evan y Jacobo quedan devastados, siendo su única esperanza para recuperarlas, el confiar en lo desconocido; que junto con su dolor y sed de ve...