Después de lo sucedido en mi cumpleaños, aparte de pillar un catarro descomunal y aparte de que mis amigos y yo dejamos totalmente de jugar al Minecraft, Luna y yo hicimos las paces entre película y película. En ningún momento discutimos pero era cierto que estaba un poco molesto por lo que había pasado; era algo que hacía siempre, me irritaba algo y simplemente me callaba hasta que explotaba. A veces, durante el tiempo que pasábamos juntos ,arropados por una misma manta, Luna me preguntaba por qué estaba tan serio.
- Es que...- empezaba- Nada, nada... estoy muy pendiente de la peli.
Ella fruncía el ceño pero no sospechaba de nada.
Creo que uno de mis mayores problemas era que, a pesar de tener una confianza de oro con mi hermana, hacía todo lo posible para ponerla triste, enfadarme con ella o simplemente hablar de cualquier cosa que pudiera perjudicar nuestra relación. Otro de esos grandes problemas era Ángel que, aún incluso sin verle la cara, pensaba en él y contaba minuciosamente el tiempo que faltaba para volver a clases. Lo que más quería en Navidad era vivir para siempre con Luna en nuestro cuarto y ver películas de Disney en pijamas.
Hablando de Navidad... ese año no fue de las mejores que hubo.
- Apolo-me llamaron días antes mis padres.
Estábamos en la cocina y tenían cara seria, pensaba que me iban a volver a hablar de lo de mi cumple.
- ¿Qué pasa?
- A lo mejor Papá Noel no te puede traer la Xbox One...
- ¿Qué? ¿Por qué? Si he sido un niño bueno...
Mi padre era el que parecía más nervioso.
- Porque... este año muchos niños han pedido ese regalo.
Seguía sin creérmelo y mi respuesta a todo fue empezar a llorar.
Mi madre me abrazó.
- El año que viene seguro que hay para tí.
- Pero yo la quiero este año- sollocé.
- Cariño, las cosas no siempre suceden como queremos.
Ángel de nuevo apareció en mi mente.
- ¿Y si no pasan como queremos qué hacemos?
- Aceptarlas- respondió ella.
A día de hoy, sigo lamentando haberme llevado esa lección a cualquier situación.
- Este año no me está gustando...- dije.
Mamá suspiró y le dedicó una mirada a Papá.
- A tu padre tampoco...
- ¿A él tampoco le van a regalar lo que quería?
Ahora fue él quien me abrazó.
- Apolo, no es eso, es que... me han echado del trabajo.
Pese a su tono de suavidad sonó muy duro.
- ¿Cuándo?
- Hace unos días.
- Pero- Me separé de ellos- ¿Por qué? ¿Has hecho algo malo?
Mi padre negó con la cabeza.
- No hace falta hacer cosas malas para que te pasen cosas malas- respondió.
- Pero... ¿y te da igual?
- Claro que no, hijo. Estoy buscando más trabajos.
Agaché la cabeza.
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En la Luna residen mis esperanzas
RandomApolo era un niño que deseaba convertirse en astronauta y el primer encuentro "galáctico" que tuvo fue con Luna, su nueva hermana. Eran como el día y la noche. Él, un chico inseguro y ella muy extrovertida. Apolo nunca antes se habría imaginado que...