Capítulo XXI

35 2 0
                                    

Narra Luke

-Las heridas no son muy graves, sobrevivirá -. Dijo Han haciendo un nudo con la venda en su brazo izquierdo.
-Eso no quita que no la tenga que ver una unidad médica.-.Por mi tono de voz se dió cuenta de que estaba enfadado-¡Cuento con que lo hagas nada más llegar a Naboo!
-Tienes mi palabra...¿y tú mientras...?
-Mataré al Emperador. No dejaré que viva ni un segundo más tranquilo. Por segunda vez, ha estado a punto de destruir una familia. Casi acaba con mi mayor tesoro.

La fui estudiando lentamente.

Su piel tan pálida. La respiración débil, que apenas se notaba que sus pulmones cogieran aire. Cada una de esas heridas me dolían a mí.

Mi padre se acercó con una probeta y un estetoscopio. El primero lo puso boca abajo sobre el vientre de María metiendo antes la campana debajo.

Lo movió un poco para después sonreír.

-Escucha.

Al principio no oía nada. Frustrado me los iba a quitar, cuando poco a poco unos pequeños latidos inundaron mis oídos.

-¡Mi hijo está bien! -. Chiyé.
-¿Cómo sabes que es un niño?
-Simple intuición.
-Al menos el apellido no se perderá.

Los ojos de Han iban de Anakin a mí sin entender nada.

-Está embarazada -. Explicó.
-¡Enhorabuena, viejo amigo! -. Recibí un puñetazo en el hombro por su parte.
-Las naves ya tienen el depósito cargado, puede que no aguanten ni un asalto...pero es todo lo que tenemos -. Informó Neville.

Me puse nervioso. - Han...

El aludido asintió. -Descuida Luke. Chewie y yo cuidaremos de ella. Estarás al tanto de todo lo que pase... tú solo...procura volver...

-¿Te sientes con ganas de tener una última batalla? -. Le pregunté a R2 que estaba ya colocado en el Ala X.

Los pitidos que emitió fueron como si estuviera alegre.

Le encantaba que contase con él para cualquier misión aún sabiendo que en algún momento le podía llegar a pasar algo y dejar de funcionar para siempre.

-Tenemos que dirigirnos a Dromund Kaas.-Comunicó mi padre.
-¿Cómo lo sabes?

Él se encogió de hombros a modo de respuesta.

Por lo que enseguida supe que guardaba una carta debajo de la manga e iba ya bastante adelantado con lo que pudiese pasar.

Viajamos a la velocidad de la luz para no perder el tiempo.

Ahora dudaba si en verdad el motivo de tanta prisa era el secuestro de Obi-Wan o había algo más que se me escapaba.

Llegamos a un sitio donde estábamos rodeados de océano y selva interminable. El cielo nublado era decorado con fuertes relámpagos que parecían ser producidos por alguien del Lado Oscuro.

-Apesta a maldad por todas partes-.Se quejó el pelirrojo.
-El lugar idóneo para culaquiera de nosotros -. Se notaba el sarcasmo en cada una de las palabras de Anakin.
-¿Alguien me recuerda que hacemos... aquí?
-Buscar al Maestro Kenobi y acabar con Palpatine -. Expliqué.
-A lo primero, puede que ya esté muerto y segundo, si nos vamos ahora probablemente no nos toque las narices en unos largos años.
-Todo lo que has dicho está mal-.Una mirada fulminante por parte de mi progenitor fue suficiente-Habré repetido en numerosas ocasiones que solo yo mataré a Obi-Wan y como alguien se me adelante no le daré la oportunidad de seguir viendo la luz del sol al despertarse cada mañana. A su vez, esto solo es una oportunidad para que El Emperador lleve a cabo su plan de acabar con la jodida Galaxia si nosotros no intervenimos antes.
-Yo no quiero que mi hijo crezca escondido de un ser tan horrible que en cuanto sepa de su existencia va a querer matarle al menos que se una a él.
-¡Esta bien, vosotros ganáis!

Esto queda entre NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora