Capítulo XXVII

52 2 0
                                    

-¿Por dónde queréis que empiece?-.Inquirió Anakin al ver nuestras caras.

Me acomodé mejor entre los brazos de Luke.

-Por el principio sí eso-.Dijo Obi-Wan.
-Ejercí de Maestro sin que me nombrará nadie y a espaldas de todos.
-Hasta ahí llegamos, querido.

El Caballero Jedi se recostó contra el tronco de un árbol.

-El consejo Jedi se negaba a dejarme ser Maestro, cansado de esa situación y de los reproches que recibía, decidí hacerlo por mi cuenta y ninguno sospechó de ello.

«Ahsoka Tano.

Así se llama.

Creo que es de las pocas personas que supo la verdadera identidad de quién se escondía debajo del casco de Darth Vader.

Fue descubierta por otro Jedi, la llevo hasta Coruscant pero no encontró Maestro para ser entrenada. Después de las Guerras, dejé a Obi-Wan celebrando una victoria que por su parte el Maestro Yoda no compartía, la vi apagada, triste y a mí me venía genial, le dije de ser su Maestro, tampoco se molestó en saber si realmente lo era o no, ella aceptó, por lo que muchas veces nos escapabamos para entrenar.

He de admitir que al principio no nos llevábamos del todo bien; ella ansiaba aprender rápido y eso agotaba mi paciencia.

Trabajabamos juntos para rescatar a gente, facilitándo una alianza crucial.

Yendo de lista, desobedeció mis órdenes y perdió un escuadrón de pilotos entero.

Aún así hizo frente a muchos oponentes como Grievous y un aprendiz Sith, Ventress, incluso cazarrecompensas...

Con el tiempo se convirtió en una líder; me alegra saber que no pude elegir mejor Padawan, llevando lejos mis lecciones.

Ayudó en la Batalla de Geonosis y Mon Cala.

Nuestro vínculo se rompió cuando la acusaron de bombardear el hangar del Templo Jedi y de haber cometido algún que otro homicidio, intentó demostrar su inocencia, yo la creí por su puesto, hasta descubrí al verdadero culpable, aún así los Jedi perdieron la fe en ella, la expulsaron de la Orden siendo detenida por la República.

No se quién evitó que cumpliese condena, rechazando así unirse de nuevo a mí, marchándose para siempre.

Volvimos a coincidir, siendo yo Darth Vader, nos batimos en un duelo e inesperadamente fue salvada, de no ser así, hubiese acabado con ella.»

-¿Sigue viva?-.Inquirió el Maestro Jedi.
-Eso creo...
-La pregunta es...¿hiciste todo eso con Obi-Wan al lado y él nunca se enteró?

Pude notar como el nombrado deseaba que se lo tragara la tierra.

-Tal vez no quiso enterarse, pero apenas me separaba de él, salvo cuando quedaba con Ahsoka a solas para que completase su entrenamiento.
-Siempre vi que aprendía de tí, algo así como dos hermanos, por lo que jamás llegué a imaginarme que fueses su Maestro.
-Supongo que a día de hoy no sabes nada de tu aprendiz-.Habló Luke.
-No, tengo una ligera sospecha de que se encuentre en Shili pero tampoco he echo nada por saber si es verdad.

Continuaron con la conversación pero a mí me acabo venciendo el sueño.

En el aparecía Luke con un bebé en brazos que no llegué a distinguir si era niño o niña. Sonreía mirando hacia mí dirección, pero cada vez que daba un paso, ellos se alejaban más.

-¿Tiene algo malo el pan?
-No, pero hay alimentos que a tu hijo no le gustan.
-Puedo preparar otra cosa si quieres...

Estaba tan sumido en sus pensamientos que ni se dio cuenta que metió la servilleta dentro de su bol de leche, que rápidamente quité.

Esto queda entre NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora