« Caminaba por los pasillos de la nave, escondiéndome de los grupos de Soldados Imperiales que aparecían con sus armas preparadas para acabar con los Rebeldes.
La guerra había empezado.
El Emperador junto con el que era su aprendiz en ese momento, habían mandado un Superdestructor y varios Ejecutores aprovechando la debilidad de sus contrincantes.
-Kenobi anda por aquí -. Escuché hablar una voz de lo más grave.-Tengo una cuenta pendiente que resolver con él.
-Tranquilo mi buen amigo.
-Esta aquí por mí... Aunque noto que no ha venido solo.A fuera, las naves se chocaban unas contra otras o disparaban sin control para todos lados y si tenían suerte daban a alguien. Poco les importaba en ese momento que fuera uno de su mismo bando.
De un momento a otro me encontré rodeada de clones, aunque no tenía miedo, para eso realmente se entrenaba a un Jedi.
-Es una Rebelde -. Dijo uno de ellos.
-De aquí no sales viva.
-¿Y si la encerramos en una celda?Deje de prestarles atención ya que si tenían pensado matarme no hacía falta dar un discurso antes.
-Solicito hablar con el Canciller.-.Observé cómo todos se echaron a reír - Le puedo ser muy útil, pedazo de imbéciles.
-Sin insultar, escoria.
-Demostrad lo contrario.Apretaron con fuerza las sujeciones alrededor de mis muñecas ya que no se fiaban de que fuera a utilizar alguna tecnica Jedi con ellos. Lo que no sabían es que no necesitaba tener las manos libres para ello.
Solo esperaba que el tiempo perdido lo aprovechara Obi-Wan para salir de aquí.
El Emperador tan feliz veía todo sentado y al lado de él dos guardias reales. En cuanto me vió, su expresión cambió a la de un anciano que sentía compasión por alguien.
-Joven niña acaba de pasar algo muy grave...-. Observó para todos lados poniéndose serio -¡Déjennos solos! Esto es algo que debo tratar con ella.
-Mi Lord puede ser peligrosa.
-¡Qué se vayan, he dicho!Uno a uno fueron saliendo.
Suspiró, acercándose con tristeza hacia mí para quitarme los grilletes torpemente.
-Tenía a uno de los tuyos retenido, pero fue ver al Maestro Kenobi y salió disparado a por él. Mucho me temo que no saldrá bien el encuentro.
-¿Usted sabía que yo estaba aquí?
-Lo que no sabré yo, querida niña.
-Tengo que encontrar a Obi-Wan...Me di la vuelta para irme pero él colocó una de sus manos temblorosas encima de mi hombro.
-Es tarde, ya le habrá encontrado... Además, él es dañino para todos...
-¿Estamos hablando de un sith?
-De alguien que vendería a un miembro de su familia con tal de salirse con la suya.-Parecía hacer un esfuerzo enorme por respirar. - El Imperio llevaba detrás de él hace mucho tiempo, creía que sería increíble dominar la galaxia a su lado pero me traicionó y a vosotros, los Rebeldes, también.Fue entonces cuando sentí un golpe en la Fuerza. Era como si una espada láser me hubiera atravesado el pecho pues el dolor era muy intenso ahí. Salí de allí corriendo, aunque no se en que momento me alcanzó el Emperador, yendo a su ritmo; cuando llegué al hangar donde tenían las naves listas para despegar, vi a mi Maestro en el suelo tirado. No reparé en si había más personas, solo me centré en él. Arrodillandome a su lado, con las lágrimas resbalando sin control por mi cara, estiré mi mano para acariciar su rubio pelo por última vez.
-¿Quién te ha echo esto? -. Sollocé-¿Por qué tú? Se supone que tenías que haberte ido...
Obi-Wan no tardó en desaparecer quedando únicamente su túnica.
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Esto queda entre Nosotros
Ciencia Ficción«-Maestro Kenobi, ¿nos volveremos a encontrar? -No lo sé, joven Luke. Algo dentro de mí, me avisaba que era la última vez que le vería.» ¿Qué le pasó a Obi-Wan? ¿Quién acabo con su vida? ¿Por qué lo hizo? María, cree ser la mano derecha del Emperad...