Capítulo IV

154 6 1
                                    

Narra Luke

-Me gustaría mantener el control manual durante un rato.

Otro sonido.

-No es que confíe en Lando, R2. Pero es amigo de Han. -. Miré para la pantalla comprobando que todo estaba bien. - Por cierto, se reunirán con nosotros más tarde.

El androide no dejaba de emitir sonidos.

-Sí R2, 3PO está con ellos.

En ese momento me acordé, del día que llegaron a mi vida, por parte de los Jawas en Tatooine, cuando mi tío los compró para que ayudasen en la granja. Entonces lejos quedaba todo sobre los Jedis, el Imperio y mi padre.

-R2 están todos bien, ¿qué pruebas necesitas?. ¿Acaso quieres que nos manden un brazo de 3PO?

Sonreí. Seguí pilotando tranquilamente, parecía que R2 se había calmado un poco.

Lando, tenía preparado una plataforma espacial para el aterrizaje. Ya me había dicho que la iba a despejar, solo para mí. A medida que descendía me fijé que ya estaban esperandonos.

-¡Luke, viejo amigo! ¡Bienvenido a La Ciudad Nube! -. Saludó en cuanto me baje de la nave.
-¡Lando! -. Nos estrechamos las manos para después darnos un abrazo.
-¡No me lo podía creer cuando me llamaste! Se lo conté a Han para asegurarme de que no estabas jugando con mis sentimientos.
-Sabes que yo no hago eso.
-Luke...-. Escuché su dulce voz a mis espaldas. Me giré viendo cómo R2 y su droide venían hacía nosotros.
-¡Oh! ¿Quién es esta señorita?
-Es... Alguien especial.

Es mi chica. Aunque eso ella aún no lo sabe.

-¡Vaya, vaya, Skywalker, no eres tonto!-. Se pegó mas a mí, asegurándose de que ella no le oía-Y yo que pensaba que ibas a morir virgen.
-Deja de decir gilipolleces.
-Lando Calrissian, para servirla -. Se inclinó para darle un ligero beso en el dorso de su mano.
-María, encantada -. Sonrió.

Con aquel gesto, mi corazón se aceleró.

Empezamos a caminar adentrándonos en la ciudad. Lando nos enseñó los oficios que tenían allí y después ordenó a unas personas que trajeran ropa cómoda para nosotros.

Aquello no llamaba mi atención tanto como ella. Con su pelo castaño suelto despeinado por el aire que hacía. Estiré mi mano, entrelazando nuestros dedos. Parecía egoísta por querer mantenerla a mi lado, pero me negaba a perder a otra persona que me importaba.

-Luke. Hijo mío.
-Padre.

El Emperador lo arrebató de mi lado y va a pagar por ello.

-¿Qué os trae a mí bella ciudad?-.Inquirió Lando, barón Administrador, de todo aquello que nos rodeaba.

Sus palabras me liberaron de mis pensamientos.

-El Imperio -. Clave la mirada en él, que por su cara, no tenía ni idea de por donde iba el tema -. Traeremos la paz al universo, pero para eso hay que acabar de una maldita vez con el Emperador.
-Puede que no sobrevivamos para contarlo.
-Lo sé. -. Suspiré. - Pero como Jedi que soy, debo enfrentarme a él. Los Sith caerán y con ellos el lado oscuro desaparecerá.
-Necesitáis mi ayuda ¿verdad?
-Entenderé si no quieres participar en esto.-Dije bastante tranquilo.- Tu ciudad estuvo bajo el Imperio cuando Dart Vader trabajaba para el Emperador.

¿Enserio lo había dicho?

Cuando Anakin Skywalker, engañado, obedecía las estúpidas órdenes del Emperador.

-Solo pido una cosa: que mi gente este sana y salva de la guerra.

Asentí con la cabeza, dándome la vuelta, alejándome de ellos, pues necesitaba estar solo, meditar, para que la ira no me invadiera hasta perder los papeles.

Esto queda entre NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora