El día había pasado tan rápido entre documentos y registros, intentaba llevar un ritmo ligero pero teniendo al Tío Zak pisadome los talones constantemente, me era imposible.
Y aún me seguía preguntando: ¿Por qué siempre me exigía de más?.
Tal vez porque era una forma de mantenerme ocupada y con "ocupada", me refería a no tener algún tipo de encuentro o contacto con Lando.Las aventuras y relaciones pasajeras eran algo nuevo para mí, me brindaban aquella emoción de estar haciendo algo ilegal o prohibido.
Eso que mi única y primera relación jamás me brindó. Tal vez por eso seguía aferrándome a la idea de sostener algo con aquel castaño. Aún tenía la esperanza de vivir algo de cuento de hadas, pero no estaba preparada para asimilar que lo nuestro sólo era una aventura de tantas. Seguro alguno de los dos saldría lastimado, era inevitable en esta situación había de 4 sopas:1-Nos enamorabamos.
2-Terminábamos odiandonos.
3-Alguno de los dos terminaba con el corazón roto.
4-Viviríamos algo a puerta cerrada.
¿Por qué 4 y no 2?. La respuesta era sencilla: Él 4 era mí número de la suerte y posiblemente el número de la acción, estabilidad y organización. Todo lo que Lando representaba.
Enamorarme no era opción, tenía mis razones y una de ellas era no herir los sentimientos de él, ni tampoco ser un juego.
Desvanecí aquellos pensamientos cuando la puerta de cristal se abrió, dejándome ver a Lando con una bolsa de comida rápida y una sonrisa cálida.
¿Por qué era tan lindo?, eso me haría imposible abandonarlo cuando fuese necesario.
- ¿Alguien pidió McDonald's?.-preguntaba con esa brillante mirada.
- No, pero no me negare ante tal delicia.-respondí, sintiendo mis mejillas arder.
- Seguimos hablando de la comida ¿verdad?.-cuestionaba, para dejar las bolsas sobre el escritorio.
- No cabe duda que soy una mala influencia para ti.-bufé cuando vi que tomó asiento en la silla frente a mi escritorio.
- Ambos lo somos.
- Es peligroso estar aquí.-dije, mientras me reincorporaba y cerraba las persianas y la puerta.
- Pero si sólo vamos a comer...nos.-bromeaba, sabiendo lo que tal humor me provocaba.
- Sólo comer, lo otro no.-advertí divertida.
- De acuerdo.
Le dirigí una mirada de complicidad, para posteriormente sacar la comida rápida y comenzar a comer. Ninguno de los dos decía nada, supongo que las palabras de pronto eran innecesarias al menos cuando estábamos cerca.
Ambos sabíamos lo que estábamos haciendo, pero nos hacíamos los tontos.
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𝟐𝟐 | 𝐋𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐍𝐎𝐑𝐑𝐈𝐒
Fanfiction22 fue la cantidad de días que bastaron para que ella logrará enamorarse. Los mismos días que tarde para darme cuenta que el sentimiento era mutuo. 22 veces dije que la amaba y fueron las mismas veces que ella aceptó que también lo hacía. Un número...