Una habitación decorada con autos y alguno que otro personaje animado no era presisamente lo que pensé encontrar al llegar a la casa de Lando, pero se sentía acogedora.Llena de recortes de periódico en dónde la cara del británico salía a relucir.
— ¡Mamá!, ¿por qué no quitaste las fotos?.—gritaba al entrar a la habitación.
— Cariño, es momento de que Carmen te conozca tal y como eres.—respondía desde la planta baja.
— Ella tiene razón.—suspire mientras observaba desde una pequeña ventana el exterior.
— Tal vez, pero no de está forma.
— Lando, no tienes de que avergonzarte eras muy tierno.—dije para dirigirme hasta una foto de él y su familia.
— Fue en mi cumpleaños 4.—agregaba.—¿Qué hicieron en tu cumpleaños 4?.
— Pues cerca de dónde vivo, hay una pequeña cafetería, ahí solíamos celebrar todo.—murmuré afligida.
— ¿Y ya no lo haces más?.
— No, se le perdió un poco el sentido, desde que...ya sabes.
— Lo entiendo.
Permanecimos en silencio tras lo mencionado, odiaba que el la tema de mis padres fuese tan difícil de tocar. Cuando se hablaba al respecto las personas sentía pena por mí, y siendo honesta nunca fui fan de quedar como una pobre huérfana.
— Pero olvidemos eso, hay cosas más importantes que mis problemas.—sonreí con timidez.
— Está bien, pero no deberías minimizar tus problemas.
— Es un tema que prefiero evadir. Confío en que en algún momento seré lo suficientemente madura para hacerlo.
— Todo a su tiempo Carmen.—pronunciaba con delicadeza mi nombre, pero se sentía diferente.
— Vaya novia la que tienes.—bromeó para aligerar el ambiente.
— ¿Cómo te has llamado?.—cuestiona, con una expresión total de asombro.
— Novia ¿por qué?.
— No esperaba que te llamarás de esa forma. Porque nunca has llamado a esto de ninguna forma.
Suspire tratando de no decir: "Es sólo por el acuerdo". Pero mi inconsciente me lo recordaba cada que le era posible.
— Es que nunca habíamos llegado tan lejos.—logré decir.
— ¿A qué te refieres?.
— Pues a esto, venir y conocer a tu familia.
— ¿No quieres decir que es sólo porque el acuerdo?.—cuestionaba, con miedo.
— No, bueno tal vez es el motivo que nos unió. Pero el resto no creo que siga siendo parte del acuerdo.
— ¿Entonces?.
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𝟐𝟐 | 𝐋𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐍𝐎𝐑𝐑𝐈𝐒
Fanfiction22 fue la cantidad de días que bastaron para que ella logrará enamorarse. Los mismos días que tarde para darme cuenta que el sentimiento era mutuo. 22 veces dije que la amaba y fueron las mismas veces que ella aceptó que también lo hacía. Un número...