"Amor"

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Londres, Inglaterra.
Bar Loro Rojo.

Hob había ido a un bar, necesitaba un poco de alcohol, ya tenía suficiente en casa pero beber acompañado de extraños era mejor que beber solo en casa, hacer amigos era realmente complicado para él. No podía explicarle a nadie el cómo no envejecía, el cómo no moría, siempre terminaba alejándose de ellos, fingiendo su muerte y muchas cosas más. Un bar caro, con nada de música ruidosa por lo menos, se acomodó el elegante saco rojo que llevaba puesto mientras bebía, vino tinto, para ser precisos.

Había dicho que beber con personas era más agradable pero en realidad no estaba con nadie más, solo acompañado del ruido y las voces externas. Claro, al principio bebió junto a otros dos hombres y una mujer pero nada de eso era lo suficientemente entretenido, suspiró pesadamente mientras veía a las parejas bailar sobre la pista, la musica romantica y las luces lo tenían tan agobiado, extrañaba a su "amigo".
El reloj dió las 10:00, aún no era lo suficientemente noche, otras dos o tres horas le vendrían bien, tomó la botella y le dió un trago, mala idea si quería estar ahí hasta la media noche.

10:30 y ya estaba harto de si mismo, ya se había terminado la botella, suspiró pesadamente y se puso de pie, seguramente sería mejor ir a casa. Pero le vió, para su infortunio Morfeo estaba ahí, viéndole desde el otro lado de la sala con aquel aspecto sombrío que mantenía desde hace un tiempo. No era su mejor noche, habían pasado dos semanas desde la última vez que se vieron, desde la última vez que hablaron diciendo que serían amigos. Hob se sentó por la sorpresa, le vió acercarse lentamente entre la gente, y ni así podía perderle de vista.
-Hob. -su voz sonó lejana.
El nombrado alzó la vista, viéndole, con aquel brillo en sus ojos que le era inevitabile, incluso sino quería verle sabía que lo quería y eso no iba a cambiar, se puso de pie y lo abrazó por primera vez en su vida, el eterno correspondió sin dudarlo.
-Morfeo.. ¿Dos semanas te parece bien?
-¿A ti no? -Se inclinó con una sonrisa para luego sentarse, invitandolo a él también. -Sientate.
Hob obedeció de inmediato, por así decirlo, se sentó. -¿Me acompañarás a beber? -Su voz sonó alegre.
-Quizá -Tomó la copa de Hob, la cuál aún tenía un pequeño chorro de vino, meneó la copa y olió el contenido. El inmortal lo miró atento. -Pero no hoy.. -Le entregó la copa.
-¿Entonces quieres bailar? -Extendió el brazo, ofreciéndole la mano, Morfeo dudó pero aceptó, le dió la mano y ambos se pusieron de pie, Hob no se la podía creer.

Y ahí estaban ambos, de pie en la pista de baile, la música era tan tranquila que solo había una forma correcta de bailar, Gadling pegó su cuerpo al ajeno, le tomó de la mano y le rodeó la cintura con su otro brazo, las miradas llovieron sobre ellos, tan distintos, tan perfectos. Hob recargó su barbilla sobre el hombro de Morfeo.
-Te ves hermoso. -Pudo sentir cómo el cuerpo del eterno se estremecía ante sus palabras. Eso animó a Hob. Tantos siglos le enseñaron tantos tipos y estilos de baile, estaba totalmente preparado para bailar un elegante vals con él. -Te extrañé.. -Quizá sus palabras se estaban saliendo de control.
-Hob.. -El nombrado retrocedió tan solo unos pocos centímetros, únicamente para poder apreciar el rostro de su amado, Morfeo le miró, tan pálido.

Estuvieron así por lo menos unos 20 minutos, tan solos tres vals y se fueron a sentar a una de las mesas del fondo, la noche caía cada vez más sobre ellos, el señor del sueño lo sabía.
-Gracias, gracias por bailar conmigo amigo mío. -No es la primera vez que lo llamaba así, pero que lo llamara de esa forma en la actualidad era raro.
-No es nada. -Sonó frío, algo que le dolió luego de tan "caluroso" momento.
-Ooh Morfeo, ¿Tienes que ser así..? -Le tomó de las manos con delicadeza, entrelazó sus dedos con los contrarios, le miró a los ojos, estaba decidido. -¿Por qué viniste?
-También te extrañé. -La dulzura en su voz hizo que Hob cerrara los ojos, estaba a punto de decirle un "no te creo", pero no lo hizo.
-Menos mal, claro que me vas a extrañar, si soy tu único amigo humano..! -Exclamó con una gran sonrisa en los labios, ese título le gustaba, "unico amigo humano", tomó la copa la cuál ya estaba llena y bebió de ella un largo trago. -Ya deberíamos irnos, se hará más noche. Seguramente tienes cosas más importantes que hacer. -Llamó al mesero para que le trajera la cuenta.
-Hob...? -Le llamó.
-¿Si? -Contestó mientras sacaba la cartera y contaba los billetes buscando distraerse.
-Si, tengo cosas importantes por hacer, mi trabajo, mi labor, pero ya lo dijiste, eres mi único amigo, más allá de la palabra humano, nunca había tenido una amistad cómo está, supongo que es gracias a tu inmortalidad..
-¿Solo eso?, ¿Mi inmortalidad? -Sonó dolido.
-No dije eso. -Hob se puso de pie. Al parecer habían cambiado papeles.
-Por supuesto, tal vez yo.. me equivoqué contigo. -Desvió la mirada.

Morfeo le miró confundido, ¿Cuál era el problema?, Le había dicho que era cómo su mejor amigo, pensó que quizá, cómo siempre, aún no podía expresarse correctamente sin meter su tonto orgullo, creyó que ya había pasado esa parte.
-Hob.. -Se puso de pie. Dió un paso al frente, una vez más fué una escena familiar, sin embargo Hob no se fué, ni se movió, se quedó ahí con Morfeo tan cerca de si. -Quiero un poco de vino, por favor.

Eso fué suficiente cómo para que los músculos del inmortal se relajaran de inmediato, sonrió levemente, contenido una risa.
-Bien.. -Tomó una de las copas, la llenó de vino y extendió el brazo para darcela, estaba ansioso por ver su reacción, por fortuna había seleccionado un buen vino tinto. -Te aseguro que tiene un exelente sabor. -Luego de decir eso le dió un corto trago para animarlo.

Los ojos de Morfeo brillaron con intensidad, tan solo fueron necesarios unos segundos para que ese brillo se desvaneciera, el azul de sus ojos se oscureció, tomó la copa entre sus dedos y entonces se inclinó hacia él, sus grandes pestañas chocaron contra sus pómulos cuando cerró los ojos, al igual que los de Hob, unieron sus labios lentamente, con ternura y pasión.

Morfeo pudo sentir el sabor del vino en sus labios, por fortuna fué tan dulce. Y Hob, Hob jamás había sentido algo tan íntimo y profundo. Su corazón latía tan rápido que parecía imposible, alzó la mano y le tomó por la mejilla en busca de más. El beso no duró más de 10 segundos, pero fué suficiente, se sintió eterno.
-Tú.. me besaste. -Sonrió tontamente.

Y entonces, sintió cómo todo su mundo se venía abajo, sus ojos se abrieron.
-Señor.. señor, despierte. -Uno de los meseros le movió, Hob estaba en su lugar, en su mesa, con demasiados vasos, copas y botellas, miró el reloj, las 12:30, se había quedado dormido. Se sintió tan estúpido que se puso de pie de inmediato, se tambaleó, empezó a reírse.
-Gracias, ya me voy. -Pagó la cuenta y salió del bar. Un sueño, solo eso.

El sonido de sus alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora