Halloween. (Casi)

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Londres, Inglaterra.

El otoño llegó, las hojas de tonalidades anaranjadas y cafés rodaban por los suelos indicando que ya era octubre, las calabazas adornaban todo Londres hasta el río Tamesis. Y pronto empezarían las decoraciones de Halloween y por supuesto Hob no se quedaría atrás.

Estaba intentando cortar los ojos y boca de una de las naranjas calabazas, pero estaba saliendo un desastre, viseras por todos lados (calabaza), sangre (jugo de calabaza) y cabezas (todos sus intentos por hacer una calabaza decente) clavó el cuchillo en la mesa y se puso de pie.
Se rendía por hoy, caminó a lo largo del sótano, tomó dos cajas y subió por las escaleras a prisa, a veces era aterrador estar ahí abajo, pasó saliva la cuál tenía un sabor amargo, dejó las cajas sobre la mesa de herramientas y suspiró pesadamente.

Con un cúter quitó las cintas dejando ver un montón de adornos, calaveras, arañas, telaraña, murciélagos etc. Sacó unas cuantas cosas y se precipitó para abrir la otra caja la cuál también tenía un par de cosas especiales para la época. No solía hacer nada en estos días pero ahora era diferente con cierta persona a su lado.

—Hob. —Una voz le llamó por detrás y al hombre casi le da un infarto, se sobre saltó y dejó escapar un grito.
Se giró para encontrarse con Morfeo, se sobó el pecho y sonrió levemente, incluso si lo había asustado estaba feliz de verlo, se acercó a él y le besó en los labios con dulzura para luego lanzarle una mirada acusadora.

—Casi me matas del susto, ya van varias. —Le acomodó el cabello, el inmortal desvió la mirada en modo de disculpa, Hob jamás se enojaría con él. Hades llegó corriendo, reacción retardada del can, ladrando en busca de su amo luego de haberlo escuchado gritar, pero solo terminó lanzándose contra Morfeo para separarlo de Hob y lamerle las manos al más pálido. —Bueno, ya no sé de quién está celoso —El profesor le acarició la cabeza rascando justo detrás de sus orejas, Morfeo sonrió al ver eso, una pequeña sonrisa que se veía tan hermosa en él, se había encariñado con el animal, otra razón más para estar con Gadling.

—Te ama.. —Se inclinó para poder acariciar a Hades, el cual de inmediato se lanzó a él para lamer su rostro, Hob sonrió divertido, una imagen bastante bonita que sin duda guardaría en sus recuerdos a la perfección, pensó en sus primeros días viéndose, en el cómo el eterno había cambiado luego de tanto, en cómo aquel frío ser ahora estaba jugando con su perro luchando por no ser devorado de tanto amor.

—Yo también lo amo. —Dijo en voz baja, soltó una suave risa y se inclinó junto a ellos —Los amo a ambos..! —Alzó un poco la voz mientras jugaba con ellos, rascando el lomo del animal y abrazándolo para poder salvar a Morfeo. —Te tengo Hades..!, Morfeo es mío..!  — Cuando vió que el otro se puso de pie él hizo lo mismo al instante, se acercó y se abrazó a él, no podía dejar de sonreír. Hades salió corriendo buscando ser perseguido.

El señor de los sueños también lo abrazó, rodeándolo de manera protectora y quizá algo posesivo. —Lamento haberte asustado, intentaré no volver a hacerlo. —Se separó de él tan solo unos poco centímetros solo para poder acunar su rostro entre sus manos, le miró a los ojos, esos ojos tan oscuros y hermosos, podía ver su claro reflejo en ellos.

—No importa... —Le miró embobado, podía asustarlo todas las veces posible y aún así iría directo a sus brazos. —Llegaste en el momento indicado, ¿Me ayudas con las decoraciones?, ya sabes, Halloween, ¿Te gusta?, Siento que otoño es tu estación del año.. ¿o será invierno? —Estaba hablando más para si mismo, le observó cómo si lo estuviera analizando en busca de detalles, ladeó la cabeza. —Invierno..

El sonido de sus alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora