Capítulo 23

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Lazy Winston

Sin duda aquella noche había sido inolvidable, a excepción de la parte en que vomité frente al chico que me gusta, bueno, dicen que la mejor manera de no verse avergonzada es fingir estar bien, por eso le hice aquella broma y lo entiendo, besar a alguien que acababa de vomitar es asqueroso.

No me había dado de cuenta que habían pasado varios días. Tray me ha dicho que la relación con sus padres no es tan mala después de todo, lo que más me sorprendió, es que se lleva mejor con su padre.

Si, lo de la infidelidad de su madre no le había caído muy bien.

Y además, también destacó que en la casa, él era cercano a su padre, mientras que Nick lo era con su madre. Ambos seguían orgullosos, era obvio que no se llevaban bien.

Pero todo se logra poco a poco y sin mirar atrás, solo siguiendo adelante, además, el va muy bien, ahora se lleva mucho mejor con su padre. Solo queda que se de una oportunidad con su madre y obviamente con Nick, quien parece tener tantos problemas como él.

Estaba estudiando en la biblioteca. Hace un rato acababa de enterarme de que pronto habría exámen, y ahora estoy atrasada, eso es lo que gano por perderme las clases.

Bueno, no es como si me arrepintiera de eso, la verdad me gustó pasar tiempo con Tray, además, no es conveniente decirlo, pero lo volvería a hacer.

Unas manos nublaron mi vista. Sonreí enseguida al tener una idea de quien sería.

-¿Quién soy? -preguntó, su voz más grave que nunca me hizo reír, sonaba gracioso.

-Déjame adivinar... -alargué mi sonrisa burlona- Trayson -solté con diversión.

Apartó sus manos-Te encanta burlarte ¿No es así?

Reí un poco- Me gusta molestarte.

Rodó sus ojos y se sentó a mi lado, le dio una mirada a mi libro, sus labios hicieron una línea recta de desagrado.

-¿Mucha tarea?

Me encogí de hombros- Era lo que me esperaba ¿A ti no?

-Pues me he echo el loco, estudiar me aburre como no tienes una idea -sonrió-. A menos... -me miró.

-¿A menos qué?

Su rostro se acercó al mío con una sonrisita que me daba mala espina.

-A menos que estudies conmigo.

-Tray, tu y yo no tenemos las mismas tareas.

-¿Quién hablaba de tareas?

Mis mejillas se calentaron enseguida. Su mirada pícara me hizo pensar mal ¿Y a quien no?

-Tray, estoy ocupada -aparté mi mirada tímidamente-. Por favor no me desconcentres -esa fue la excusa que usé para que no me siguiera avergonzando.

-¿Qué? ¿Acaso te desconcentro? -preguntó seductoramente.

-Quise decir... no me interrumpas —me retracté, no debería de hacerle saber que me desconcentra.

El Choque Arco-iris (Recién Empezando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora