Capitulo 7: Gravedad

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Su traje era de un color azul ultramar con lentejuelas color plata. Todos le decían que se veía bella, que era como una visión, pero la verdad es que había adelgazado mucho y estaba muy pálida El maquillaje había ayudado lo suficiente para que nadie lo notara. Si, todos decían que se veía bien, pero no lo estaba.

Él se acercó a Chlöe deslizándose sobre sus patines tomándola de la cintura para comenzar con su turno en la competición. La observo otra vez fríamente. Había un abismo gigante entre ellos en la pista y ella lo podía palpar.

- Espero que lo hagas mejor que en los ensayos - Siseó él con anterioridad y su corazón se agitó ansioso al recordarlo.

Siguieron la coreografía a la perfección como siempre, pero la química usual que los definió como una de las parejas de patinaje más prometedoras ya no estaba ahí. Entonces tuvieron que hacer uno de los pasos por los que más habían trabajado. Él la alzó y la sostuvo en el aire con una soltura y fuerza que se interrumpió sin saber cómo...

Él la dejó caer.

Despertó a las una de la madrugada con las imágenes de la sangre escurriendo por la pista de hielo; Nuevamente estuvo ahí, en el suelo, sintiendo el mismo dolor punzante y el sentimiento de estar perdida.Tenía lágrimas en los ojos y unas ganas enormes de gritar, pero solo atino a salir de esa cama cojeando levemente, asustada por el dolor que atravesaba su pierna. Busco entre su ropa interior una caja donde escondía los cigarros que se hizo con la hierba que le compró a Eddie Munson y salió por la sala donde su padre estaba durmiendo con la televisión encendida. Camino lo más suave que pudo, escabulléndose a escondidas, pero no pudo evitar taparlo con una colcha, antes de salir por la puerta corrediza que daba hacia el pórtico.

Salió con fuego, un cigarro y una pequeña linterna en búsqueda de un árbol o donde pudiera fumar con mayor tranquilidad. No le daba tanta confianza salir de noche, pero la última vez que fumó un cigarro en su casa, su padre casi se dio cuenta. Lo mejor sería no arriesgarse a seguir fumando en su cuarto.

El parque de caravanas de Forrest hill era un lugar que realmente parecía un páramo en medio de una serie de bosques, pero su padre había decidido no cortar un viejo roble que le traía buenos recuerdos de la infancia. Desde un principio, Chlöe lo había visto como un lugar agradable para fumar de vez en cuando, ya que iertamente era un árbol enorme y grueso.

La noche estaba profundamente silenciosa. A veces, por alguna razón sentía que se había ido a vivir al lugar más tenebroso de los EE.UU: Hawkins tenía una energía que la hacía lucir algo lúgubre, como si algo oscuro se cerniera sobre ella. Esas ideas y temores se hicieron presentes cuando sintió unas pisadas tras de sí; su corazón bombeo aún más fuerte al dar media vuelta.

Al alumbrar dio directamente con Eddie Munson, quien arrugó sus ojos al sentir el impacto de su linterna.

Ambos gritaron como magdalenas.

- MIERDA ME ASUSTASTE - gritó ella exasperada

Eddie frunció el ceño aún afectado.

- MIERDA.. Lo mismo digo.. pensé que podría ser un ladrón. No es normal ver a alguien con una linterna en la madrugada por aquí - aseguró él levantando las manos para tranquilizarla, pero luego le brindó una mirada divertida y suspicaz- ¿Que haces aquí?

Ella suspiro más calmada y levantó el cigarro de marihuana.

-¿ Me acompañas ? - Preguntó con una sonrisa y Eddie se la devolvió asintiendo.

Afterglow (EDDIE MUNSON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora