Capítulo 18: Cuidados personales

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Luego de tomar la bolsa con lo que necesito pago con algo de dinero que repliqué del monedero de Allison y salgo de la farmacia.

Pliego mis alas y cobro la invisibilidad propia de los ángeles, cuando estoy a punto de volar escucho una voz.

— Señor, se le queda esto.

Volteo viendo a la atrevida niña con aires de grandeza quien se acerca tendiéndome una bolsa térmica. Yo la tomo aún impresionado.

— ¿Puedes verme? —pregunto al notar que realmente es conmigo que habla.

— Si señor, por cierto, bonitas alas, me gustan —dice sonriente mientras algunas personas se le quedan viendo raro dado que no pueden verme a mí y sin más se da la vuelta marchándose.

Yo me quedo estupefacto ante aquella pequeña, ella no es una humana común, y el hecho de que ni siquiera se inmutó al ver mi forma sobrenatural me lo confirma.

Pego vuelo sin darle más importancia y en un microsegundo me hallo frente al edificio de Allison. Subo hasta su apartamento y me teletransporto hasta dentro de la casa.

Dejo las cosas que compré sobre la mesa y tomo una pastilla, saco una botella de agua del refrigerador y me dirijo hasta la habitación de la humana.

Abro viéndola. Aprieta su vientre mientras duerme. Tiene su ceño fruncido y aun en el estado de sueño suelta un quejido.

— Despierta Desastrosa —ordeno y la zarandeo dejando la botella sobre su mesita de noche.

Ella abre sus ojos con pereza y me observa.

— ¿Qué haces aquí? —cuestiona confundida ante mi presencia.

— Fui a buscarte algunas cosas —digo y le doy la pastilla con el agua—. Bebe esto, te hará sentir mejor.

Ella se toma la pastilla y acto después se pone de pie para ir al baño. Yo me dirijo a la cocina donde pongo a calentar un poco de agua cuando escucho una maldición.

Supongo lo que le ocurrió a la desastrosa y tomo el paquete de toallas femeninas. Entreabro un poco la puerta del baño y extiendo mi mano a través de esta.

— Espero te sirvan, lo cierto es que no sabía cual demonios comprar —admito recordando todo el problema que pasé para comprar lo que necesitaba.

En silencio las toma y yo me alejo de ahí.

Miro en los estantes y veo unos cartuchos que dicen manzanilla.

« Esto deberá servir. » Pienso.

Tomo la laptop de sobre la mesa y entro a internet, buscando como hacer ese dichoso té.

Luego de un par de minutos voy a la habitación de la pelirroja, está boca arriba con los ojos cerrados sobre su cama. La destapo de las sábanas y subo su camisa dejando a la vista su abdomen y short.

— ¿Qué haces? —escucho su voz algo débil y patosa.

« Gracias Padre, por no haberme hecho mujer. » Agradezco.

No sé si podría soportar algo como la menstruación todos los putos meses.

— Esto te ayudará —coloco la bolsa térmica en su vientre—. Dentro de poco estará el té.

Iba a alejarme para esperar a que su bebida estuviese hecha cuando su mano sostiene mi muñeca, la observo ante su acción.

— ¿Por qué haces esto? —pregunta con ojos cansados—. No es tu obligación.

Tiene razón, no lo es.

— No me gusta verte sufrir —admito—, si puedo hacer que tu dolor mengue, lo haré.

Ella me sonríe, de una manera hermosa, y me sentí extraño en ese momento.

— Muchas gracias, mi ángel de alas oscuras —dice y siento mis mejillas calentarse.

— No digas tonterías Desastrosa —desvío mi mirada y voy hasta la cocina.

Mientras miro el líquido hervir me quedo pensativo, realmente estoy haciendo esto porque quiero, estoy cuidando a una tonta humana por mi gusto.

« ¿Qué mierda me pasa? » Me reclamo mentalmente y suelto un gruñido.

(...)

Llega la noche y le ofrezco el tercer té del día a Allison. Froto mis hombros, aún dentro de casa se puede sentir el frío.

— Tengo que mandar a arreglar la calefacción, o nos congelaremos este invierno —comenta.

Yo durante el día también he tomado algo de aquella bebida para ayudar a mantener mi calor corporal.

— Estás calentito, ¿verdad? —dice burlona la pelirroja y yo la miro mal.

— Si, no ves que tirito de la felicidad —respondo de mala gana y ella se carcajea.

Estoy a punto de teletransportarme al infierno y dormir bajo el calor cuando la veo moverse sobre el colchón y palmear el lado que ha quedado vacío.

— ¿Qué? —pregunto.

— Ven, gato pulgoso —ruedo los ojos ante sus palabras—, evitemos el frío.

Lo dudo por un momento pero termino acostándome a su lado. Ella me arropa con las cálidas frazadas y cuando pienso que me dará la espalda para dormir, recuesta su cabeza en mi pecho y cierra sus ojos.

— Allison, ¿qué haces? —Me coloco nervioso ante su cercanía.

Sí hemos dormido juntos, pero cuando eso pasa cada uno toma su respectivo lado, tenerla de una manera tan cercana..., me inquieta.

— Eres calentito —murmura.

— Vengo del infierno, es natural —menciono y mis dedos se deslizan por los suaves rizos de su cabello.

— ¿También es natural que tu corazón lata muy rápido ahora? ¿Te pongo nervioso gato?

Cierro mis ojos.

— Mi corazón debe latir más rápido para bombear más sangre y regular la temperatura de mi cuerpo para no morir congelado —invento una excusa creíble.

— Ay, ajá —dice divertida.

— Ya duérmete Desastrosa —ordeno palmeando su cabeza, admito que me gusta tenerla de esta manera—, hablas mucho como para sentirte mal.

— Ahora me siento mejor gracias a que he tenido al líder de los Caídos de Dios dándome cuidados personales, ¿cómo puede agradecerte esta vil humana? —dice chistosa.

— Véndeme tu alma —bromeo en un tono serio y ella pellizca mi piel sobre la camisa sin ni siquiera moverse—. Auch, agresiva.

— Mi alma es demasiado pura como para irse al infierno —asegura.

Y tal vez tenga razón.

— Ya cállate y duerme —pido y no vuelve a decir más nada.

Solo cuando su respiración se vuelve más lenta a causa de que se ha inducido en el sueño yo me doy la oportunidad de descansar.







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Hola mis criaturas hermosas❤


Les traigo capítulo antes ya que estaré haciendo pruebas en estos proximos días, así que no se si actualice pronto.


A nuestro Samy no le gusta el frío😂

El gato se ha puesto nervioso ante la Desastrosa😎


PD: Muchos de los personajes extras de esta historia son los principales de los demás libroa de la Saga, y ya que vi que les gustó mucho Gabi les digo que esa pequeña niña es la prota del último libro de la Saga Los Caídos


Sin más, los amo❤

Ángel de alas oscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora