La carroza gigante estuvo a punto de atropellarme cuando sentí que algo me rodeaba, haciéndome girar y protegiéndome. Abrí los ojos con sorpresa para ver que estaba entre los brazos de una humana.
Uno de los sacos de carne de mi padre me había salvado la existencia. Su cabello rojizo caía tras su espalda en risos y miraba a la lejanía por donde se había ido aquella cosa que por poco me deja como chicle contra el suelo.
— Maldita gente loca que no ve por donde conduce —masculla y vuelve su vista a mí, dejándome en el suelo—. Ten más cuidado —Me advierte sin importarle que sus semejantes la miren como si fuese un bicho raro ya que está hablando con un gato.
Pero claro, sí que debe estar loca esta humana, ¿quién en su sano juicio correría a salvar a un animal poniendo en peligro su vida?
Que conste que no es una queja.
Ella solo se pone de pie y comienza a alejarse sin prestarme más atención, yo me dispongo a hacer lo mismo en sentido contrario pero una persona montada en una carroza de dos ruedas acaba de pasar por encima de mi pobre colita causando un alarido de mi parte.
« ¿Dónde está la loca? » Pienso y trepo a un banco en mitad de la calle, logrando divisar no tan lejos una melena roja desordenada.
Bajo del banco y corro lo más rápido que me permiten mis extremidades, para mi suerte la chica se ha detenido en un puesto de comida, había dejado su bolso en el suelo y yo rápida y sigilosamente entré en este, evitando que volviesen a pisotear mi cola.
Poco después me siento elevar y suspiro cansado, tal vez la loca que se lanza a la calle como si tuviese el don de la inmortalidad no fuese la mejor opción, pero es la única que ha prestado una real atención a la figura tan patética que llevo.
Además de que los humanos suelen vincularnos con la mala suerte por lo que ya unos zapatos habían volado hacia mí un par de veces al pasar frente a alguna tienda.
No comprendo la mayoría de las cosas de este siglo, así que supongo que esta criatura es una buena posibilidad de un escondite, o por lo menos por un tiempo, espero deshacerme de este collar pronto.
(...)
No sé en qué momento me había quedado dormido, pero un golpe seco me despertó, la humana había soltado su bolso en algún lugar de manera poco sutil. La luz se coló dentro de este dándome en los ojos.
— ¡Por todos los...! —exclamó sorprendida al verme y me cargó, entrecerró los ojos hacia mí—. ¿Tú no eres el gato al que le salvé el trasero?
— Si, y tú eres la humana que debería lavar más seguido su bolso —recrimino.
Esa cosa estaba llena de papeles de dulces, pequeños cartones grasientos, una muda de ropa sudada y otras cosas que no quise averiguar su procedencia.
— ¿Que hacías dentro de mi bolso?
— Nada, un Pecado Capital me seguía y tuve que resguardarse con la primera loca que vi, recasual, ¿cierto?
— No deberías estar aquí —admito que me divierte el hecho de que técnicamente está hablando con ella misma ya que no puede entender lo que digo.
Me pregunto si los demás sacos de carnes les hablarán a los animales como si este le fuese a responder.
Ella me deja en el suelo.
— Más tarde te dejaré en un refugio de animales, allí encontrarán a tu dueño —pensó en voz alta .
« Oh no. »
Tal vez hace mucho no salgo a este mundo, pero en mi vocabulario si existe la palabra "refugio", y definitivamente allí sería donde primero Leviatán me buscaría, debía convencer a esta mugrosa masa de carne y huesos que me acogiera en su hogar.
(...)
La veo regresar a la sala minutos después mientras ataba una coleta en su cabello, trató de alcanzarme pero corrí lejos de ella.
— Ven aquí —dice pero vuelvo a escapar de su agarre.
Comenzó una carrera, con ella persiguiéndome por toda su casa, me divertía ver sus fallidos intentos de capturarme.
— ¡Bola de pelos escurridiza!, ¡ven aquí ahora mismo! —grita enfurecida tratando de llegar sobre el estante de la cocina en el que me había trepado.
Claro que su 1.64, que es más o menos la altura que debe alcanzar, no le ayuda de mucho.
Toma una silla y se sube sobre esta pero da un traspié y cae de culo sobre el suelo, lástima que los gatos no tuviésemos la habilidad de reír, en mi forma normal ya estaría partiéndome a carcajada limpia.
No pude evitar mirar a mi derecha y me tenté, con mi pata golpeé el recipiente que decía "Harina". Si la golpeaba en la cabeza y la mataba nadie sospecharía de un gato ¿verdad?
Sin embargo este se abrió en el proceso derramando el polvo blanco sobre ella, abre sus labios incrédula y resopla ofendida.
A pesar de lo divertido que me resultó verla caer y que todo aquello cayese sobre ella, bajé hasta sí y froté mi cuerpo contra su hombro en una autocaricia, con mi pata delantera toque su mejilla dos veces, maullé y puse los ojos más tristes que me podían haber salido.
Lo estúpido de los humanos es que suelen caer ante sus sentimientos, que estupidez.
La escuchó bufar.
— ¿Después que me has hecho perseguirte por toda la casa vendrás con esas?
— Si —digo con descaro.
La veo rodar los ojos mientras se pone de pie.
— De acuerdo, puedes quedarte conmigo en lo que busco a tus dueños.
Me reí internamente.
« Suerte con eso. »
Suspira cansada y mira el desastre que hice.
— Debería darme un baño y luego limpiar —comenta y la veo llevar ambas manos a los extremos de su blusa comenzando a sacar esta sobre su cabeza.
Ruedo los ojos y doy la vuelta caminando a cualquier otro lado de la casa, no quiero ver a esta lunática en fachas inapropiadas.
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Semyazza es un desgraciado
Ya saben, los gatos no son de fiar😂
¿Qué creen que suceda con la humana?
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Ángel de alas oscuras
FantasiSemyazza, líder de los ángeles caídos, ha sido involucrado en una trampa. Obligado a mantener su forma animal deambula por las calles de California luego de haberse prometido no volver a pisar aquel mundo. Una humana pelirroja le salva el pellejo...