Capítulo 26: Mi desastre

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— ¡Es hermoso! ¡Tómame una foto! —pide la desastrosa junto a su amiga mientras ambas se posicionan frente a la Torre Eiffel.

¿Cómo me metí en esto?

Fácil. La pelirroja decidió ir en su último día a un tour por París junto a Sulema y me unió a mí diciendo que soy un amigo.

Bufo al recordar la palabra que usó para definir nuestra relación.

¿Amistad? No creo que los amigos se quieran follar al otro todo el día.

Definitivamente ella no era mi "amiga".

(...)

La noche cae y volvemos al hotel cuando siento la presencia de un Caído. Frunzo mi ceño, esta presencia no la sentía hace mucho tiempo.

— Samy, ¿pasa algo? —cuestiona la pelirroja y yo me desvío un poco hasta una cafetería que hay cerca nuestro.

Me asomo y a través del cristal veo a quien no esperé.

Casi corro dentro de la cafetería y me detengo frente a la mesa de aquella chica, su cabello tan oscuro que el resplandor de la luz lo hace ver azulado, sus ojos zafiro se centran en mí y se le ve sorprendida.

— ¿Kesabel?

— ¡Semyazza! —exclama y se pone de pie, abrazándome, es tan solo un par de centímetros más baja que yo—. Por Lucifer, hace eones no venías a la superficie, ¿qué ha pasado?

De momento frunce el ceño y voltea inmediatamente, fijando sus ojos en la pelirroja quien se acerca, entonces me mira impactada.

— ¿Has marcado a una humana? —Yo asiento con la cabeza, ella me sonríe—. Me alegra que hallas podido superar aquel día.

Sonrío con nostalgia viendo avanzar a la desastrosa. Yo la protegería, esta vez todo cambiaría.

— Hola —Allison se ve algo tensa, Kesabel debe bajar su cabeza ante la diferencia de alturas—. Soy Allison.

— Un gusto mi nombre es Kesabel —saluda alegre.

— Samy, ya es tarde, mañana debemos tomar un vuelo —advierte esta.

— No queda mucho para el hotel, me quedaré hablando un poco —digo con simpleza y ella frunce sus labios, asiente con la cabeza y sin decir más se marcha.

— ¿Samy? —pregunta burlesca ante el apodo y yo ruedo los ojos.

— Larga historia —aseguro y tomo asiento—. ¿Qué te trae por aquí?

Ella vuelve a sentarse.

— Sabes que siempre me ha gustado la superficie, pero en este último tiempo encontré a alguien muy curioso.

— Uhuhuh, ¿ya te tienen en sus garras? ¿A la poderosa Kesabel? —Me burlo.

— Ja, ja, ja —ríe sin gracia—. Es un medio ángel.

— ¿Qué? —frunzo mi ceño—. No puede ser, los hijos entre ángeles y humanos están prohibidos —aclaro.

— Entre Arcángeles y humanos —aclara—, él parece que es hijo de uno de los Caídos.

— Woow, parece que últimamente los Caídos están experimentando varios sucesos extraños —menciono pensativo.

— No sé que pasa, pero es muy raro —aclara.

— Por cierto, ¿esperabas a alguien? —cuestiono y una sonrisa..., diferente, sale de sus labios.

— Así es, es...

Ángel de alas oscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora