Ángel de alas oscuras

Capítulo 11: Zona salva

Pov Allison

— Maldita rata con alas —mascullo molesta caminando en dirección a mi casa.

Y mientras avanzaba comencé a recordar la pelea.

« Creo que me pasé un poco de lanza. » Pienso culpable.

Recuerdo todo lo que pasé junto a mi hermana y me entristezco. Creo que le debo una disculpa al gato digievolucionado.

Detengo mis pasos y observo mis pies, si lo llamo vendría, ¿cierto?

Me preparo para gritar su nombre cuando una gran mano tapa mi boca, introduciéndome de manera rápida a un callejón oscuro.

Me muevo tratando de alejarme pero no se me permite. Mi espalda choca con la pared contraria y me sorprendo al ver unos ojos rojos como la sangre quienes me escudriñan.

— ¿Por qué tienes su olor? —cuestiona con voz autoritaria y todo mi cuerpo tiembla del miedo.

El hombre frente a mí tiene la misma estatura que Semyazza, o sea, demasiado alto mientras que mi cuerpo es menudo, su musculatura es formidable y ni hablar de su aura oscura.

Todo en él grita "peligro", no hay duda de que es una criatura sobrenatural.

— Déjeme ir —balbuceo aún con su mano en mi rostro y al punto de las lágrimas.

Una sonrisa torcida se asoma a su rostro.

— A sí que el gran líder de los Gregori marcó a una humana —dice en tono burlesco—. Me pregunto cuál será su expresión al ver tu cuello desgarrado.

Me muestra su otra mano y noto como la uña de su dedo índice crece en forma de una gigantesca garra afilada y comienzo a llorar.

— Dime, ¿cuáles son tus últimas palabras? —pregunta colocando la punta de la garra en mi cuello y presionando mi carne.

« No va a venir. »

— ¡Semyazza! —grito entre lágrimas.

— Dulces sueños —expresa la criatura.

Cierro mis ojos cuando de repente escucho un sonido seco y la presión de la garra se elimina. Al abrirlos nuevamente puedo ver a Semyazza.

Sus alas oscuras le dan un porte elegante y superior. Golpea en el rostro a la criatura y esta invierte posiciones golpeándolo a él.

— ¿Me extrañaste Caído? —Le cuestiona y de reojo mira hacia mí—, ¿es esa humana lo suficientemente importante como para que arriesgues tu vida por ella?

Deja libre a Semyazza y avanza hacia mí, el miedo no me ha hecho reaccionar, no puedo moverme, el ángel caído lo voltea, sujeta su cabeza y con un movimiento lo lleva hacia abajo, golpeando esta con su rodilla.

La criatura se ve algo desorientada, cosa que aprovecha mi guardián para llegar hasta mí. Después de eso solo siento que todo da vueltas a mi alrededor.

Cuando el mundo se detiene me hallo en la sala de mi casa y he tenido que correr hacia el baño para vomitar.

Enjuago mi boca y me dirijo a la sala donde se halla Semyazza.

— ¿Quién era él? —cuestiono molesta y aún algo asustada.

— Ese era Leviatán, el pecado capital que me sigue —dice y trago en seco—, debió haberte localizado gracias a mi esencia.

Me siento a su lado y quedamos en silencio por unos segundos, hasta que es roto por él.

— Dijiste que no me llamarías, de verdad eres un desastre Allison.