♡︎𝗖𝗮𝗽.1♡︎

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La alarma sonó indicando que debia ir a la universidad. Jisung se estiró antes de apagarla, Dios realmente no quería ir a clases, estar sentado horas y horas escuchando a su profesor hablar de temas que no le importaban en absoluto, teniendo que soportar y rechazar a un sin fín de Alfas que trataban de contejarlo.

Esos Alfas ni siquera lo querían por ser el mismo, sólo querían llevarlo a la cama, abrirle las piernas y que les dé una enorme camada de cachorros.

Jisung sabía que en el momento en que llegara su Alfa destinado, el podría hacerlo feliz dándole los cachorros que quisiera sanamente.

Lo malo de todo esto, era que aparte de ser el centro de atención de los Alfas, también era de los Omegas, la mayoría de Omegas lo envidiaban por tener un olor delicioso para quien sea.

𝘝𝘢𝘪𝘯𝘪𝘭𝘭𝘢, 𝘳𝘰𝘴𝘢𝘴 𝘺 𝘤𝘢𝘳𝘢𝘮𝘦𝘭𝘰

Su físico era otro tema, el castaño no poseía el físico delicado de todo omega, no, era alto, sus hombros eran firmes, tenía caderas delgadas y delicadas pero estas eran opacadas por sus largas y gruesas piernas, a lo largo del tiempo habia entrenado por su propia cuenta, consiguiendo un físico perfecto a los ojos de cualquiera.

Sus muslos eran  blancos y suaves, sabía perfectamente que muchos de los Alfas de su universidad se morían por tocarlos, lamerlos y morderlos como si de un caramelo se tratasen.

Han estaba orgulloso de su físico, por eso, cada día asistía a clases con poleras que dejaran a la vista sus clavículas y apetecible cuello, o simplemente alguna prenda ajustada que resaltara su cintura y piernas, no para provocar a los Alfas sino porque se sentía a gusto consigo mismo.

Finalmente se levantó, se ducho, y sacó una manzana para el camino.

— Adiós mamá — Se despidió de su adorable madre.

— Adiós bebé, cuidate — Sonrió para luego salir de casa rumbo a la universidad.

Ese dia se había puesto unos pantalones de cuero ajustados a sus muslos, una camisa roja con los primeros tres botones desabrochados.

Tomó el autobus y se coloco sus fieles audífonos para mirar por la ventana y sumergirse en la música.

Al llegar a la parada se bajó y se adentro a la universidad, sin sacarse sus audífonos, por alguna extraña razón estaba feliz, tenía el presentimiento de que algo importante pasaría.

Al entrar se dirigió por el medio del pasillo con un aura relajada y alegre llamando la atención de todos allí, Alfas miraban su cuerpo con hambre y los omegas con notable envidia.

— ¡Hey! ¿Donde esta el Omega favorito de todos? — Se acercaron Jeongin y Seungmin, sus mejores amigos.

Jeongin era un adorable Omega que se había mudado hace tres años desde Boston, al no tener buena pronunciación del idioma tuvo bastantes problemas, Jisung decidió ayudarlo y comenzaron con su amistad.

Kim Seungmin era un Omega bastante tierno a decir verdad, tenía tiernas mejillas que le daban apariencia de Cachorro, el primer día de clases chocó contra Jisung botando su café sobre la polera del castaño, le ayudó a limpiarse y se llevaron bien al instante.

Ambos lo apoyaban y defendían y no podía estar más feliz por eso.

— Hola chicos, ¿Como están? — Saludo animado Jeongin, guardando sus audífonos en su mochila, los tres tomaron asiento en una de las mesas de la cafetería, tomaron su desayuno tranquilamente hasta que escucharon unos gritos y alboroto en la entrada

— Ah no puede ser, son ellos otra vez — Reclamó Jeongin rodando los ojos

— ¿Quienes? — Preguntó curioso Jisung.

— Ese grupito de Alfas populares, se creen lo mejor de la universidad y no son más que unos imbéciles — Gruñó Seungmin.

Jisung dirigío su mirada al montón de Omegas que redeaban a los Alfas, estaba tratando de ver algo cuando de pronto, un delicioso aroma llegó a él.

Tierra mojada, café y chocolate amargo

TaeHyung sintió como su Omega se alteraba y comenzaba a saltar feliz en su interior

«𝗔𝗹𝗳𝗮, 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼 𝗔𝗹𝗳𝗮,  𝗺𝗮𝗿𝗰𝗮, 𝗰𝗮𝗰𝗵𝗼𝗿𝗿𝗼𝘀 ¡𝗩𝗲 𝗮 𝗿𝗲𝗰𝗹𝗮𝗺𝗮𝗿𝗹𝗼!»

Escuchó a su Omega hablar en su mente.

𝗡𝗮𝗿𝗿𝗮 𝗠𝗶𝗻𝗵𝗼

Me desperté por la maldita alarma, la apague y me fui directo al baño luego de terminar, salí de mi departamento, me dirigí al ascensor y espere pacientemente a que llegara al subterráneo.

Soy Lee Minho, un Alfa de raza pura, vivo solo en mi departamento desde los diecisiete años cuando me fui de casa buscando ser independiente, la ventaja de ser un Alfa puro es que a donde sea que vayas te muestran máximo respeto, así que no fue difícil encontrar trabajo de medio tiempo para pagar mis estudios, ahorré dinero y me compre una moto, aun así mi familia me envía un poco de dinero al mes.

Llegue a los estacionamientos y al encontrar mi moto, me puse el casco y me subí en ella.

Era realmente molesto ir a la universidad, tenía un buen promedio, pero lo que le molestaba era todos esos Omegas ofrecidos que se arrodillan ante él con tal de recibir siquera una mirada.

Minho aún esperaba con paciencia a que llegara su Omega destinado, le gustaría formar una hermosa familia, pero sabía de antemano que su Omega no era ninguno de esos ofrecidos con olor asqueroso, odiaba cada vez que los Omegas a su alrededor soltaban feromonas, buscando despertar a su lobo, que quería vomitar por tantos olores.

Al llegar fue a su casillero para guardar sus libros y al instante vio que este estaba a punto de explotar por la cantidad de cartas, regalos y peluches, ya estaba harto de esto

— ¿Que tal Honie? — Recibió un golpe en la espalda con parte de su mejor amigo, Hyunjin, un Alfa puro al igual que el por lo tanto igual de popular entre Omegas.

— Te dije que no me llames así — Se rio cuando recibió un golpe en la cabeza por parte del otro.

— Como sea, vamos a la cafetería tengo hambre — Pidió el pelirrojo.

— Esta bien, vamos — Comenzó a caminar seguido por Hyunjin.

Al llegar a las puertas de la cafetería fueron rodeados por una multitud de Omegas, tratando de llamar su atención o mejor aún, la de sus lobos posiblemente dormidos en su interior.

Minho estaba bastante irritado con la situación y estaba comenzando a desesperarse, pensó seriamente en usar su voz de mando para alejar a todos de una vez, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un aroma de destacaba entró todos los demás.

Vainilla, rosas y caramelo

Miró alrededor buscando al dueño de ese delicioso aroma, que hizo que su lobo despertará y moviera la cola feliz.

Barrió con la mirada toda la cafetería y en una de las mesas de al fondo, lo vió

𝘌𝘳𝘢 𝘶𝘯 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥𝘦𝘳𝘰 𝘢𝘯𝘨𝘦𝘭 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘷𝘪𝘰 𝘶𝘯 𝘖𝘮𝘦𝘨𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘦𝘭.

Su mirada se cruzó con la del Omega y ambos lobos saltaron felices, Minho quería correr hacia el chico castaño, recostarlo sobre la mesa y besarlo hasta quedar sin aliento.

Entré pensamientos nada puros su visión fue nuevamente tapada por la multitud de Omegas.

Una vez logró salir dirigió su mirada buscando al Omega, pero no voy rastro ni de él ni de los chicos que estaban sentados con él que suponía eran sus amigos.

𝘚𝘰𝘭𝘰 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘷𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳 𝘢 𝘷𝘦𝘳𝘭𝘰 𝘱𝘳𝘰𝘯𝘵𝘰.

Mi Omega Especial (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora