♡Cap.4♡

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Jisung despertó sintiendo unas suaves caricias en su palpitante entrada.

-Ahmm... Pero que? - el pelinegro observó curioso hacia atrás y pudo ver el rostro de Minho bastante cerca del suyo.

-¿Como dormiste omega? - preguntó con ironía el alfa, sabía que el pequeño aún seguía en celo y estaba dispuesto a seguir complaciendolo.

Minho adentro uno de sus dedos de golpe en el cálido interior del menor, quien gimió fuerte mientras se miraban a los ojos. El rubio no aguanto más y beso a Jisung, ingresando al instante su lengua, comenzando un baile en sus bocas al mismo tiempo que ingresaba otro dedo y comenzaba a moverlo.

-Mmm- gimió Jisung en su boca.

Minho agarro la pierna del pelinegro y la levantó obteniendo mayor profundidad.

Tocó su próstata y la acarició, al instante el omega echó la cabeza hacia atrás jadeando y respirando aceleradamente. Desearía despertar así todos los días maldición.

Finalmente Jisung se arqueó y se corrió sobre su vientre.

El alfa sacó los dedos de su interior y lo besó una vez más.

-Hay que levantarnos bebé- habló Minho besando su cuello.

- Está bien- sonrió tiernamente Jisung

Minho se bajó de la cama antes de dedicarle una bella sonrisa y desaparecer por los escalones.

El pelinegro suspirando se levantó, se colocó la sudadera del alfa que se encontraba en el suelo, era lo suficientemente grande como para taparle hasta mitad de los muslos.

Se dirigió al baño ignorando el leve ardor en su trasero.

𝘋𝘦𝘮𝘰𝘯𝘪𝘰𝘴 𝘴𝘪 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘩𝘢𝘣𝘪𝘢 𝘮𝘦𝘵𝘪𝘥𝘰 𝘴𝘶𝘴 𝘥𝘦𝘥𝘰𝘴, 𝘯𝘰 𝘴𝘦 𝘪𝘮𝘢𝘨𝘪𝘯𝘢𝘳𝘪𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘴𝘦𝘪𝘢 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘮𝘦𝘵𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘴𝘶...

Jisung se golpeó mentalmente no se ilusionaria, pero ese alfa provocaba en el cosas que jamás había sentido, el omega se estaba asustando.

No pudo evitar abrir sus ojos con sorpresa ante el lujoso baño frente a él

Se adentro y cerró con seguro, se miró en el espejo notando que sus negros cabellos parecían un nido de águilas, sus labios estaban rojos y aún más hinchados, un leve hilo de saliva se encontraba por la comisura de estos

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Se adentro y cerró con seguro, se miró en el espejo notando que sus negros cabellos parecían un nido de águilas, sus labios estaban rojos y aún más hinchados, un leve hilo de saliva se encontraba por la comisura de estos.

𝘌𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘢𝘱𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘦𝘭 𝘩𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘭 𝘢𝘭𝘧𝘢 𝘮𝘢́𝘴 𝘥𝘦𝘴𝘦𝘢𝘥𝘰 𝘺 𝘱𝘰𝘱𝘶𝘭𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘶𝘯𝘪𝘷𝘦𝘳𝘴𝘪𝘥𝘢𝘥, 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘰𝘳  𝘤𝘪𝘦𝘳𝘵𝘰 𝘳𝘦𝘤𝘪𝘦𝘯 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘪𝘢, 𝘭𝘰 𝘩𝘶𝘣𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘷𝘪𝘴𝘵𝘰 𝘦𝘯 𝘦𝘴𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘥𝘰 𝘵𝘢𝘯 𝘷𝘦𝘳𝘨𝘰𝘯𝘻𝘰𝘴𝘰, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘢𝘨𝘳𝘢𝘥𝘦𝘤𝘪𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘭 𝘳𝘶𝘣𝘪𝘰 𝘯𝘰 𝘴𝘦 𝘢𝘱𝘳𝘰𝘷𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘥𝘦 𝘴𝘶 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘮𝘣𝘢𝘳𝘢𝘻𝘢𝘳𝘭𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘵𝘰𝘥𝘰𝘴 𝘭𝘰𝘴 𝘢𝘭𝘧𝘢𝘴.

Mi Omega Especial (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora