♡︎Cap. 23♡︎

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Minho corrió hasta la entrada de su cabaña y de una sola patada la abrió.

Lo primero que vio fue a su madre tranquilamente sentada en uno de sus sofás, tomando un café.

Luego vio a su padre en la cocina en frente de su omega, al parecer le estaba dando órdenes por como el menor bajaba su cabeza y asentia.

-¡Que carajos le estas haciendo a mi omega!- gruñó con fuerza llamando la atención de todos.

Jisung apenas lo vio, se sintió un poco más aliviado.

-Oh, hola hijo- saludó su padre con sarcasmo- No sabía que y tenias un omega--

El rubio gruñó acercándose con cautela hacia su pareja, una vez estuvo cerca del pelinegro, este se lanzó a sus brazos y se acurrucó en su cuello.

Minho acaricio su espalda de arriba hacia abajo, beso sus cabellos sin quitar su molesta mirada de su padre.

-No es de tu incumbencia, además tu querias que me emparejara pronto--protestó el hombre negó sobando el puente de su nariz.

-Si, pero no con un omega macho- murmuró.

-¿Que tiene de malo? El es mi omega destinado-

-Los omegas machos son un problema, no son sumisos y este no te obedecerá-- gruñó y comió de los chocolates que habían ahí.

Por el leve y casi imperceptible gruñido que emitió Jisung en su cuello, supo que los chocolates eran de él. Asique estiró su mano y se lo arrebato a su progenitor.

-Ese muchacho no es digno de tu marca--

Minho dirigió su vista hacia su madre, quien solo se dedicaba a observarlos de lejos sin expresión alguna.

El omega, ya harto de ser tratado de sa forma, se separó abruptamente del rubio, quien lo miro extrañado.

-Pues te jodes porque ya la tengo-- habló tosco y enseño su reciente y fresca marca.

Todos los presentes miraron sorprendidos a Jisung, quien ante las miradas sintió a su lobo encogerse, pero no relajo su postura, incluso cruzó sus brazos sobre su pecho.

-Guarda silencio niñato, no puedes hablar sin el permiso de tu alfa-

-Puedo hablar cuando se me de la puta gana, no necesito el permiso de nadie-- volvió a responder con rapidez.

Minho se encontraba en shock. En serio que no paraba de sorprenderse con ese omega.
Realmente único. Sintió a través del lazo, el repentino cambio de emociones de su pareja, del miedo al enojo.

-Pero que chico más maleducado, ¿No te enseñaron modales?- el padre de Lee volvió a atacarlo.

-Ya me cansé de tener que guardar silencio de dejar que me traten como se les venga en gana—Jisung se acercó al hombre, apoyando sus manos en la mesa—Usted viene, a nuestro territorio, entra sin preguntar y comenza a dar órdenes, ¿En serio piensa que le voy a dar lo que quiere?, tengo en mi vientre a los cachorros de su hijo, no estoy de puto humor, mucho menos para tener que soportar a un jodido alfista en mi casa. Minho ya tiene la edad suficiente como para decidir con quien quiere estar—

Y así, dejando a todos con la boca abierta, el pelinegro acomodo su cabello, tomo su bolsa de chocolates y se fue a su habitación perdiéndose en las escaleras.

Cuando llegó a su cuarto, cerró de un portazo y se tiro a la enorme cama.

De repente, y segado por su instinto, se levantó y dirigió al armario, donde estaban sus ropas y las de Minho.

Mi Omega Especial (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora