𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟔

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Tres semanas antes de la boda de Ella y Otto llegamos a Australia. Parecería tarde pero Ella y yo habíamos acordado que fuera así para que no hubiera tanto viaje.

Esta vez no pudimos quedarnos en mi antiguo cuarto, Giorgia lo había alquilado a una chica muy maja a la que conocí cuando llegamos, así que estuvimos en un hotel.

Lo primero que hicimos fue ir con Ella a probarme el vestido. Era de color morado, con detalles plateados.

-Estás muy guapa.- me dijo Ella.

Mi embarazo ya estaba avanzado y era notable en el vestido, y también eran notables mi preocupaciones ahora que estaba a unos poco meses de ser madre de verdad, no niñera, no tía, no prima. Madre.

-Tú si que vas a estar guapa, por Dios, te casas Ella. Quién diría que la pequeña Ella que no se iba a casar con nadie iba a estar con Otto ahora aquí.

-Ha sido todo muy rápido, tal vez deberíamos esperar, pero con lo pequeño que es todo tampoco lo queríamos aplazar.

-Eso son los nervios, siempre te pondrán pegas, lo importante es que tú seas feliz y que Otto te haga feliz. Si en un tiempo ya no estáis juntos al menos asegúrate de que los años que estéis juntos sean especiales. Si pensáramos en si algo malo va a pasar, acabará pasando.

Nos dimos un abrazo fuerte.

Las siguientes semanas no fueron tan estresantes, al menos no para mi.

Tuvimos una noche bastante loca en la despedida de solteras, en la que pude bailar un poco y relajarme del trabajo. Después de todo el álbum me tenía trabajando incluso en vacaciones.

El día de despedida de solteros, los hombres comieron en una mesa y las mujeres comimos en otra del hotel, y en cuanto terminamos hicimos un poco de turismo y ya para cenar y la noche fuimos a un pub.

Volví un poco destrozada de bailar y el peso de la barriga, Damiano ya me estaba esperando en la cama y me dio mimos por todo el cuerpo.

-¿Qué tal la despedida?

-Bien, han sido todos muy majos. Y ha sido divertido por supuesto.

Le miro con una sonrisa ladeada.

-En una semana es la boda. ¿Estás emocionada?

-Estoy muy feliz por los dos. Y sí, tengo muchas ganas.

Me da un beso en la frente y los dos nos tumbamos para dormir.

La mañana de la boda si que fue estresante, las damas nos reunimos en una habitación del hotel al lado de la habitación de Ella.

-¿Y Damiano y tú les vais ha hacer algo bonito?- pregunta Giorgia.

-Es una sorpresa.-

-Oh, vamos, las cinco presente sabemos que tenéis un vozarrón. Si no le cantáis una canción es un delito.- dice la prima de Ella, Hazel.

Me rio y la agradezco.

Cuando terminamos fuimos a la habitación de Ella, quién estaba apunto de terminar su maquillaje.

Ninguna de nosotras habíamos visto el vestido antes así que cuando se metió al baño todas nos dimos la vuelta.

-Un momento, me está costando.

Todas reímos por lo bajo y cuando escuchamos la puerta abrirse nos giramos sorprendiéndonos gratamente.

El vestido era pegado y sencillo, tenía una cola y un escote de corazón, el cuello era una tela transparente cubriendo sus hombres y el final de las mangas de detalles florales en blanco.

La ceremonia fue pequeña y preciosa, todos estuvimos muy felices. Después de la comida nos entretuvimos bailando y la familia de los novios hizo un pequeño baile de Grease, la película favorita de ambos aunque más de Otto.

Y después de la cena vino el baile de los novios con la pequeña sorpresa.

Sabíamos por los padres de Ella que iban a bailar Thinking Out Loud y le pedimos al DJ que no pusiera la música.

Yo me senté en el piano y Damiano se puso al micrófono.

Damiano empezó a cantar la canción una vez yo empecé con el piano.

Ella y Otto se sorprendieron pues no nos vieron llegar al estar de espaldas, pero siguieron bailando.

En el estribillo me uní a Damiano y en algún punto me imaginé que éramos nosotros los que bailábamos despreocupados en una noche feliz como esta.

Y me pregunté si algún día nos podríamos librar de las críticas y de la gente que no nos quería juntos, si algún día seríamos una pareja normal a la cuál el trabajo les deje convivir. O en cambio viviríamos toda la vida de este modo.

El baile acabo, todos aplaudieron y seguimos con la fiesta.

Bailamos varias actuales, varias lentas, bachata, tun tango, disfruté el baile que le habían preparado el resto de las damas que debido a mi estado y mi tardanza en llegar no pude hacer pero aún así me aseguré de disfrutarlo.

Y en mitad de un vals pude apreciar de nuevo la belleza de Damiano, casi ya no había gente. Los que venían con niños ya se habían ido, la gente estaba sentada disfrutando de las conversaciones y las últimas copas antes de parar para poder conducir, y solo éramos él y yo y un par de parejas más en la pista.

Pude apreciar cada rasgo de su cara, no tenía su característico maquillaje, esta vez solo se había puesto un poco de tapa-ojeras.

Se había quitado la chaqueta del traje y tenía la camisa un poco salida del pantalón y la corbata desecha. Y aún así su aspecto seguía siendo perfecto.

-¿Sabes que eres precioso?

-Gracias.

Subo las cejas por el tonito egocéntrico de la respuesta.

-No vuelvo ha hacerte un cumplido, David.

-Tú si que eres preciosa. ¿Y sabes como estarías mejor?- acerca su boca a mi oreja y mordisca un poco el lóbulo.- En la cama del hotel, sin ese vestido y con la lencería que te he visto ponerte en el suelo.- me susurra.

-No seas así. Que hay gente.

-Están lo suficientemente borrachos para no enterarse.

Ruedo mis ojos.

Me da un beso en los labios largo y mientras estoy despistada se asegura de bajar la mano a mi culo.

Antes de que me diera un apretón que me hiciera saltar la subo y le miro reprobatoriamente.

-No se te puede hacer nada, que mujer.- se queja.

-Serás niño.

-Guapa.

-Idiota.

Me besa de nuevo y la canción acaba.

Yo me dirijo a la novia en cuánto terminamos y me uno a la conversación de las damas.

Damiano me miró a lo lejos mientras hablaba con Otto, era su típica mirada pervertida, parecía que eso que ha dicho antes lo iba a cumplir al pie de la letra.

Nova ✔️ ꜰᴀᴍᴇ #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora