𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟔

72 5 2
                                    

Podría decir que me desperté por los primeros rayos del sol y el sonido de los pájaros. Pero sería mentir, y ya le he mentido bastante a Damiano.

En realidad me despierto por el sonido de cacerolas detrás de mi, en la cocina.

Me incorporo para observar a Damiano abrir cajones sin parar. Sonrío por la imagen que me ha dado y porque la desesperación le queda muy bien, todo lo queda bien realmente.

-¿Qué haces?- le pregunto divertida.

-No encuentro la harina ni la levadura.

-¿Para qué?

-Quería hacerles unas tortitas a tu familia, por que hoy es nuestro último día y también para que tu tía no esté tan enfadada conmigo.

-Están en la despensa.- digo señalándole una puerta al lado de las escaleras.

-¿Así que eso no es una sala de torturas donde dejan a tus exnovios?

-No. ¿En qué momento mi familia te parece unos asesinos?

-En el momento en el que entro y tú tía me amenaza con cortarme los huevos.

-¿Te ha dicho eso?

-Se cree que no sé francés. 

Va a la despensa y coge la harina y la levadura. Yo me quedo en el sofá viendo como prepara todo. Como suspira, como se quita el pelo de la cara, como bate. Como es él, un ser humano perfecto en literalmente todo lo que hace.

-¿Piensas quedarte ahí mirándome e inundando la casa con tu baba o piensas ayudarme?

Me levanto corriendo y voy a ayudarle con gusto.

A pesar de que tenemos el vuelo para Italia pasado mañana, esta tarde vamos a París como pequeño viaje de novios, aún que aún no sé que va a pasar al final.

Decido cortar la incertidumbre y hablar sobre el tema.

-Sobre lo de ayer, tal vez no reaccione bien y me pase un poco. Creo que tienes toda la razón sobre lo de contarnos todo pero no creo estar preparada para contártelo. Igualmente lo acabarás sabiendo.

-Yo también tendría que haber entendido que si no me lo contabas era por algo, fui un poco egoísta.

-No, para nada. Fui yo la que debería haberte explicado todo desde un principio pero me puse a la defensiva.

-¿De verdad crees que tu tía me odia hasta ese punto de querer recordarme que estoy en Francia hablando en francés?

-No lo creo, lo sé. Se siente en la obligación de hacer de madre conmigo.

Hablando de la reina de roma. Justo mi tía bajaba por las escaleras.

-Ça sent très bon, tu prépares quoi miel?- dice.

Bufo porque no parece haber pillado el grito que le pegué anoche. A la siguiente se lo diré más fuerte.

-Des pancakes que Damiano prépare.

Mi tía mira de arriba a abajo a Damiano con una mirada bastante simpática, y aquí es cuando digo, el sarcasmo está en el aire tararara.

-Voulez-vous essayer, madame?- dice Damiano tan tranquilo.

Tendríais que haber visto la cara de mi tía cuando supo que Damiano sabía francés. Tuve que apretar mis labios para no reírme y hasta taparme con una servilleta.

-Iré a despertar a los niños.- dice sin más y la veo alejarse.

Ahí me siento libre de soltar mi carcajada y Damiano me acompaña.

Cuando los niños llegan a la cocina ya estamos friendo las últimas tortitas así que pongo la mesa con Sarah y el resto sube para despertar a las marmotas.

-¿Qué puede comer tu sobrina?

-Hasta donde yo sé, cuando se quedaron en casa me dijo que le hiciera un biberón de leche y un poco de manzana.

Él asiente y vuelve a la despensa.

El desayuno fue agradable, al final de todo. Solo con un par de miradas de mi tía y para terminar la mañana fuimos al parque con los niños.

Sarah se quiso quedar en casa y yo conseguí convencer a su madre de que la dejara quedarse un rato.

-¿Y? ¿Te gustaría tener tantos hijos como tú hermana?

La pregunta que soltó Damiano de repente me puso tensa.

Estábamos en un banco sentados mientras el resto jugaba en el parque con los niños.

-¿Y puedes no responderme algo con tu enfermedad, por favor?

-Bueno. Me gustaría, pero igualmente no creo que sea el momento. ¿Tú crees que sea el momento?

-A mi me da igual el momento. Yo creo que aunque seamos un poco jóvenes, un bebé es algo que podríamos mantener.

-Es que no es solo mantenerle. Tienes que cuidarle, prestarle atención, darle de comer, jugar con él, estarte atento a sus necesidades. Es básicamente estar con él todo el rato, y creo que nuestro trabajo no es algo que nos permita. 

-Ahora sí.

-Ahora sí porque ninguno está de gira. Pero piensa en que tendríamos que empezar a cambiar horarios para cuidarle, a aplazar giras y a pasar menos tiempo juntos.

Él suspira sin dejar de mirar a los niños en el parque.

-¿Tú quieres un hijo?- le pregunto esta vez mirándole a la cara.

-No lo sé, Cori. ¿Lo quieres tú?

Su cara se gira hacía mi, sus ojos brillan esperando una respuesta. Y yo solo puedo apartar la mirada.

Sería el momento ideal para decírselo. Estábamos solos, con mi familia a 20 metros, él ya había comenzado una conversación sobre eso...

¿Pero era el momento que yo quería? ¿Quería yo tener un hijo y alejarme de Damiano?

Nova ✔️ ꜰᴀᴍᴇ #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora