Y así como ayer,me levanté sin ganas de mi cama,me bañé,cambié y recogí mis pertenencias más calmada. Anoche no pude pegar el ojo,así que cuando el alba se acentuó me di una ducha larga y limpieza profunda a mi enredo,no di vueltas al asunto,respondí a ese mensaje recordando muchas cosas.
Por primera vez,al pasar por el marco que divide el corredor de la salida,y la sala/cocina. Voy al refrigerador llenando un vaso de zumo de naranja,haciendo más agradable el sabor amargo del medicamento.
No lo olvidé,y si madre estuviese aquí, alardeo de semejante logro,ja,ja.
Me engancho el bolso,conectando mis audífonos al celular. Agrego seguro al salir,y bajo las escaleras metálicas a paso de perezoso. Otro logro sería llegar diez minutos antes a la preparatoria,algo que medianamente agradezco por pasarlo mal anoche. Todo no puede ser malo, ¿ o sí?
La sensación de ser una muerta en vida, vaga fugazmente por mi cabeza. Lo lamento,los episodios suicidas no se han disipado del todo. Sigo siento lo mismo que años atrás,lo mismo por lo que estoy luchando desde pequeña;mis traumas.
Camino viendo mi alrededor,con la música a todo volumen. La melodía de Power Over Me,de Dermot Kennedy suena quitando mis pensamientos a segundo plano. Entonces diviso la panadería y saludo a la sra. Esparza que riega las plantas en su entrada.
Seguí mi camino. El viento frío hace que me acurruque en mi abrigo de lana,y adentre mis manos a mi bolsillo. Lo carros van y vienen, las personas caminan tratando de llegar a algún sitio. En eso,una niña de ojos grises semejantes al propio plomo me toca la rodilla,veo mis alrededores buscando a sus padres,y nada. Una media sonrisa se ilumina en su rostro,y empieza a hablar,entonces para ver qué dice; retiro mis audífonos,y me agacho hasta quedar a su altura.
—¿Te encuentras bien?—miro su rostro prolijo y con un leve lunar rojo bajo la nariz remachada que carga. Es muy bajita,le calculo unos siete años como máximo—¿y tus padres?
Su cabello de un rubio brillante se mueve con el viento,nuevamente me sonríe. Y es gracioso como lo hace,porque sus facciones se achican llena de genuina felicidad.
—Es muy bonito —señala a mis espaldas con emoción,giró a ver y no hay nada —¿ Es tu novio?
¿Novio?no entiendo a quién se refiere.
—¿De qué hablas?
—El chico de ojos como el cielo,él me dijo que te extraña mucho. Y quisiera decirte...
Una señora delgada aleja a la niña cuando iba a terminar,hago una mueca tomando distancia. La misma me miró apenada.
—Disculpa cariño,mi nieta suele decir cosas sin sentido —la alzó hasta cargarla. Me ofreció una sonrisa algo retraída, como si hacer ese simple gesto le costara.
—Oh,descuide —dije moviendo mis dedos en el bolsillo.
Se disculpó por haber hecho que mi tiempo se perdiera. Pero la niña tan pronto tocó el piso,corrió a mí.
—Él no es tan bueno,Lizzie. Ten cuidado —mi boca se abrió y un frío inexplicable subió por mi espina dorsal. Se fue dando saltos agarrada de la mano de su abuela, cruzaron la calle y dieron vuelta en una esquina.
Yo no las conocía,ni sabía de dónde salieron,pero que dijera mi nombre alteró un poco mis nervios. Y entonces recordé la risa floja al pasar por el cementerio,y las imágenes se proyectaron: cigarrillo,marihuana y alcohol del barato. Su asquerosos manos zarandeando mi cuerpo,y....
—Liz,sube —un carro rojo aparcó a un lado de la acera,y la cabellera andulada hace su presencia al asomarse por la ventana.
—Agnes...
—Sube,vamos al mismo lugar —mueve la mano,y le hago caso. Al adentrarme al asiento de copiloto,me recibe un olor a cítrico,algo muy fuerte que ella usa.
Despejo el asiento con la mano,y le entrego una bolsa con los maquillajes tendidos en el piso.
—Lamento el desorden,pero Joshua no me dejó opción —sonrió con malicia. Y regresó la vista al frente.
Agnes es de esas personas que transmiten confianza,algo que necesito para calmarme y olvidar mi mundo.
—Te pido disculpas —comienzo viendo mis manos. Sé que me está viendo confundida. Quiso hablar y le detuve—: Debí tratarte mejor ayer,pero simplemente tengo el leve sentimiento que casi no te conozco.
—Yo iba a decir que fue incómodo, a la mayoría no los veo desde que tengo doce —y el olor a cigarro llega nuevamente.
Detiene el coche. Habíamos llegado. Y mira que el tiempo pasó rápido.
Le dije a Agnes que avanzara,ella después de haber intentado quedarse,se marchó.
Cuando fuí a caminar pasando el estacionamiento, alguien más se acerca a mí,y me detiene.
—¿Cuándo vas a enteder que aquí tú no puedes estar?
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¿ Presa?
General FictionEn un pueblo, céntrico a la ciudad. Donde todos se conocen.En donde los territorios son marcados por "no peligrosos". Dime tú,¿ cómo le digo que no confíe en él? Todo él es una muestra de peligro. Escúchame bien, y espero razones. No te acerqu...