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          Iba de regreso a mi casa con Agnes como conductora designada,su hermano venía en la parte trasera viendo con intensidad su teléfono. Y de vez en cuando,sus lindos ojos jades me miran con recelo por el retrovisor. Sus actitudes son algo irracionales,ante mí era un caparazón que no iba a ceder por más intentos que hiciera. Desde que tengo memoria,su madre;Paula,amiga íntima de ambos de mis padres,y mi tía postiza Hilary nos reunían por intento de conllevar una relación amistosa entre todos. Cuando eso pasó,mi vida entera se vió rodeada por los Hiltons y los Kartney,nada más que eso.

      Nada me hacía tan cercana a Joshua,dando como excepción nuestro cumpleaños y mi amistad con Alex y Alec. Ellos sí se llevaban bien aunque a menudo no lo pareciera.

—Hoy escuché muchos rumores en cuanto a las reglas —expone Agnes de la forma más jovial posible. Asiento cohibida estando respirando el mismo aire que el castaño de intensos ojos jades.

—Siempre ser el cazador —acota Joshua con una risa floja. Su risa me recordó algo,pero no le dí importancia,era una risa,y seguido de eso,provenía de Joshua.

—Saber cómo no ser una presa,y relacionarse con personas de las cuales no tengas la mayor idea de qué parte procedan —expongo meditando el enredo.

    Me invade una mala sensación al pecho. Ang da un par de vueltas en las siguientes dos cuadras hasta llegar a un mini establecimiento donde vendían ramos de flores. Habíamos acordado llevarles flores a mi pequeño y encantador amigo.

   Agn fue la primera en salir sin dar crédito a mi colapso mental. Salgo seguido de Joshua que mira el panorama rústico de los primero establecimientos donde vendían inmuebles y electrodomésticos de alta gama. El tiempo estaba a mi favor,hacía una brisa muy fresca.

  Cuando fuí rodeando el porchs de mi amiga,Josh me detiene.

—Gabriel no es de mi confianza —le devuelvo la misma mirada de recelo que compartió en el vehículo.

—¿Gabriel?,¿qué con él? —su vestimenta consistía de una polera negra y shorts del mismo color,pero al cuerpo,zapatos deportivos y un aura enigmática. Parecía que sabía qué ponerse para cada ocasión,y eso me daba algo de suspicacia.

—Estuve planteándome la visita que te hará,y sería bueno que en vez de que se vean,nos ayudes a terminar la mudanza. O puede que hagas ambas.

—Chicos... —nos distrajo,la miré por encima de mi hombro. Con una ceja alzada desde la puerta nos pregunta—¿Sus preferidas eran?

—Tulipanes y lirios —respondemos entre la tensión del momento.

   Sonrió complacida y la perdimos de vista. Volví mi vista al establecimiento,algo descuidado por fuera y muy lindo por dentro.

—Gabriel no tiene buenas intenciones contigo —termina por sacar un cigarro de su bolsillo y un encendedor. Se aleja un poco y lo enciende.

     Con la misma brisa que me dio regocijo minutos atrás,arrastró un intenso dolor de barriga. El cigarro se volvió lo peor después de mis pequeños ataques de ansiedad. Cada que lo olía,algo en mí se activaba instintivamente,sólo por el hecho de prevalecer como un recuerdo muy amargo.

—¿Desde cuándo fumas? —se recuesta del primer poste de luz que encontró en  la esquina del lugar. 

—Desde hace...no te importa —habla tajante dando por muerta nuestra charla.

     Un mensaje llega,y eso parece disgustarle aún más. El registro me verifica que el nuevo mensaje es de Alec,y decido llamarle.



Lizzie —su voz tan pastosa me hizo cuestionarme cómo la había pasado.

Alec,discúlpame por haberte echado a un lado —empiezo por alejarme de la vista de Joshua,aunque no me tomaba  suma importancia a mi presencia.

Necesito de una explicación,jovencita.

       Mi amor platónico fue Alec,el rubio que tantas noches me llenó de emoción con tan sólo dirigirme la palabra,ese que me dio el primer beso,con quien tuve mi primera vez. Con él lo tuve todo,aunque su temperamento fuera obsesivo y desconfiado,lo amaba,y él también a mí. Necesitaba darle una explicación de mis arrebatos de personalidades tan drásticos.

—Ha sido una semana muy difícil,lo lamento. Quizás esta no es la mejor explicación,pero eso lo hablaremos después.

    Aspiro del dulce aroma a canela que sale de una pequeña cafetería,justo a la izquierda del establecimiento de flores.
 

  Fijo mi mirada a este,y parece abarrotado de personas,no quería estar ahí sola,así que miré al castaño,luego a la cafetería,indecisa a preguntarle si me haría compañía. Pero Alec pide mi atención,casi enseguida que tan siquiera le hablara a su amigo.

—¿Qué haces? —suena molesto,más que nada disgustado por no darle la atención necesaria.

Le llevo flores al pequeño Alex —expongo cuando un sonido de alivio se oye de la otra extensión.

Te llamé el jueves porque iría a la universidad,y quería despedirme de ti,luego...—cortó sus palabras,pero sabía que quería abordar el tema de la fiesta—;no es necesario realmente especificar.  No sé cuándo iré,pero te aseguro que pronto estaremos pasando un rato juntos.

   
    Asentí sin que me viera. Luego ví a Agnes salir del establecimiento con tres arreglos florales,uno para cada uno. Miré la cafetería y borré los pensamientos que tenía al verla.

—Me tengo que ir —bufa para mi desgracia.

—Siempre lo haces,Lizzie —colgó dejándome anonadada.

    Me rasco la nuca angustiada, no quería pelear con él. No sin haberle dejado de lado estos últimos días.

Ya no sé en qué estoy pensando,antes de la llegada de los Kartney,de las advertencias o amenazas,mi vida no estaba repleta de tanto desastre.

Con un dolor inexplicable en el pecho por lo que pasó,me dirijo al carro,donde ya están los otro dos.

   

      

                

¿ Presa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora