Jhoshua.
—Si te digo que aparentemente ya nada es igual,¿me creerías? —su tono educado rompe mis pensamientos.
—Te creo —digo dándole una calada a mi cigarrillo—. Han pasado unas cuantas semanas,el problema radica en lo que saben muchos de ellos.
—¿Qué saben? —encuesta divertido—,tú más que nadie sabe lo que acarrea eso,Kartney.
Me retuerzo en mi asiento cansado de esta charla. Lo había pensado, y aún no podía sacar de mi cabeza aquellas fotos que me habían mandado unos días después de eso. Y creo que me perturbaba por el hecho de ser lo suficientemente dañina para mi reputación.
—Esa foto deja en claro quién soy —un suspiro sonoro escucho de su parte. Pero vuelvo a tomar palabra—:es más, lo único que podría salvar mi pellejo sería arreglarlo.
—El tipo de arreglado que te gusta,amigo mío,cuesta algunos dólares —ruedo los ojos,sabía el precio perfectamente.
—El dinero es lo de menos,y lo sabes —no lo veía, pero muy seguramente alucina con la cantidad prudente que le tocaría por hacer negocios.
—Hoy mismo tendrás el arreglo,mi querido amigo —silencio por unos segundos—. Ya en el pueblo se escuchan rumores de una nueva cacería.
El juego,el estúpido juego que me tenía por demás de pensativo,todo parecía muy bien planeado;pero esos trabajos así, calculados a precisión,se necesita de ayuda;y claramente,mucha ayuda,perjudica a la cabeza del grupo.
—Hablamos luego,imbécil.
—Yo también te quiero, Joshi —cuelgo antes que me dé malestar de estómago.
[***]
Probablemente estamos jodidos desde el día uno,sin embargo,tomaría las medidas adecuadas para solucionarlo.
Me encontraba frente a mi hermana, que muy sutilmente me riñaba en su interior,y no sería para menos,debía llevarse un poco de la mierda y destrozosos momentos de su único y apetecible hermano.
—No estoy de acuerdo —mueve su peso de un lado a otro.
—¿Y a quién debería importarle? —manifiesto tomando asiento en la sala de estar.
La dejé enfurruñada,puesto que aunque me dijese lo contrario,mis ideas seguirán siendo mis ideas. Claramente no cambiaría de opinión.
—Soy lo único que técnicamente puede ayudarte. Y lo estás jodiendo—me apunta acusatoriamente,y lleva su cabello hacia atrás.
—¿Qué estoy jodiendo para tu pensar?—encuesto agrio. Dejando guardado muchas cosas por decir—;y no me vengas con que la voy a dañar.
—La vas a dañar —sigue igual de erguida e intranquila.
Pocas veces la veía de esa forma,pero muy a mi pesar,por muy descabellado que suene,ella sentía un gran aprecio por ella.
—No puedo dañar algo que ya lo está.
Indico viendo cómo estaciona mi padre el carro,y saluda a alguien a medida que desciende en velocidad.
—Si tanto te duele, deberías ayudarme. Porque sabes perfectamente que tampoco le hace bien estar con alguien demasiado posesivo y tóxico;la daña aún más —finalizó al ver a mi padre camino a la casa.
—Joshua Ally Kartney Croos —aquella voz amenazadora segó mi razonamiento—. No es posible que dejes tanta podredumbre.
—Lo puedo explicar —comencé. Inclusive Agnes quiso asegurar que no era mi culpa—,no tuve la menor idea.
—¿De qué,Joshua? —su voz se tiñe de evidente molestia. Tenía los brazos cruzados a nivel de su cintura.
—Esas fotos mamá...
—¿Qué pasa? —inquiere mi padre con muchas bolsas en sus manos.
La mujer trigueña que parecía haber salido de algún asunto de negocios,o de algo importante,sostiene su mirada y él parece ver mucho en aquellos ojos marrones. Tenía una fina línea por labios.
Muy bien sabía yo que recibiría un sermón.
—¿Qué ha hecho el chico para que grites así, mujer? —mi padre siempre había sido muy flexible en cuanto a nosotros se refería.
—Nuestro apellido está llenándose de cosas que no van —asegura histérica,como siempre hacía cada que los problemas crecían.
—Estoy seguro que lo arreglará —el término que usaba frecuentemente en mis problemas.
—Esto no es la ciudad,querido —rehuye fielmente de su mirada—. Vengo de la ciudad cuando me topé con Claven.
Mi padre enarcó una ceja. Claven era el detective al mando de dichoso investigación en la que me veía involucrado. Demasiado joven e intrépido para mi gusto. Él mismo me había asegurado hundirme,y hasta los momentos no lo había logrado;pero sabía que no descansaría hasta alcanzar esa meta prometida.
Continuó,tomando más calma:
—Me dijo de manera muy sugerente que uno de los padres de aquellas chicas están por aquí —su cara se tiñe de un rojo intenso—;y no pienso perderlo todo,Joshua. Espero no nos hayas mentido.
Suaviza su tono de voz. Y le pedía a Dios que me creyera.
—Te repito que no les hice nada —mi padre veía todo de una forma metódica.
Estaba al pie de la escalera cuando me dijo lo de aquel hombre. Ya no estaba tan desinteresado,y probablemente los otros dos integrantes de la familia tampoco lo estaban.
Miré sobre mi hombro para decirle:
—Ten en cuenta que no he llenado mis manos de sangre —camino arriba,puesto que debía con urgencia alejarlo de todo. De mi familia. De ella.
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¿ Presa?
General FictionEn un pueblo, céntrico a la ciudad. Donde todos se conocen.En donde los territorios son marcados por "no peligrosos". Dime tú,¿ cómo le digo que no confíe en él? Todo él es una muestra de peligro. Escúchame bien, y espero razones. No te acerqu...