chapter eight.

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➤; Llamas gemelas.↶

Un hilo rojo conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancia

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Un hilo rojo conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancia. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper.

Al final, las almas gemeles se encuentran porque tienen el mismo escondite.

Pero ¿Summer y Madeleine realmente son almas gemelas? ¿O simplemente una de ellas sueña con serlo?

Quizás ni Madeleine ni Summer se encontraron en el mismo escondite.
































— Miren, esa nube tiene forma de gatito — Summer señaló al cielo con su dedo índice.

— ¿Gatito? Yo creo que esa nube tiene forma de perro — opinó Madeleine, entrecerrando sus ojos para poder ver mejor la figura.

— Están taradas ustedes dos, esa nube tiene forma de Vaca — dijo el moreno con una mueca.

— Tú cállate, Miguel Ángel.

¡Deja de llamarme así! — reclamó mientras levantaba su espalda del pequeño mantel en el que los tres estaban acomodados y se sentaba encima de este — Verano.

La velocidad con la que Summer abandonó su posición anterior e imitaba la del moreno fue indescriptible, tanto así que Madeleine ni se había dado cuenta, aparte de que estaba sumamente concentrada en descifrar la figura de aquella nube.

— Deja de llamarme así, o le digo a tu mamá que fuiste tú quién rompió el jarrón de la cocina — atacó la pelirroja mientras alzaba las cejas amenazante.

— ¿Ah, sí? Entonces yo le digo a tu mamá que fuiste tú quién rompió su taza favorita — contraatacó Miguel.

— ¿Y sí se callan? O sino, yo les digo a sus mamás que fueron ustedes dos quiénes se escaparon a las dos de la madrugada al supermercado — Madeleine se sentó en el mantel con las piernas cruzadas mientras los miraba a ambos con una mirada profunda.

Summer rápidamente calló sus palabras, o mas bien insultos y se reincorporó en su lugar. Madeleine sonrió victoriosa.

Miguel rodó los ojos fingiendo asco, levantándose del suelo y mirando desde aquella altura a sus dos amigas.

— ¿Saben qué? Mejor voy a ver alguna serie en la televisión de Maddy, la calidad es tremenda.

A paso rápido se encaminó hacia dentro de la casa, dejando con las palabras en la punta la lengua a ambas.

𝐁𝐀𝐃 𝐇𝐀𝐁𝐈𝐓 | 𝐌𝐀𝐃𝐄𝐋𝐄𝐈𝐍𝐄 𝐌𝐂𝐆𝐑𝐀𝐖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora