➤; Quiero besar tus labios.↶
SUMMER LEBLANC
Ahora mismo me dirigía a paso lento hacia la casa de Madeleine, mentiría si dijera que no estaba muerta de los nervios. El simple hecho de imaginarme la escena donde Madeleine me rechazaba e intentaba cortar todo tipo de comunicación conmigo me aterraba constantemente. Tal vez era sólo mi imaginación, pero es algo que no puedo evitar pensar. Madeleine es la chica más dulce y hermosa que he conocido, su nobleza y belleza me cautivó desde el primer día. Pero decir que solo me gustó por su físico suena a mucha mentira, en realidad me enamoré por su hermosa personalidad, por su hermosa forma de ayudar a los demás y de siempre iluminar sus días.
Es como el sol.
Las calles estaban oscuras, unos simples postes de luz las iluminaban. No sé si eran mis nervios o algo parecido, pero justo en este momento podía sentir como me adentraba más a la oscuridad.
Algo que odio con todo mi ser es la oscuridad, me aterra el pensar que estoy a oscuras por completo y no sé que podría estar enfrente de mí. Quizás un asesino en serie, un oso gigante, una mujer muerta, un fantasma, o peor, una cucaracha.
Detesto las cucarachas.
Se podría decir que las cucarachas son asquerosas, para mí. Pero aún así, no soy capaz de matar ni a una mosca. Sí, tal vez odie a las cucarachas, pero jamás me atrevería a matar a una. Suena ridículo decir que me dan asco y que me da pena matarlas. ¿Pero se imaginan si esa cucaracha tenía una familia y yo la maté sin piedad? Sonaría más asqueroso decir que podría haber sido una familia de cucarachas, pero pobrecitas.
Me estoy desviando del tema, perdón.
Di unos pasos más y por fin pude divisar la casa de Madeleine a lo lejos, mis nervios aumentaron casi al instante. La reconocida silueta de Maddy afuera de su casa platicando con Rebecca simplemente aumentó mi curiosidad. Me escondí entre los arbustos, tal vez esto sería invasión a la privacidad ajena, pero mi intención jamás fue espiarlas. Ni siquiera se me pasó eso por la cabeza en aquel momento, sólo me escondí por el hecho de no interrumpir su plática, créanme.
Me tapé los oídos con las palmas de ambas manos, guardando así el sobre dónde se encontraba la carta en el bolsillo de mi sudadera. Las voces de Madeleine y Rebecca se escuchaban distorsionadas, quizás era por el sonido que ocasionaban mis manos al impactar con mis oídos.
Segundos después pude notar como Rebecca se alejaba de la entrada, dándome a entender que ya se iba. Con la sutileza del mundo salí de los arbustos, gracias a dios Madeleine no se dio cuenta, pues en esos segundos ella se había adentrado a su casa. Me posicioné enfrente de la puerta y suspiré, definitivamente los nervios estaban hambrientos hoy. Mis manos temblaban y mi corazón parecía querer salirse por si solo, se sentía tan raro. Era una sensación de adrenalina pero al mismo tiempo de miedo, extraño.
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𝐁𝐀𝐃 𝐇𝐀𝐁𝐈𝐓 | 𝐌𝐀𝐃𝐄𝐋𝐄𝐈𝐍𝐄 𝐌𝐂𝐆𝐑𝐀𝐖
Fanfiction𝙎𝙐𝙈𝙈𝙀𝙍 𝙇𝙀𝘽𝙇𝘼𝙉𝘾 tiene el mal hábito de mirarla con ojos de amor, de amarla más que como se ama ella misma. Tiene el mal hábito de quererla sabiendo que ella no la mira de la misma forma y saber que aún así seguirá guardandole un gran lug...