Capítulo 15: Problemas (Parte l)✔

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- Te puedes ir a comer, Marie - ella asintió, y sin decir ni una palabra se retiró

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- Te puedes ir a comer, Marie - ella asintió, y sin decir ni una palabra se retiró.

Apenas había regresado de mi hora de comida, solo había optado por comer un poco de arroz con salsa inglesa y agua. Estaba organizando unos horarios en el escritorio de Marie, de la nada apareció un señor con una cara molesta junto a una señorita muy bien vestida. Cuando los iba a saludar ellos pasaron de largo a un lado de mí.

Anteriormente Dedrick me había dejado indicaciones de que no querían que nadie los interrumpiera. Por esa razón fue que yo estoy esperando afuera.

- Disculpen, pero no pueden pasar - ella se detuvo frente a mí - Ellos están ocupados por ahora, no pueden recibir a nadie.

La risa que soltó la chica me inquietó un poco.

- Tú no eres nadie para impedirnos el paso, mocosa. Así que hazte a un lado que voy a pasar - dijo el hombre sin dejar de caminar. La chica pasó por mi lado y me miró con un sonrisa.

Que gente tan grosera, ya no hay respeto aquí. Los comencé a seguir rápidamente, ya que como ellos me habían dicho antes que nadie interrumpiera, no quiero que me regañen por esto.

Al entrar a la oficina ellos tenían una finta de estar molestos...muy molestos.

- ¡¿Con qué derecho se atreven a prohibirnos el paso?! - los chicos miraron serios a aquél hombre, pero sus fulminantes ojos fueron a dar hacia a mí.

Cómo nadie le respondía al señor reclamos, decidí yo tomar la palabra.

- Lo lamento, pero les dije que no podían pasar y aún así lo hicieron - reclamé, mirando con reproche a los que entraron sin permiso - Yo no...

Gian me hizo una seña para que me callará, lo cual obedecí.

- Vengo de un viaje muy largo de trabajo y cuando llego de lo primero que me entero es que le pones restricciones a Julia en nuestra empresa, GianLuca - el señor también se veía muy molesto.

El antes nombrado se levantó del sofá y se acercó al hombre de traje.

- Mira James, las cosas que pasen entre tu hija y yo, solo nos concierne a ambos - el italiano fulminó a la chica con la mirada - Y otra cosa, está no es "nuestra empresa". Es de mis padres y de nosotros, tú solo eres uno de los tantos socios minoristas que tenemos aquí.

El señor apretó sus puños y se iba a acercar a Gian, pero la señorita se interpuso entre ellos prohibiendole el acercarse a ese señor.

- No entiendo porque siempre que hay discusiones entre ustedes, siempre tienes que decirle a tu padre para que venga y te proteja - habló Alexey, ella abrió la boca anonadada - Eso no sería de una buena pareja, Julia. Si aún quieres juntarte con GianLuca te sugiero que seas más independiente y no dependas tanto de tu padre. O de lo contrario, yo me encargaré de terminar tanto con ese estúpido trato arreglado y también con la maldita sociedad que solo nos ha traído problemas.

NUESTRA MUJER © (Nosotros #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora