Capítulo 39: ¿Qué hacen aquí?✔

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Hace más de treinta minutos que no encuentro a Lisandro ni a Samira, lo que me hace pensar que están juntos

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Hace más de treinta minutos que no encuentro a Lisandro ni a Samira, lo que me hace pensar que están juntos. Puedo sonar encajosa, pero la verdad es que ya falta poco para que fuera la una de la madrugada, no tardan en llegar ellos y lo que menos quiero es que lo encuentren haciendo quien sabe que con Samira.

Me acerqué a Alan quien platicaba con Chase quien me daba la espalda. Cuando él vio que me acercaba su rostro comenzó a ser de preocupación.

- ¿Alguno de ustedes a visto a Lisandro? - ambos negaron, aunque Alan no me convencía del todo.

No dije nada más, y me fui de ahí. Todos o por lo menos la mayoría de los invitados ya se habían retirado. Únicamente quedaban mi familia, mis amigos y los amigos de Lisandro. No pasaron ni dos minutos cuando Samira salió de una de las habitaciones de huéspedes completamente molesta, ni siquiera me quise acercar a preguntar el porque, ya que mi hermano venía saliendo del mismo lugar. Giré mi vista a otro lugar para que no viera que había presenciado eso.

Por otro lado, mis hermanitos Emilie y Danilo después de tanto estar jugando por todo el apartamento cayeron profundamente dormidos en el enorme sofá. Los adultos se encontraban junto a ellos cuidándolos y hablando de sus problemas cotidianos.

Lisandro se encontraba ya con Chase y Alan, a ellos también se les acercaron mis amigos a excepción de Samira quien se encontraba sentada en uno de los sofás. Al parecer se cayeron de maravilla, ya que comenzaron a reír a lo loco por cosas que les estaba contando Chase. Me iba acercar a ellos cuando el timbre sonó. Mis manos comenzaron a temblar de los nervios, tomé el picaporte y di un par de respiraciones para después abrir.

Y ahí estaban de nuevo ellos, se notaban igual de nerviosos que yo. Coral trataba de ver detrás de mí, pero no lo lograba por su baja estatura, ya que ella era un poco más pequeña que yo, no tanto.

- ¿Están listos? - ambos asintieron, me hice a un lado para que pasaran.

Que tenga lo que tenga que pasar. Miré hacía donde se encontraba Lisandro, pero se encontraba de espaldas, aunque Alan y Chase si los notaron a pesar de que ellos estaban detrás de mí, ya que estaban con su vista frente a mí y de un momento a otro se pusieron serios.

Alan al parecer le dijo algo, ya que en ese instante Lisandro volteo. Lisandro al fijar su mirada en ellos una inmensa molestia se hizo presente en su rostro. Un escalofrió me recorrió por completo, él se acercó muy molesto a nosotros.

- ¿Qué hacen ellos aquí? - preguntó en voz alta, señalándolos.

Traté de ocultar mis nervios y puse mi semblante serio. Mis padres solamente nos miraban desde donde estaban, aunque mi madre ya sabía quienes eran.

- Yo los invité, Lisandro - dije, sin más - Sólo que más temprano.

Ellos se encogieron de hombros y me miraron avergonzados. Aunque por una parte le agradezco mucho a su impuntualidad, ya que de no ser por eso, a ambos les hubiera tocado presenciar lo ocurrido con Samira.

- ¿Porqué?

- Porque también es mi cumpleaños y estás en mi casa, hermano. Por lo cual puedo invitar a quien se me de la gana - jamás me creí capaz de hablarle de esa manera - Esto se acaba hoy, tienes que saber la razón por la que estuviste sufriendo todos estos años.

- ¿No entiendo de que hablas? - se hizo el desconcertado - ¿Yo? ¿Sufriendo? ¿Porqué lo haría?

Yo la miré incrédula, a mí también me dolía verlo así de indefenso. Un pequeño sollozo de Coral se hizo presente, a Lisandro se le ablando un poco la mirada al escucharla.

- Acaso crees que no te escuchaba sufrir todas esas noches en las que llorabas y decías que, que habías hecho mal o porque razón te habían dejado - Lisandro los miró fijamente, pero fue poco tiempo ya que inmediatamente retiró la mirada - Tienes que escucharlos, Lisandro. No todo es como te lo imaginas.

Él negó varias veces.

- Alessia, no te metas en algo que claramente no te incumbe - los miró y volvió a hablar - Quiero que se vayan, ahora.

Mi madre se acercó a Lisandro y lo tomó de los hombros.

- Conejito, no seas grosero con tu hermana - habló mamá con tristeza, es entendible, ya que nunca había visto a Lisandro actuar de esa manera - Mucho menos con estos jovencitos, que sea lo que hayan hecho se ven bastante arrepentidos. Escúchalos, cariño, nada te cuesta.

Ellos le sonrieron a mi madre como si estuviera agradeciendo que estuviera de parte de ambos.

- No lo voy a hacer - mi madre me fulminó con la mirada y colocó sus manos en su cadera molesta.

- Pues los vas a escuchar quieras o no - finalicé.

No puedo creer lo terco que puede llegar a ser mi hermano. Si él supiera lo que yo sé, también cambiaría de opinión. La vida de ellos dos no ha sido nada fácil, y menos si no tienen a Lisandro a su lado.

- Por favor... - está vez insistió Coral con lágrimas en los ojos - Si después de que escuches lo que tenemos que decirte, aún no cambias de idea...

Ella duró sin mencionar palabra alguna un momento, no fue hasta que Jace tomó la palabra.

- Aunque nos duela demasiado - habló sin dejar de mirarlo, a la vez que abrazaba a Coral - Te dejaremos en paz, para siempre.

Él no mencionaba palabra alguna, solamente miraba sin dirección alguna. Mis padres que también estaban detrás de mí se acercaron y nos miraron segundos a Lisandro y a mí.

- Disculpen, pero... - intervino mi padre Leo, mirando completamente confundido ante tal situación - ¿Qué está pasando aquí? ¿Quienes son ellos, Lisandro?

Me tuve que resistir a no reírme ante la pregunta que hizo mi padre Leo después de escuchar todo lo que ya habíamos hablado anteriormente. Mi padre Nick también iba a hablar, pero mi madre los calló a ambos.

- En lugar de estar de preguntones, hagan algo productivo y lleven a los niños a la habitación - mis padres no se negaron a hacer lo que mi madre les dijo - Dejemos que estos chicos arreglen sus problemas.

NUESTRA MUJER © (Nosotros #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora