NUESTRA MUJER © (Nosotros #3)

Capítulo 42: Sufrimientos✔

Pasaron los dos días, y no ha vuelto a llamar el secuestrador. Los policías tampoco han encontrado nada, lo único que vieron en una de las cámaras ubicada fuera de la casa de Julia es que en definitiva a Nate se lo habían llevado en una camioneta plateada y con una placa que coincidía con un reporte de robo. Gian estaba desesperado, ya no sabía qué hacer, poco a poco su aspecto se notaba más y más demacrado. No comía, bebía demasiado y por supuesto eran peleas constates con todos a su alrededor.

Estaba en el comedor con Angeline, preparando bebidas para todos, bueno casi todos porque Gian desde que llegó de la calle no ha hecho otra cosa que beber whisky, aunque cuando llegó ya apestaba a alcohol. Aunque me duele mucho verlo así, en este momento más que nunca debemos estar con él.

- ¡Gian, por favor, debes tranquilizarte! - resonó la voz de señor Michael.

Angeline y yo nos miramos sin decir una palabra, ya sabíamos lo que se avecinaba, otra discusión.

- ¡No me digas que hacer, Alexey!

Después de eso se escuchó un estruendo de algo estrellándose. Eso nos puso alerta a Angeline y a mí, dejamos lo que estábamos haciendo y salimos rápidamente para ver qué estaba pasando. Al parecer a Gian le había dado otro ataque de desesperación por no tener noticias de Nate. Al entrar a la sala Thomas y Dedrick lo tenían agarrado a Gian cada uno de un brazo tratando de no soltarlo, ya que él forcejeaba, el rostro del que ahora no reconozco si es mi novio por la manera en la que se comporta, daba miedo.

- ¿Qué pasa ahora? - los ojos de Angeline se comenzaron a cristalizar al ver tal escena - ¿Por qué lo sujetan de esa manera?

Uno de sus esposos Jared, se acercó inmediatamente a ella y la abrazó colocando su rostro en su pecho a la vez de que Angeline rompía en llanto.

- Trató de golpear a Alexey, después de arrojarle un vaso que se estrelló en la pared - ella volteó a ver a su esposo a los ojos - Él solo le dijo que ya no bebiera más y eso lo descontroló por completo.

- No puedo seguir viéndolo así, me rompe el corazón ver que mi hijo más pequeño pierda la cordura por el alcohol - después de esas palabras, rompió en llanto una vez más.

Yo miraba fijamente a Gian quien estaba transformado en otra persona, Angeline estaba sufriendo por su culpa. Me acerqué sin dejar de mirarlo, antes de que siquiera pudiera acercarme demasiado unas manos me detuvieron de los costados de mis brazos, aunque yo en ningún momento aleje la mirada de Gian.

- No te acerques más, amor - dijo Alexey con una voz gruesa y firme - Gian por ahora está muy alterado, no quiero que te haga daño. Él no es consciente de lo que hace porque está ebrio.

Me importó muy poco las advertencias de Alexey, me solté de su agarré y me acerqué más a Gian. Quien solo me miraba fría y profundamente.

- Gian, por favor, tienes que reaccionar - tomé su mejilla con mi mano temblorosa, su piel estaba caliente - Todos entendemos tu dolor, y por eso...

Mi hablar se detuvo cuando su ceño se frunció haciendo notar que mis palabras lo estaban molestando aún más. Se logró zafar del agarré de su padre y de su hermano.

- ¡No puedes entenderme! ¡Nadie puede hacerlo! - retrocedí un par de pasos por el repentino grito que dio en respuesta a mí - Ni siquiera tú, que no sabes lo que es el dolor de que algo le suceda a tu hijo, y no sé si en un futuro lo llegues a saber.

- ¡Gian! - gritó Angeline.

Al decir Gian eso último, mi mano optó por si sola al estrellarse directamente a la mejilla de él. Mis ojos se comenzaron a humedecer por el dolor que había sentido mi corazón ante las palabras del chico que decía amarme. Él se tocó la mejilla sobándose por el dolor, y no me dejaba de ver.

- Quizás no te comprenda en este momento como dices tú, pero en un futuro lo haré... - me acerqué más, y mis lagrimas cayeron por mis mejillas - Y créeme que no serás parte de ello.

Su mirada se suavizó un poco al escuchar mis palabras, pero no me quedaré a escuchar más cosas crueles de su parte o un perdón. Pronto me arrepentiré de mis palabras porque las dije por impulso de lastimarlo tal cual él lo había hecho. Después de eso salí de esa casa sin despedirme de nadie. Detrás de mí se escuchaban las voces de Dedrick, Angeline y Marcus pidiéndome que regresara, pero no lo haría. Comencé a caminar hasta que tomé un coche de servicio.

Cuando llegué al apartamento estaban todos mis amigos con Camila incluyendo a su novio Braulio. Ellos se quedaron en abrupto silencio y me miraron con preocupación, no era para menos venía llorando y corriendo porque lo único que quería era llegar a mi habitación y encerrarme ahí para siempre.

-Quiero estar sola, por favor- fue lo único que dije en un sollozo, cuando vi a Daniel queriendo acercarse.

Sin decir más me fui a mi habitación, coloqué el pestillo y me tumbé en mi cama dejando mi rostro escondido en las almohadas para poder llorar. Hice todo lo que pude para poder estar con Gian, pero el simplemente ¿Qué hace? Alejarnos, y no dejarse ayudar.

Duré un par de minutos en total silencio hasta que mi móvil comenzó a sonar, dejé que la llamada sonara de seguro se trataba de alguno de los chicos. Fueron dos o tres veces las que sonó mi móvil y no respondí. No pasaron ni dos segundos cuando insistentemente la melodía volvió a hacerse presente decidí contestar.

*Llamada*

- ¿Sí?

- Hola de nuevo, linda - ay dios, este hombre otra vez.

- ¿Qué carajo quieres? No te quedó claro que no te quiero cerca de mí - él solo río de una manera muy macabra - Además, ¿Cómo obtuviste mi número?

- Eso es lo de menos, Alessia. Aunque debo decir que la secretaria es muy fácil de seducir, pero aquí lo importante ahora no es ella, sino... - duro un par de segundos en hablar, un miedo recorrió mi cuerpo por el suspenso de su llamada - ¿Qué estarías dispuesta a hacer para salvar a Nate?

Esa pregunta me cayó como un balde de agua helada. Procesé todo lo sucedido y ahí llegué a una conclusión.

- Tú eres el secuestrador - afirmé en un susurro, más que una pregunta.

- ¡Bingo! - se carcajeó - Eres muy inteligente.

- ¡¿Cómo te atreves a meterte con un niño?! - traté de gritar no tan alto para que no me escucharan mis amigos que se encontraban aún afuera - ¡Eres un desgraciado infeliz!

- No, no, no, Alessia. No te conviene insultarme, sino quieres que el niño pagué por tus actos.

- Ni se te ocurra tocarlo - sé que me voy a arrepentir de lo que voy a decir, pero no queda de otra - Haré lo que quieras con tal de que lo dejes ir.

- Esa voz me gusta más - el sonido que hizo me dio asco - Quiero que vengas de inmediato a la dirección que te mandaré por mensaje.

- Ahí estaré.

- Escúchame bien, si llegas con policías o con alguno de tus pretendientes, el niño muere en ese momento - no respondí nada - No estoy jugando Alessia, la vida de Nate depende de ti, te veo muy pronto.

*Fin De La Llamada*

Al colgar la llamada, de inmediato me llegó la localización por mapa. No sé qué pasará cuando llegué ahí, lo que sí sé es que daré mi vida por la de Nate de ser necesario.