Capítulo 45: Operativo (Parte l)✔

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Mi niña

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Mi niña.

Mi corderito.

Mi pequeña.

Mi todo.

Jamás creí tener un lado cursi en mi vida, pero solo ella logro sacarlo de lo más profundo de mí.

No podemos permitir que algo malo les suceda a las personas más importantes de nuestras vidas. Espero que no lleguemos tarde y que estén bien, sino esto no me lo perdonaré nunca.

- Acelera Dedrick, ya nos queda poco recorrido - mi paciencia no es mi mayor don.

Miraba fijamente mi móvil, mientras movía impaciente mi pierna derecha de arriba a abajo.

- ¿Y que crees que hago? No me distraigas, sino llegaremos pronto, pero bajo tierra.

No dijimos más palabras y todo se quedó en un completo silencio. Miré por el retrovisor y Gian miraba a la ventana muy hundido en sus pensamientos. Desde la mañana que Alessia no llegó a la empresa, él se estuvo repitiendo una y otra vez que se sentía muy culpable por haberle hablado de esa manera a Alessia.

- ¡Llegamos!

Yo también quedé tan perdido en mis pensamientos que ni me di cuenta que nos habíamos acercado a la zona. De lejos se podía ver qué ya habían dos patrullas con varios policías rodeando la vivienda. Uno de ellos extendió su mano frente a nosotros para que nos detuviéramos y no nos permitía acercarnos más. Dedrick apagó el coche y los tres nos bajamos, no me importa si nos prohíben el paso de igual manera entraremos.

- Hasta aquí chicos, lo siento, pero no pueden acercarse más - el policía puso sus manos enfrente para detenernos - ¿Quieren que los arreste? Están interviniendo en un asunto policíaco.

- ¡A quien debe arrestar es a la maldita persona que tiene a nuestra mujer y a mi sobrino secuestrados en ese lugar! - mis hermanos colocaron sus manos en mis hombros, mostrándome así su apoyo - Si no hace algo los matarán, y todo será culpa de ustedes.

Al parecer el policía logró recapacitar un poco de su poca mentalidad. Nos dejó pasar, pero dijo que solo uno podía entrar ahí, y les dije que yo iría porque si Gian entra perdería el control por completo. Mis hermanos se quedaron detrás de una patrulla, ya que no sabían si se trataba solo de una persona o más y si venían con armas de fuego.

Una policía se acercó a mi y me extendió un chaleco antibalas. Me lo coloqué rápidamente, y los policías estaban poniéndose de acuerdo en que posición iban a estar cada uno.

- Vamos.

El encargado del equipo me hizo una seña con su mano para que lo siguiera, al entrar al lugar se veía muy deteriorado y a punto de caerse, se veía en muy mal estado. Los policías se comenzaron a dividir en secciones, porque el lugar a simple vista se ve grande.

NUESTRA MUJER © (Nosotros #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora