Después de lo sucedido anoche, casi no he cruzado palabras con mis novios, lo único que hice en la mañana fue ducharme y desayunar algo de fruta picada. Obviamente hablé con mi madre sobre lo que ocurrió con Nate, pero omití el otro tema que involucra a mis padres, lo que menos quiero es que ellos también discutan. Antes de salir de casa le dije a ella que iba a estar a tiempo en el apartamento para despedirlos y que me disculpara por no estar con ellos cuando llevó mucho tiempo de no verlos.
Lo que me enoja aún más es que mis padres saben perfectamente que odio las mentiras, ¿Y qué es lo qué primero hacen? ¡Exacto! mentirme. Digamos que mis novios están pagando los platos rotos, porque mi molestia es por mis padres, no por ellos. Aunque lo que ellos me contaron acerca de su pasado no tuvo mucho que ver, porque como Alexey dijo: Es solo pasado. Todos cometemos errores alguna vez en la vida, por esa razón existen las segundas oportunidades, y yo pienso darles esa oportunidad. Aunque si me sorprendió lo que escuché, también me sentí bien porque ellos me tuvieron la confianza de decírmelo a pesar de las circunstancias.
Aunque sigo muy preocupada por Nate, aún no sabemos nada de él. Hablé con Angeline la madre de los chicos y me dijo que en la mañana tuvo que retener a Gian para que se quedará en casa descansando, ya que toda la noche se la pasó llorando y tomando alcohol mientras veía la foto de su hijo.
En la mañana me moría de ganas de preguntarles a Alexey y Dedrick por él, pero mi orgullo era más fuerte que eso. Unos toques en la puerta se hicieron presentes borrando por completo mis pensamientos y volviéndome a la realidad.
- Señorita Anderson, sus padres están afuera y piden verla con mucha insistencia - fue lo primero que dijo Marie - ¿Les digo que pasen?
Lo pensé unos segundos, para después asentir. Guardé los documentos que estaba clasificando según la importancia en el cajón de mi escritorio y me levanté de mí asiento. Al entrar mis padres digamos que no traían muy buena cara, ya que su vista quedó clavada en mi escritorio, ya sé por dónde va esto. Y ni hablar de mi padre Nick, cuando vio los otros tres escritorios de los chicos.
- Debe ser una broma, ¿Cierto? - bufó mi padre Nick incrédulo, yo no hice ningún movimiento y nada más lo miraba - No te pongas rebelde Alessia. Dime, ¿Por qué carajo tu lugar de trabajo está dentro de su oficina y no fuera?
Rodeé los ojos ante la escena de celos que hacen.
- Será, porque soy su asistente, no su secretaria. Y si ellos me lo piden, tengo que obedecer, al fin y al cabo, ellos son mis jefes - mi padre Leo traía consigo una cara de pocos amigos, muy común en él si me lo preguntan. Ahora quien quería hablar era él, pero me adelante a hacerlo - Después de todo, estoy aquí gracias a ustedes, ¿No es así? Así que no le veo el problema.
Los miré fijamente esperando a ver que decían en su defensa.
- Debí imaginar que estarías molesta, Dedrick nos advirtió de esto - eres un alemán muy chismoso, mi amor - Por eso vinimos para solucionar todo esto, no queremos irnos y dejarte molesta. Queremos pedirte una disculpa por habernos metido de esa manera en tu vida.
- Saben que con una disculpa no se soluciona nada, ¿Verdad?
Me fui a sentar nuevamente a mi escritorio y me crucé de brazos. Mis padres suspiraron rendidos, sabían perfectamente que no cedería a que con un perdón olvidaríamos todo y lo dejaríamos como si nada pasara. Ambos se acercaron a mí, y se pusieron de cuclillas para después cada uno tomarme de las manos.
- Conejita, por favor, no lo hicimos con intención de invadir tu vida, sino de protegerte - las palabras de mi padre Leo sonaron tan sinceras que poco a poco mi enojo se iba esfumando - Simplemente queríamos que estuvieras en un lugar donde sepan valorar tu esfuerzo, y no te exploten como lo es una de las empresas a la que habías enviado tu formulario, que les dan preferencia a los hombres y a las mujeres las acosan constantemente.
Mis ojos se asombraron al escuchar eso. Les iba a preguntar cómo es que sabían todo eso, pero no quise indagar en el tema porque sería cuento de nunca acabar con esa platica.
- Mira corazón, para nosotros tú siempre serás nuestra pequeña niña que cada que terminaba de comer corría a alguno de nosotros para que te lleváramos por un helado de frambuesa - sonreí con nostalgia al recordar esos momentos - Por eso queremos que estes bien, y para ello tu lugar debe de ser fuera de esta oficina.
Pero que necedad. Ahora veo porque mi mama siempre los está regañando por todo. Nunca se pueden quedar callados y siempre tienen que volver al punto con el que empezaron.
- No entiendo porque tanta insistencia con eso, ustedes tienen la culpa por haberme involucrado en esta empresa.
- Creímos que Jared, Michael y Thomas seguían al mando de la empresa, jamás nos pasó por la mente el hecho de que sus hijos ahora eran los nuevos jefes de aquí - habló mi padre Leo - Por esa razón lo hicimos, ya que la amistad y sociedad que han tenido ellos con tus abuelos y con nosotros es de muchos años...
Sus palabras fueron interrumpidas por alguien que entró abruptamente.
- Alessia, necesito el... - Alexey se quedó mudo al ver a mis padres de cuclillas frente a mí. Él me miró, y aclaró su garganta - Disculpen la interrupción Señores Anderson, es un gusto tenerlos por aquí. Alessia necesito el informe de balance sobre las ganancias del último mes.
Mis padres se pusieron de pie, y miraron a Alexey de forma amenazante. Revisé rápidamente las carpetas de mi escritorio y en la penúltima carpeta estaba el informe que me pedía Alexey. Se la extendí sin decir ni una palabra, eso extrañó a mis padres. Cuando Alexey tomó la carpeta noté que su mano temblaba, lo miré a los ojos y noté cual fue el motivo, mis padres.
- Gracias - me sonrió, y salió de ahí.
Mis padres dijeron que tenían que irse porque mi madre les estaba llamando, pero yo en ningún momento escuché alguno de sus móviles sonar. Mientras ellos salían, Marie volvió a entrar a la oficina diciendo que el Señor Smirnov quería verme para algo importante. ¿Por qué yo? Se supone que si son cuestiones de negocios eso les concierne a los chicos no a mí. Sin esperar siquiera un poco, el señor Smirnov venía entrando quedando detrás de Marie.
- Puedes retirarte - ella asintió, haciendo un gesto de molestia - Buenas tardes, Señor Smirnov, los chicos ahora están en una reunión con el Señor Walsh, y...
De reojo miré que traía algo en sus manos.
- Linda, no vine aquí para ver algo con ellos, lo que me trajo aquí eres tú - ¿Yo? mi rostro debe ser indescriptible en este momento - Solo pasaba por aquí para traerte un pequeño presente por tu cumpleaños.
Me extendió una pequeña caja envuelta con papel de regalo negro y un listón dorado. Yo solo lo miré en sus manos, pero nunca lo tomé. ¿Como se enteró de eso?
- Le agradezco, pero no voy a aceptarlo - su ceño se frunció con cierta molestia - No quiero sonar grosera, pero no lo conozco apenas y lo he visto en dos ocasiones.
- Pero eso sí sería una total grosería - me sonrió de lado, como yo no respondí él volvió a tomar la palabra - Bueno, ¿Qué tal si mejor me aceptas una cena?
Negué rotundamente, obviamente no cambiaré de opinión, y menos cuando se trata de salir con este tipo tan poco agradable.
- Bueno, no insistiré más - su sonrisa me daba miedo, pero traté de guardar la compostura - Tarde o temprano vendrás a mí, y en ese momento no te podrás negar, Alessia. Ya lo verás.
- Tomaré eso como una amenaza.
- Tómalo como quieras, linda.
Acercó su mano a mi barbilla y la acarició, yo inmediatamente me alejé de su tacto. Él sin decir nada más salió de la oficina dejándome una incertidumbre en mi pecho.
¿Qué trató de decir?
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NUESTRA MUJER © (Nosotros #3)
Teen Fiction~TERMINADA~ Libro #3 (Saga Nosotros) CUARTA TEMPORADA PRÓXIMAMENTE ____________________________________________________ Tres hermanos. Hijos de diferente padre. Con una madre en común. Alexey, Dedrick y Gianluca. Hermanos y socios de una gran...