Día 1: Cita a ciegas

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Shipp: Izo x Ox

Universo Alterno.// Normal AU.// Omegaverse.// Modern AU

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Estaba bastante nervioso, no sabía qué esperar. Por un lado, quería salir huyendo, pero otro ansiaba quedarse. ¿La razón?, finalmente conocería en persona a su amigo de internet.

Kamitani Izo, un chico Omega de Japón que había conocido por azares del destino en un videojuego en línea. Les tocó estar en la misma escuadra, y aún comunicándose en inglés, formaron una buena amistad.

De la primera vez que hablaron ya habían pasado dos años. Dos años en los que habían intercambiado números telefónicos y se habían agregado en todas sus redes sociales. La confianza entre ellos había crecido tanto, que incluso se hacían llamadas o se enviaban notas de voz de vez en cuando. Izo le había enseñado algo de japonés, y él le había enseñado algo de griego.

Izo era sin duda alguna, todo lo que podría desear en alguien. Serio, pero cálido una vez que lo conoces, inteligente, con varios temas de conversación, bastante centrado en sus objetivos, con un sentido del humor algo peculiar, y alguien que no se intimidaba fácilmente. Casi todo lo contrario a él, pero era eso lo que tanto le encantaba.

Quizás Izo siempre sería un sueño, un ideal que jamás se haría realidad, y estaba bien así. Después de todo, el romance nunca había sido lo suyo, y prefería mantenerse al margen, siendo un admirador silencioso de aquel japonés del que solo conocía su voz y su personalidad.

Pero cuando Izo le contó que tenía pensado viajar a Grecia para visitarlo y finalmente conocerse, todos esos planes se vieron forzados a cambiar. Al final, había aceptado reunirse con Izo, y acordaron verse en el aeropuerto.

Un mensaje en su teléfono lo hizo volver al presente, se trataba de un texto de Izo. Al parecer, ya estaba en el aeropuerto.

Aún con algo de nervios, le envió su ubicación al japonés, y recibió la del chico. Ninguno había visto al otro más que en un par de fotos, así que no sabían muy bien qué esperar, pero no iban a echarse para atrás.

Al final, se encontraron en la salida de los andenes, viéndose por primera vez. Ambos parecían algo nerviosos, pero aún así, ya estaban ahí, ya no había nada qué perder. Izo fue el primero en acercarse, arrastrando una maleta de ruedas y cargando una mochila.

- ¿Ox?- Preguntó, con ese peculiar acento de los japoneses.

- ¿Kamitani?- Lo llamó por su apellido, cómo según le había explicado Izo, se hacía en la cultura oriental.

- Llámame Izo, somos amigos después de todo.- Respondió con naturalidad el chico.- Vaya, eres más alto de lo que imaginé...- Añadió, y Ox se sonrió algo nervioso de nuevo.- Bueno, ya podemos irnos.

No se esperaba la reacción tan natural y despreocupada de Izo. La mayoría de las personas no dejaban de hablar sobre su estatura y hacer énfasis en ello, pero a Izo parecía no importarle.

Al final asintió, e incluso ayudó a Izo con la maleta. Los nervios rápidamente pasaron, y comenzaron a conversar cómo solían hacerlo por llamadas o durante las partidas que jugaban juntos.

Con el ambiente tan cómodo, llegaron al hotel donde Izo se quedaría los días que estaría en Grecia antes de darse cuenta.

Izo tenía una reservá hecha, así que rápidamente le entregaron las llaves de su habitación, y después de dejar las maletas y ponerse ropa más cómoda, ambos volvieron a salir del hotel.

- Y... ¿a dónde quieres ir?- Preguntó el más alto, aún algo nervioso.

- Creo que probar algo de la comida local no estaría mal.- Respondió el peli-negro.- ¿Conoces algún lugar?

Ox asintió, y ambos fueron a un restaurante de comida típica de Grecia. Izo sabía usar los cubiertos, aunque parecía algo incómodo usándolos.

- ¿Estás bien con eso?

- Sí, no es nada.- Asintió el azabache.- Solo no estoy acostumbrado, es todo.

Ox asintió, sin saber bien qué más decir o hacer. No estaba acostumbrado a ese tipo de situaciones, no se le daban bien. Además de que si Izo ya era un amor platónico antes de conocerse en persona, ahora estaba a otro nivel.

- Después de esto, ¿quieres ir a dar una vuelta?, es la primera vez que vengo a Atenas y quiero ver la ciudad.

- Sí, no hay problema.

Terminaron el almuerzo, con Izo haciendo preguntas, logrando hacer más ameno el ambiente y que todo fluyera con mayor facilidad.

Ox le mostró algunos lugares interesantes de la ciudad, incluso fueron al famoso partenón de Atenas, donde Izo no perdió la oportunidad de tomar algunas fotografías como recuerdo y enviarlas a su familia en Japón.

Lo que inició siendo un encuentro con cierto aire de incomodidad, terminó siendo una cita bastante agradable y divertida para ambos. Pero todo tenía un final, y ese día no fue la excepción.

Ox llevó a Izo de vuelta al hotel donde el jóven nipón se hospedaría, para asegurarse de que llegara a salvo y no se perdiera en el camino. Aunque la verdad, era que ninguno quería despedirse del otro.

- Mañana... ¿Quieres ir a desayunar?- Preguntó el más alto, algo nervioso de recibir una negativa.

Izo no dió una respuesta con palabras, sino con un pequeño beso en la mejilla del griego.

- Consideralo una cita.- Le sonrió el peli-negro.- Te espero mañana a las 8:00.- Añadió, para después entrar al hotel.

A Ox le tomó un momento salir de la impresión, pero una vez lo hizo, no pudo evitar sonreír.

Izo, dentro del hotel, camino a su habitación, solo sonrió. Ese chico lo había cautivado aún solo intercambiando mensajes y llamadas, pero al conocerlo en persona, terminó de convencerse de que era el indicado. Ese grandulón de cabello rubio le había robado el corazón, quizás sin siquiera ser consciente de ello. Afortunadamente, Izo se caracterizaba por ser muy directo, y cuando quería algo, no había poder humano que lo detuviera. Así que lograría conquistar a ese chico sí o sí.

Flufftober 2022: Saint Seiya Shipps Donde viven las historias. Descúbrelo ahora