Día 2: Baile de máscaras

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Shipp: Camus x Shura

Universo Alterno.// Omegaverse.// Ficción histórica

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Música clásica suave de orquesta sonando, gente bailando o conversando, algunos hombres intentando cortejar a las damas y Omegas solteros... Nada fuera de lo común para una fiesta de la burguesía francesa.

Camus, siendo el hijo mayor de un importante Chevalier y una duquesa, estaba forzado a asistir a esas reuniones y fiestas de la corte. Su madre, la duquesa Seraphina García, había fallecido hace algunos años, y el ducado ahora estaba siendo administrado por su padre, el Chevalier Degel Legrand, pero su padre no sería eterno, y el ducado debía quedar en buenas manos.

Tenía otros dos hermanos, ambos Omegas igual que él. Así que por ser el primogénito, a él le correspondía heredar el ducado una vez que su padre muriera, pero para eso necesitaban casarlo.

Su padre tenía influencia dentro de la corte, así logró hacerse del favor del antiguo duque y conseguir la mano de su hija en matrimonio. Entre esas influencias estaba el duque de un ducado vecino al suyo, quién tenía un hijo Alpha que estaba buscando esposa.

Sus padres eran buenos amigos, así que decidieron que era buena idea casar a sus hijos. Camus conocía a ese chico prácticamente sólo de vista, apenas y habían intercambiado palabra en alguna reunión o fiesta en la que hubieran coincidido, y ni siquiera sabía si estaba de acuerdo con eso, pero él, siendo un Omega, no tenía muchas opciones. Debía casarse con alguien de su mismo estatus, o incluso de uno mayor de ser posible. Tenía ya 17 años, ya debía estar casado o al menos comprometido.

El baile era de máscaras en esa ocasión, y la razón de la celebración era el compromiso oficial de la princesa con el príncipe del reino de Castilla. Así que era la oportunidad perfecta para encontrarse con Milo y hablar un poco con él, con la esperanza de aceptar el compromiso.

El tiempo pasaba, y simplemente no lograba visualizar a Milo por ningún lado. Por los antifaces sería algo difícil diferenciarlo por su rostro, pero fácilmente podría distinguir la cabellera morada con tintes azulados.

Cerca de la media noche, aburrido de permanecer en una orilla de la pista, y de beber vino, decidió salir a tomar un respiro a los jardines del palacio.

No quería aquel compromiso, no conocía a fondo a ese chico, pero realmente no tenía una buena imagen de él por lo que comentaban varios miembros de la corte y por lo que él mismo sabía de la familia de la que el muchacho procedía. Tan infantil, tan prepotente, tan testarudo, tan errático... Definitivamente era todo lo contrario a lo que él buscaba en un compañero de vida. No podía imaginarse a sí mismo rigiendo, o mejor dicho, dejando su ducado en manos de alguien así, porque para nada era un secreto que siendo un Omega, su papel se limitaría a dar y educar herederos.

Llegó hasta la enorme fuente en el centro del jardín, y se sentó en la orilla. Centró su mirada en su propio reflejo en el agua, y suspiró ante la idea de aquel matrimonio y lo que le esperaba, pero no tenía alternativa. Lune y Julián también eran Omegas, así que a él le tocaba asumir la responsabilidad por ser el mayor. Cualquier escándalo sería la ruina para toda su familia, así que debía mantener su imagen de Omega perfecto a toda costa, aún si eso significaba traicionar sus propios principios y hasta sacrificar su felicidad.

- ¿Se encuentra bien, señorito?

Al escuchar una voz desconocida y con un notable acento extranjero, de inmediato se incorporó.

- Sí, no se preocupe.- Respondió, intentando ocultar su verdadero sentir y esperando que aquel desconocido no lo hubiera visto en su estado más vulnerable, lamentándose por su destino.

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