Día 29: Defecto que más amo

159 5 5
                                    

Shipp: Hasgard x Asmita

Universo de The Lost Canvas.// Cambios en el cannon.// Headcanon

•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•

- Y entonces...

- ¿Entonces qué?

- Entonces, ¿cómo es que ustedes dos terminaron juntos si no podían verse ni en pintura?- Preguntó el castaño a su amigo de cabello blanco.- Siempre te la pasabas diciendo que Asmita era un odioso, engreído, presumido, pretencioso y mil cosas más. Y ahora...

Hasgard dejó escapar una risa ante aquel comentario. De cierta forma, Dohko no mentía al respecto, y no era el único para el que fue una enorme sorpresa que él y Asmita terminaran juntos.

Después de que la guerra santa terminara, y Athena les diera una segunda oportunidad, devolviendo a la vida a los caídos, dando su cuerpo mortal y volviendo a su sueño en el Olimpo en el proceso, cada uno de los santos tomó un camino diferente.

La mayoría eligió permanecer en el santuario, dado que era lo único que conocían y tenían. Otros más, cómo Defteros, quien había decidido volver a la isla Kanon, habían partido a otro lugar al que llamar "hogar". Otros más, cómo Dohko, habían recibido alguna encomienda de Athena y la cumplían, aunque eso no impedía que de vez en cuando se tomaran un descanso para volver a sus raíces. Y el romance no había tardado en surgir en el santuario, ahora que tenían años de paz asegurados.

Algunos como Dohko y Shion, o Sísifo y Cid no fueron una gran revelación. Pero otros más, cómo Hasgard y Asmita, vaya que fueron una enorme sorpresa.

- Supongo que es verdad eso de que uno a veces se queda con quién menos lo pensó.- Dijo el guardián de Tauro, encogiéndose de hombros.- Aunque eso no significa que lo considere perfecto. Sigue siendo tan arrogante y obstinado.

- ¿Y entonces porqué entre todos terminaste junto a él? Opciones para escoger había de sobra.

- Irónicamente, es eso lo que más me gusta de él.- Respondió con una leve risa el peli-blanco.- Esa arrogancia le da un aire algo magnético. Es como el sabor de una cerveza, es amargo, fuerte y algo desagradable al primer trago, pero no puedes dejar de probarla. Hay algo en el sabor que te hace querer probar más.- Añadió, intentando buscar alguna comparación.- Y su obstinación, es equivalente a su fuerza de voluntad. Me quedó claro que sin duda, es alguien totalmente fiel a sus principios y que confía plenamente en sí mismo. Eso es sumamente atractivo en cualquier persona.

- Vaya halago, compararme con una bebida alcohólica.- Se escuchó aquella voz, que ambos reconocieron al instante, cargada con una leve burla.- Pero igualmente, gracias por el cumplido.

Hasgard solo sonrió y rodeó la delgada cintura de Asmita con un brazo, aceptando después el pequeño beso que el rubio le dió.

- Y solo para estar a mano, podría decir que no me gusta que seas tan impulsivo al hablar y rara vez midas tus palabras. Pero a la vez es lo que más me gusta, que seas directo con lo que piensas y no te andes con rodeos.- Dijo el caballero de Virgo, contraatacando con una leve sonrisa.- Si no fueras tan directo, jamás habría siquiera volteado a oírte.

Asmita había vuelto a la vida, conservando su ceguera por alguna extraña razón, pero aún así, Hasgard le dirigió una sonrisa, y como si el rubio pudiera sentir aquel gesto, le correspondía de la misma forma.

- Ey, basta, que me empalagan con tanta miel.- Bromeó Dohko, sacándolos de su burbuja.- Ya entendí.

- ¿Qué no venías a ver al patriarca, Dohko?- Cuestionó Asmita, con el típico tono altivo que lo caracterizaba.- Si te quedas aquí conversando, se te hará tarde. Y no creo que eso le agrade a su santidad.

- Bien, capté la indirecta, Asmita.- Rió el asiático.- Nos vemos después.

Una vez que Dohko se fue, Asmita volvió a abrazarse al cuello de Hasgard, dándole un beso más profundo y algo demandante, llegando a darle una suave mordida.

- Ey, ey, tranquilo. Aquí no.- Rió algo nervioso el peli-blanco.

Asmita solo se rió de forma algo juguetona, para después dar un pequeño salto, haciendo que Hasgard lo sostuviera de los muslos, para después volver a besarlo.

- ¿En serio quieres que me tranquilice?- Sonrió coquetamente el rubio, jugando con uno los largos mechones blancos.

- A veces eres realmente impredecible.- Rió el santo de Tauro.

- Lo sé, y sé que eso te encanta.- Sonrió Asmita, bajando de los brazos de su pareja.- Te veo en Tauro en cinco minutos, y no es una pregunta.- Añadió, jugando un poco con uno de los mechones de Hasgard, para después soltarlo e irse, contoneando un poco sus caderas al caminar.

Flufftober 2022: Saint Seiya Shipps Donde viven las historias. Descúbrelo ahora