Día 14: Confesión arruinada

156 5 0
                                    

Shipp: Teneo x Regulus

Universo de The Lost Canvas.// Omegaverse.// Ligeros cambios en el cannon.// Headcanon.

•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•

Llevaba ya algunos meses planeando todo, buscando que saliera lo mejor posible.

Conoció a Regulus cuando el santo de Sagitario lo llevó al Santuario, hace unos tres años. Desde ese momento le pareció un niño bastante tierno y lindo, a decir verdad, era fácil encariñarse con ese pequeño Alpha de ojos verdosos y cabello esponjoso igual que la melena de un león, y su actitud tan alegre y enérgica.

Sin duda, Regulus desde pequeño era un niño encantador, pero ahora que atravesaba la pubertad y comenzaba su proceso de desarrollarse hasta ser un Alpha adulto, cualquiera Omega de su edad caería rendido a sus pies, era el interés amoroso de más de un aprendiz aspirante a santo, y Teneo no fue la excepción. Ese Alpha lo tenía bastante enamorado.

Por mucho tiempo se negó a siquiera intentar algo, temiendo que Regulus lo rechazara. Después de todo, era un santo dorado, un prodigio entre los más fuertes de toda la orden de Athena, ¿por qué se fijaría en un aprendiz como él?. Sí, de vez en cuando el joven león se escapaba de la vigilancia de su tío para escabullirse hasta el área de aprendices, posiblemente buscando convivir con otras personas de su edad, y más de una vez había ayudado a varios en sus entrenamientos. Una de las tantas razones de porqué tenía enamorada a la mitad de los aprendices.

Pero después de que Celintha y Salo insistieran por varias semanas, decidió hacer el intento. Decidió no ser tan directo, no quería parecer demasiado atrevido, después de todo, no dejaba de ser un Omega, y sabía que podía llegar a ser mal visto algo así. Entonces optó por dar pequeñas indirectas durante un tiempo, para que después la confesión no fuera tan inesperada.

Así que durante las últimas semanas se la pasó dandole algunas indirectas a Regulus, cosas simples, nada atrevido. Solo algunos cumplidos, saludos, uno que otro detalle como darle algunos regalos pequeños como un pastelillo o una fruta. Hasta que por fin consideró prudente intentar confesarle sus sentimientos.

Como si el destino se hubiera puesto de su lado, ese día apareció Regulus en el coliseo, saludando a todos los aprendices y ayudando a todo el que se lo solicitaba.

Teneo tomó una profunda bocanada de aire, y se acercó a él, tratando de sonar lo más natural y tranquilo posible.

- Regulus...- Lo llamó, con un nudo en la garganta.

- Oh, hola, Teneo.- Le sonrió el castaño.

- Yo... ¿Puedo hablar contigo?- Pidió, algo tímido.- Tengo algo qué decirte.

- Claro, ¿qué pasa?- Sonrió el joven caballero de Leo.

- A solas.- Añadió el aprendiz, desviando un poco la mirada.- ¿Tienes un momento?

Regulus asintió, sin borrar su sonrisa, y Teneo, aún algo nervioso, lo guió a una de las salidas del coliseo, un pasillo que a esa hora estaría completamente vacío y podría darles algo de privacidad.

- ¿Pasa algo?- Preguntó Regulus.- ¿Te sientes mal?, tienes las mejillas muy rojas y estás sudando mucho. ¿Quieres que llame a tu maestro?

- N-No, no te preocupes, estoy bien.- Respondió, intentando calmarse y no echar a perder su oportunidad.- No es nada de eso.

- Entonces... ¿Qué necesitas?

- Regulus... Yo...- Había practicado aquel momento en su mente toda la noche, pero los nervios lo habían traicionado y no sabía qué decir.- Yo...

Regulus no decía nada, solo lo miraba en silencio, curioso, igual que un gato mirando algo inusual, y eso solo hacía las cosas más difíciles para Teneo.

- Regulus... Yo... Yo...- Decidió tomarse unos segundos para tomar una fuerte bocanada de aire, y logrando reunir algo de confianza, estaba listo para decirlo.- Me-

- ¡Teneo!- Lo interrumpió una conocida voz.- Ahí estás, el maestro Hasgard nos mandó a llamar.

Salo... Tenía que aparecer justo en ese momento al lado de Celintha...

- Creo que no será necesario, ya encontró al santo de Leo desaparecido.- Mencionó Celintha.- Lo están buscando.

- Ah, gracias por avisarme. Enseguida voy.- Dijo Regulus.- ¿Qué tenías que decirme, Teneo?

- Eh... Yo... No, nada.- Suspiros el joven Omega.- Ya se me olvidó.

Celintha pareció darse cuenta de lo que pasaba, así que decidió hacer algo para arreglar su error.

- Le diremos al maestro que ya los encontramos.- Mencionó la jóven Beta.- No tardes en ir, Teneo.

Después de decir eso, la chica sujetó de la mano a Salo y se fueron antes de que Teneo pudiera responder algo.

- Será mejor ir a ver qué necesitan.- Dijo Teneo, intentando irse.

Pero justo cuando avanzó unos pasos, la manzana que llevaba guardada entre sus ropas, cayó de su escondite, yendo a dar hasta los pies de Regulus.

El Alpha se agachó para recogerla y la tomó en sus manos, mirándola por unos segundos.

Al darse cuenta de que se le había caído, Teneo dió media vuelta nuevamente, buscando recogerla, cuando se dió cuenta de la acción de Regulus.

- Eh... Puedes quedártela si quieres, tengo otra.- Mencionó, sin atreverse a mirarlo a los ojos. Tenía planeado regalarsela a Regulus después de confesarse, pero nada había salido como lo planeó.

Regulus miró la fruta por unos segundos, mientras un leve rubor le teñía las mejillas.

- Teneo, ¿sabes lo que en Grecia significa lanzar al suelo una manzana y que ruede hasta los pies de alguien?- Preguntó Regulus.

Teneo negó con la cabeza, él no había nacido en Grecia y tenía apenas un par de años viviendo en el Santuario, había muchas costumbres que desconocía aún.

- Pues... Aquí eso es una declaración de amor.- Explicó Regulus con su típica sonrisa, haciendo que las mejillas de Teneo se pusieran tan rojas como la manzana que Regulus sostenía en sus manos.- Si alguien lanza una manzana roja al suelo, y hace que ruede hasta los pies de otra persona, se puede interpretar como una de la de amor.- Añadió, acercándose al Omega, poniéndolo aún más nervioso.- Y... Si la otra persona recoge la manzana, significa que acepta la declaración y corresponde los sentimientos de quién le lanzó la manzana.

- Regulus, yo...

- Lo siento.- Rió nervioso el castaño, rascándose la nuca.- Quizás lo malinterpreté.- Añadió, intentando devolver la fruta.

- No... No lo malinterpretaste.- Murmuraron Teneo, captando la atención de Regulus.- No sabía eso de las manzanas, y no tenía planeado hacerlo así, pero... Me gustas.

Regulus sonrió, con un suave rubor en las mejillas. Le dió un pequeño e inocente beso en la mejilla a Teneo, y después mordió la manzana.

- En ese caso, la recogí. Ya sabes lo que significa.- Sonrío Regulus, guiñando un ojo.

Teneo sintió un pequeño revoloteo en el estómago, una enorme sonrisa se dibujó en sus labios y asintió.

- Vamos. Sino tu maestro va a querer colgarme del árbol más alto que encuentre.- Bromeó Regulus, tomándole de la mano.

Teneo solo rió bajo, y caminó tomado de la mano de Regulus.

Era poco común que un Omega le declarara su amor a un Alpha, pero a Regulus no le importaba. Teneo le gustaba desde hace mucho, y estaba feliz de saberse correspondido.

Flufftober 2022: Saint Seiya Shipps Donde viven las historias. Descúbrelo ahora