Día 27: "Jamás he hablado de ésto"

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Shipp: Kardia x Asmita

Universo de The Lost Canvas.// Omegaverse.// Cambio en el cannon.// Headcanon

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Cómo era hasta cierto punto habitual en ellos, habían decidido salir a beber a la taberna del pueblo. Nada fuera de lo común, habían tenido que escabullirse y burlar a unos cuantos guardias y al patriarca, pero vaya sorpresa se llevaron al llegar a su preciado santuario de alcohol y compañía de una noche.

- Alacrán, ¿estás viendo lo mismo que yo?- Murmuró el guardián de la cuarta casa a su cómplice de copas y salidas.

- Creo que sí...

Asmita, el arisco caballero de Virgo, que nunca salía de su templo y tenía extraños hábitos. Aquel Omega de cabellos rubios y apariencia de ángel, con actitud arrogante y juzgador con todos, aquel que más de una vez se enorgullecía de ser la perfección de pie, estaba ahí... En aquel lugar donde solían ir, y que tantas veces criticó por asistir.

- No sé tú, pero éste no se me escapa.- Sonrío burlón Manigoldo.- Tan correcto siempre y de pronto se aparece en una taberna... Oportunidades como ésta no se presentan dos veces.

- Ey, contrólate.- Retuvo el escorpión a su acompañante.- Será un estirado y pretencioso de lo peor, pero no deja de ser uno de los favoritos del patriarca, uno de los santos más fuertes, y más importante: símbolo de la pureza, así que ni se te ocurra intentar llevártelo a la cama, a menos que quieras terminar más muerto que vivo.

- ¿Por quién me tomas?- Respondió el italiano.- A ese yo no lo toco ni con un palo. Solo voy a joderlo un rato. El niño de oro del viejo no es tan santo después de todo.

Después de eso, Manigoldo, ni lento ni perezoso, fue corriendo hasta el banco frente a la barra en el que estaba Asmita con un tarro de cerveza en la mano. Kardia solo rodó los ojos y fue detrás de Manigoldo sin prisas, hasta él sabía que existían límites que era mejor no rebasar, pero el cangrejo parecía no pensar igual.

- Vaya, vaya, pero miren qué tenemos aquí...- Canturreó con burla el guardián de cáncer, acercándose por la espalda del rubio.- Asmita de Virgo, el santo de oro que se jacta de ser perfecto... ¿A qué debemos el honor de que se mezcle con los viles y mundanos mortales, su santidad?

- Púdrete, Cáncer.- Respondió el rubio, con un tono de rabia inusual en él.

- Uy, la virgen está de mal humor hoy.- Siguió Manigoldo.- ¿Está buena la cerveza?, se ve que ya le tomaste cariño.

Asmita no respondió nada, solo gruñó y le dió otro trago al tarro de cerveza.

Kardia sentía que algo ocurría con el Omega, Virgo no actuaba de esa forma. Definitivamente, algo terrible debía suceder como para que abandonara su templo, y peor aún, estuviera ahí bebiendo, y sin callar a Manigoldo con algún argumento sólido y contundente.

- A ver, a ver, ¿qué te pasa?- Preguntó Manigoldo, probablemente dándose cuenta de lo mismo que Kardia.

- ¿Por qué no te metes en tus propios asuntos?- Respondió el rubio.

- ¿Quién eres y qué hiciste con el odioso de Asmita?- Insistió Manigoldo.- El estirado que conocemos no vendría aquí, ni mucho menos bebería una sola gota de alcohol, así su vida dependiera de ello.

Asmita le dió un último trago al tarro de cerveza en su mano, para después levantarse de golpe, visiblemente enfurecido.

Manigoldo se quedó callado, impactado por la reacción del rubio, al igual que Kardia. Ninguno se atrevió a mover un solo músculo.

Flufftober 2022: Saint Seiya Shipps Donde viven las historias. Descúbrelo ahora