Capítulo 9

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Después de aquella despedida, comenzaron el camino a la nueva aldea. La curiosidad de Hinata por saber que había en aquella carta era mucha, pero sabía que eso eran cosas privadas que ella no debía saber.

La azabache acabó recostándose en el pecho del Uchiha mientras que no veía nada y simplemente escuchaba el corazón del joven latir, con aquellos latidos la calmaba y solo la hacía concentrarse en ellos. Por otra parte, el azabache no dejaba de sentir esos cosquilleos en su estómago debido a aquella cercanía con la joven.

El camino se les hizo muy largo, pese a ir a buen ritmo, lo bueno era que estaban tranquilos y que nada les perturbaba. Durante el camino, se notaban los estragos del temporal ocurrido hace dos días, debido a la cantidad de ramas caídas. Iban a paso tranquilo y finalmente notó como la joven parecía empezar a quedarse dormida, por lo que él le rodeó la cintura con un brazo para que no se cayera del caballo, aquello despertó momentáneamente a la joven, pero finalmente se quedó dormida mientras que la agarraba.

No sabía qué era lo que le había llevado a ayudar a aquella chica. Seguramente había sido porque no se había resistido a él, no había forcejeado y le dio bastante pena que hubiese aceptado su destino tan rápidamente y luego que se enfermase de aquella manera. Por eso quiso ayudarla, se parecía bastante a él, fuerte, pero con debilidades. Al fin y al cabo eran humanos y también cometían errores, pero al revés que él, ella no había cometido atrocidades y no era merecedora de aquello que le estaba pasando.

Después de unas dos horas la joven se despertó al ver que el joven había parado el caballo.

-¿Pasa algo, Sasuke? – Preguntó algo asustada porque ella no podía ver si es que pasaba algo.

No obtuvo respuesta a su pregunta y eso la sorprendió bastante, ya que él siempre le contestaba todo. En contra de lo que tenía que hacer se quitó la venda de los ojos de un tirón y, aunque la luz le cegó, intentó enfocar todo bien, pero le costó unos segundos poder hacerlo en condiciones. Delante de ella se encontraba una yegua acostada y mirándolos fijamente, no entendía realmente porque habían parado. La joven bajó del corcel y se acercó poco a poco a ella.

-Hinata, aléjate de ella – advirtió el azabache mirando como caminaba hacía ella a paso lento -.

-Podría estar herida – contestó Hinata escuchado como él se bajaba de su caballo-. Por favor déjame a mi.

-No Hinata a ti te matará – contestó enfadado mirándola y entonces fue cuando ella se dio la vuelta y lo miró con una mirada bastante penetrante que podría darle hasta miedo-.

La joven se siguió acercando y cuando estaba a un metro se agachó quedando a la altura de la yegua, la miró detenidamente para ver si estaba herida y si que lo estaba, seguramente llegaría desde muy lejos porque parecía estar muy cansada. La azabache estiró la mano hacía el animal, no tenía miedo de lo que pudiese pasar, aun así la yegua la mirada de mala manera y hasta Sasuke pensó que lo que iba a hacer era darle un mordisco y no ponerle el hocico debajo de su mano.

Fue entonces cuando la joven se acercó más a la yegua y pudo observar mejor las heridas que tenía, las cuales eran superficiales y suponía que hechas por las ramas bajas de algunos árboles. Probablemente había estado huyendo de algún lugar y debido a la velocidad ni siquiera se había parado al sentir las heridas. Al acercarse Sasuke, enseguida la yegua se puso a la defensiva levantándose, lo cual hizo que Hinata también se levantase.

Destinos cruzados (SasuHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora