Destinos cruzados (SasuHina)

Capítulo 18

Unos pequeños toques en la puerta lo hicieron despertarse, dado la poca iluminación que tenía la habitación supo que aún estaba amaneciendo. Antes de levantarse comprobó que la muchacha se encontraba completamente dormida aún y que los golpes en la puerta no la habían despertado. El día anterior, fue bastante cansado para ellos debido a que habían tenido que estar encerrados en aquel lugar, la joven había aprovechado para aprender a cocinar, ya que la buena mujer le había enseñado a hacerlo. Sasuke se acercó a la puerta y al abrir vio a Shonji en ella.

-Buenos días, la señora ya está preparando el desayuno, partiremos en cuanto desayunemos y preparemos los caballos, Makura está cerca y nos conviene llegar hoy - pronunció el hombre en tono amable-. Según el pergamino que mi gente dejó en la posada nos esperaran allí.

-De acuerdo, despertaré a Hinata - el guía después de escuchar aquello se marchó dejando así que Sasuke pudiese cerrar la puerta-.

Se acercó a Hinata en completo sigilo, quería despertarla de manera calmada para que no se levantase sobresaltada, había estado teniendo pesadillas toda la noche, lo único bueno era que pese a ellas no se había despertado como la última noche que habían dormido en el pasto. Comenzó a acariciarle el rostro con los dedos esperando que se despertase, había observado que en ciertos lugares de su rostro el paso de sus dedos le hacían cosquillas porque sonreía dormida.

-¿Es hora de levantarse ya? - Preguntó en un susurro la muchacha mientras que sonreía aun con los ojos cerrados, ya que sabía que ese tacto era el de su esposo.

-Si, tenemos que prepararnos - el tono de voz de Sasuke era sosegado, aunque aún tuviese un deje de frialdad-.

-Está bien - dijo la joven abriendo los ojos y viendo el rostro de su esposo apoyado en el filo de la cama-.

Sasuke, aprovechando la posición en la que se encontraba Hinata posó sus labios en su frente para posteriormente ponerse en pie y caminar hacia su ropa. Aquel acto hizo que las mejillas de la muchacha se sonrojasen, pero no tardó tampoco en levantarse de la cama y caminar hacia su ropa. Al terminar de vestirse, hicieron la cama entre los dos y al terminar amarró su cabello en una coleta alta. Al volverse vio que su esposo ya la esperaba para salir de la habitación, así que se acercó y ambos abandonaron la habitación camino al salón, en el que ya los esperaban todos para tomar el desayuno.

Tomaron el desayuno que la mujer les había preparado, el cual estaba delicioso y agradecieron los tres a la buena mujer. El hijo de sus hospedadores la observaba mientras comía sin quitarle el ojo de encima, aquella sensación no le gustaba en absoluto, ya que la hacía sentir mal y desconfiaba de él. Ella no lo miraba, pero sabía que eran sus ojos los que estaban clavados en su persona, esa era la única parte de su estancia que no le había gustado en lo absoluto, aquel muchacho se la pasaba mirandola, pero nunca decía nada. Después del desayuno salieron con sus cosas hacia el establo mientras eran guiados por el primo de su madre, el cual ya se había encargado amablemente de preparar todo. Sasuke se había montado ya en Alatreon, pero se quedó observando al hombre, el cual se había acercado a su esposa antes de que pudiese subirse y parecía estar susurrandole algo.

Cuando ella ya estuvo montada, todo estaba listo para que partiesen así que así lo hicieron, salieron del establo y prosiguieron su camino hacia Makura. Poco a poco fueron subiendo el empinado camino que se les avecinaba, el cielo amanecía de nuevo encapotado como todos los últimos días. El camino no podían hacerlo cabalgando así que solamente llevaban un ligero trote que los hacía estar más prevenidos de lo que pasaba a su alrededor, ya que aquel camino era más tortuoso que el anterior, aunque ellos no lo quisiesen admitir deberían de tener mucho más cuidado del que tenían. Realmente, habían juntado el cuidado con la rapidez, ya que la ventisca podría volver en esos momentos o no aparecer hasta dentro de dos días, era algo impredecible salvo que las temperaturas caían en picado.