Destinos cruzados (SasuHina)

Capítulo 31

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Gracias

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El pequeño al ver a Sasuke a lo lejos, se quedó por unos segundos estático hasta que se escuchó un: "¡Papá!". Se notaba que se había puesto feliz al encontrarlo y había salido a correr a su encuentro. Aquella imagen le llenó el corazón de felicidad a Hinata, ya que ver al pequeño así de feliz la alegraba mucho.

Sasuke agarró a Shoku en el aire cuando saltó hacia él. Hinata los veía abrazarse con todo el cariño que se tenían e, inevitablemente, pensó en si así sería si ellos tenían un hijo. Ella negó con la cabeza intentando que se le fuera ese pensamiento de la cabeza porque ni siquiera sabía cómo se iba a tomar que le dijera que volviera con ella. Verlo allí le había hecho pensar en dos cosas, una que él había ido más lento porque sabía que tenía tiempo antes de que volviera a salir el barco o dos que había llegado y que estaba de vuelta para ir con ellos de nuevo. La segunda le hacía palpitar fuerte el corazón, porque significaba que había vuelto por ellos y porque quería quedarse, aunque dentro de eso podría haber vuelto solo porque no quería ir a su clan.

Ella lo miraba y mientras que abrazaba a Shoku él le había empezado a mirar desde la lejanía y eso la hacía tener un cosquilleo en el estómago, debido a que la estaba mirando de forma penetrante y como si la estuviera atravesando o como si pudiera ver a través de ella.

Para él verla allí había sido una completa y absoluta sorpresa, porque esperaba encontrarla en el pueblo, no había pensado encontrarla en el camino. Apenas habían dormido a unos metros y ni siquiera se habían dado cuenta. Hinata estaba hermosa y al mirarla a los ojos supo que se encontraba feliz. Se preguntaba porque ni siquiera se había acercado a él, pero supuso que no quería ser imprudente y precipitarse con él.

De repente algo les llamó la atención a los dos. Ambos corceles se estaban acercando el uno al otro, cuando ya estuvieron cerca empezaron a darse cariñitos el uno al otro. Después de eso las miradas de ambos esposos se cruzaron y empezaron a caminar para acortar la distancia. Sasuke iba con Shoku en brazos, no quería separarse. Cuando acortaron la distancia Hinata lo terminó abrazando a él y a Shoku de forma conjunta. Sasuke la rodeó con su brazo libre y la atrajo hacia él.

Habían echado tanto de menos sentir el calor del otro, que aquello casi parecía un sueño del que iban a despertar en cualquier momento y que volverían a estar sin el otro, pero si ese sueño acababa aun así pronto estarían de nuevo juntos eso lo tenían claro.

-¿Podemos volver a casa papá? - La vocecita del pequeño les enterneció el corazón.

-Claro, vamos a volver a casa- aquello ilusionó al pequeño e hizo que a ella le diera un vuelco el estómago de la felicidad -.

-Pero, no te vas a tu casa, ¿verdad papi? - El pequeño parecía querer asegurarse de lo que estaba diciendo.

-No Shoku, voy a nuestra casa.

Sasuke los apretó un poco contra sí y, en vista de que Shoku no quería separarse de él, se montó en su caballo una vez que había visto que Hinata tenía todo recogido. Ella se montó en su yegua y ambos empezaron a cabalgar, tenían ganas de llegar ya a casa, pero aun así tardarían en llegar medio día a esa velocidad.