Princesa Traidora

llegada

- Navier, puedo entrar- era muy temprano y la princesa decidió ir a ver a su cuñada pues bien sabía que el reclamo que hizo su hermano no solo fue para ella si no también para Navier.

-claro princesa que pasa.- Dabria se sorprendió, Navier nunca le llamaba por su título a menos que estuvieran en público
-paso algo con Sovieshu?- Navier dejo los papeles que estaba revisando - cómo los sabes?
- vino anoche conmigo, supongo que te reclamo de la rata- el desprecio brotaba de las palabras de la princesa.
Antes de que Navier le reprochará una dama de compañía entro buscando a la princesa.

-su alteza, hay nuevos rumores sobre la amante de su majestad
-eso no me interesa lady Cady, estoy arta de esa mujer.
-es que... Princesa estos la involucran a usted y a su majestad la emperatriz. La princesa le indico que siguiera hablando- bueno pues ayer el emperador envío un sillón a su amante y se dice por todo el palacio que usted y la emperatriz fueron reprendidas por culpa de ella, todos en el palacio dicen que lady Rashta le está quitando todo el amor de su hermano.
-No hay tiempo de desmentir eso, que lo sigan diciendo al final no es del todo una mentira- soltó un suspiro- tengo trabajo así que me retiro con permiso Navier.
Salió hacia su oficina hecha una furia, la cual se esfumó al ver a su amigo emplumado esperándola en su escritorio.

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-volviste pronto- exclamó acariciando sus plumas- trajiste algún recado para mí???
El ave le extendió su pata mostrando una carta que fue arrebatada de inmediato por la princesa

(Me parece perfecta su idea, así que le diré que no pertenezco al oriente solo soy un visitante. Es su turno de darme una pista así que... Porque no me dice algo sobre su aspecto físico?? )

Por primera vez en el día Dabria se sintió relajada y entusiasmada, lo único que la sacaba del martirio que sentía eran esas cartas que enviaba con un desconocido y el ave de este. Estuvo escribiendo su respuesta con una sonrisa y comenzó a jugar un rato con el ave para pasar el tiempo

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Los días pasaron rápido y por fin llegó la ceremonia de año nuevo, así que eso significaba recibir a los invitados junto con los emperadores, cómo princesa heredera era mi deber, por suerte no había muchos invitados importantes este año así que no tenía que estar mucho tiempo con mi hermano

- habrán paso para el principe Heinrey del imperio occidente- el príncipe desfilaba hacia nosotros por la gran alfombra, lo analice un momento, los rumores sobre su belleza no le hacían justicia, era realmente bello, pero sinceramente eso no me  importaba mucho, al igual que yo era el primero en la línea de sucesión en su imperio y gracias a ello muchos nobles ven favorable que ambos tengamos algun tipo de relación para en el futuro ambos reinos se unan, aunque eso es muy improbable, el está rodeado de rumores que desprestigian su imagen y un compromiso era casi imposible sin mencionar que nosotros ya nos conociamos, el fue un compañero en la academia de magia, nunca supe bien que es lo que estudiaba ya que al igual que mis clases las de el eran confidenciales, nadie sabía de ellas o al menos nadie sabe que fuimos estudiantes de la academia, pero aún así tuvimos algunas clases juntos y en cierto punto nos volvimos muy cercanos, aún que la academia nos prohibió divulgar sobre nuestros encuentros, incluso a nuestras familias eso provocó una gran separación pero aún así lo aprecio mucho fue un gran amigo durante mi estadía en la academia.
Me sorprendió mucho verlo, cambio mucho desde nuestra adolescencia, pero me sorprendió más el como saludo, se inco frente a Navier y beso su mano.
- Mi reina, es un placer conocerla. Luego se acercó a mi y me sorprendió con un saludo informal.

- princesa- me reverencio y luego me abrazo y me giro en el aire, saludo que por supuesto correspondí.

-principe Heinrey es un honor volver a verlo.- mi hermano me veía interrogante y en sus ojos detonaba la furia. Era claro que estaba en problemas pero no me importo mucho estaba más concentrada en el caballero que acompañaba a mi viejo amigo, era muy atractivo, tenía el cabello azulado, se veía serio, pero sus ojos grisáceos parecían invitarte a descubrir los secretos que guardaban.