67
✥—————————✥————————-✥
* * *
- No hay ninguna bicicleta.
Ashley, que se preparaba para ir a la escuela por la mañana, se sorprendió por la repentina llamada de Coy, pero pronto sonrió.
"Bueno, es una gran cosa. ¿Qué ha pasado?"
El plan de contingencia le vino inmediatamente a la mente, pero preguntó sin prisas. Coy dudó y no pudo hablar con facilidad.
- Bueno, quiero decir, en tu casa... creo que la dejé.
"Oh, Dios mío...."
Ashley dejó escapar un fuerte suspiro a propósito. Fue delante de él que Coy estaba tan apenado que estaba perdido. Ante su respuesta sudorosa, incapaz de decir que lo levantara, Ashley dejó de burlarse y sugirió con voz amable
"De acuerdo, Coy. Estaré allí".
- ¿De verdad? ¿Puedo?
Gritó Coy con alegría, y luego volvió a preguntar con ansiedad.
- Si llegas tarde...
"Todavía tenemos tiempo, así que está bien".
Ashley escupió una bocanada de espuma de pasta de dientes y continuó.
"Siempre puedo verte en el lugar donde siempre te dejo, ¿no? Será dentro de media hora".
- Ah, sí. Eso es.
Añadió en voz baja Coy, que contestó apresuradamente.
- Gracias, Ash...
"Está bien, Coy. Te veré más tarde".
Después de colgar el teléfono refrescándose, se enjuagó rápidamente la boca y salió del baño. Hoy tiene un día estupendo. El sol es más brillante que de costumbre, el viento es suave y el cielo es tan azul.
Además, Coy lo ha llamado temprano por la mañana y le ha dicho que lo recoja.
Tarde o temprano, iba a decirle a Coy que lo recogería por la mañana. Es natural como novio si no tienes coche. En realidad, le gustaría recogerlo aunque tenga coche.
No es suficiente verlo en la escuela por la mañana. Quería ver su cara cinco minutos antes. Llevaba pantalones vaqueros y zapatillas de deporte, como siempre, con su camiseta de mano sobre la cabeza. Se sentía tan ligero de pies mientras bajaba las escaleras, después de cargar con su mochila.
A partir de hoy, iba a recogerlo poco a poco cada día.
Salió silbando antes de darse cuenta, buscó su bicicleta a su alrededor. La bicicleta estaba en el lugar donde Coy dijo. Sólo que no era una bicicleta de chatarra que Ashley conociera.
"... ¿Eh?"
Ashley estaba desconcertado por la inesperada situación. La bicicleta apoyada en una pared de la mansión era nueva, incomparable a la de Coy. Se preguntaba si era correcto decir eso, pero no podía haber otra bicicleta que aquella.
Mirando de cerca, Ashley frunció el ceño. Esta bicicleta le resulta familiar en alguna parte.
La ha visto en alguna parte...?
En cuanto hizo memoria, comprobó que había una pegatina de un gato en el manillar. Era el personaje felino favorito de Ariel. Fue entonces cuando el recuerdo volvió por completo. Era una bicicleta que Ariel utilizaba hasta que se compró un coche.
¿Qué pasa con esto, Coy?
Ashley sacó su móvil y llamó a Coy, aunque sabía que no había nada más. Ashley preguntó, como siempre, a la voz de Coy, que se escuchó después de unos pitidos.