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"¿Qué?"
Coy, que dejó la lata vacía, hizo un ruido extraño. Anticipándose a la sombría situación, Ashley dejó escapar un suspiro frustrante. Coy dijo, mirando a Ashley con los ojos ya empañados por el alcohol.
"Esto es un poco extraño".
"Es porque es alcohol".
Ashley frunció el ceño mientras se echaba el pelo hacia atrás.
"Lo sabrás cuando lo huelas".
Coy, que le miraba parpadeando, no tardó en revolotear.
"Así es. No me extraña que me zumbaba la nariz".
Ashley se sintió avergonzado por las risitas de Coy, quejándose. Era la primera vez que veía a alguien borracho. ¿Se supone que el alcohol emborracha tan rápido?
Sacudió la lata por si acaso, y también estaba vacía. No sabía que se emborracharía tanto con sólo una lata de cerveza. Quizá sea porque es la primera vez que la bebe.
De todos modos, tenemos que arreglar las cosas.
"¿Qué?"
Pensó Ashley de la forma más racional posible. Aunque no tenía intención de beber, tenía que asumir la responsabilidad porque era su culpa.
Serían los empleados los que pusieron el alcohol en la nevera. Puede que lo pusieran para beber mientras estaban de servicio, o puede que sólo lo pusieran por si entraba un cliente para combinar el color. No era el "por qué" lo que importaba ahora. Ashley suspiró ante Coy, que no dejaba de reírse.
Parece estar de buen humor.
Ashley sonrió con amargura ante el ocasional parpadeo de las orejas. Puede que se sienta culpable después de que se le pase la borrachera, pero él y Coy eran los únicos que conocían la situación, así que no había ninguna filtración. Por supuesto, Ashley también tenía que responsabilizarse de Coy ahora, en lugar de hacer un escándalo por algunas de sus responsabilidades.
"Despierta, Coy. No te acuestes aquí, te vas a resfriar".
"¿Eh? Uh... uh..."
Coy resollaba con un sonido extraño. Ashley suspiró y lo abrazó.
"Ugh".
Era mucho más ligero de lo que pensaba, así que casi me duele la espalda. Ashley, que soltó un gemido de sorpresa, miró a Coy, que se reía. Coy seguía riendo sin conocer su ritmo.
"Ashii, estoy flotando".
"Supongo que sí, porque es verdad".
Ashley siguió adelante, contestando sin cuidado. Mientras entraba en la mansión, Coy seguía balbuceando.
"Es increíble. Siento como si alguien volara conmigo".
¿No estás borracho?
Ashley no tardó en fruncir el ceño y mirar con recelo a Coy. Tan pronto como estaba a punto de subir las escaleras, Coy giró repentinamente su brazo.
"¡Oh, hola!"
Coy soltó una risita mientras Ashley, sorprendido, se apresuraba a fijarlo.
"Volé, volé, volé, volé".
"Si vuelves a beber".
Amenazó Ashley, pero Coy no le hizo caso.
"Soy un astronauta. Me convertí en astronauta".