[Nando x Leo] Amor Entre Épocas

Voy a protegerte, chisguete

Habían regresado a Puebla desde hace unos meses, pensando que podría tener una vida "normal" las burlas volvieron, los golpes e insultos. Generando problemas alimenticios y psicológicos que le resulta difícil hablarlo con su familia y amigos.

Los primeros rayos del sol se reflejaron en Puebla, despertando al menor de los San Juan, dos horas de sueño no lo ayudaban y hacia muy notorias sus ojeras.

Volteó a ver la cama de Nando, quien roncaba algo alto y con las sábanas sobre el suelo. Este entre abrió los ojos notando la ausencia de su hermano y el rugido de su estómago.

L:(la hora del desayuno lo despertara...).

Pensó en el pasillo, encerrando se en el baño mirándose fijamente en el espejo, las cicatrices en sus aventuras, las cortadas y moretones junto con varios raspones.

L:(todo va a estar bien...).

Esa frase la repetía constantemente, rogando poder tener tranquilidad y algunas horas de sueño. Saliendo de sus pensamientos oyendo el llamado del mayor a desayunar.

Pasaron unos minutos hasta que se dirigió a la cocina, Nando coloco un plato de comida notando su expresión de desánimo. Dándole un pequeño beso en su mejilla y alborotando sus cabellos, se alegro por su pequeña sonrisa.

N:-le sonrió- buenos días, chisguete.

L: buenos días, Nando..

Apenas tocó el plato, a comparación de su hermano que se devoró tres. Era su turno de repartir, tras varios días de cubrir sus entregas, el mayor lo mando sin entender el motivo.

La 1 PM...

El cansancio se apoderaba de el estando limpiando la cocina, Nando escuchaba los golpes en las paredes o otras cosas. Al atender a los clientes se le dificultó ir con su hermano.

N:-preocupado-¿Leo, estás bien?. -tomando el rostro del menor entre sus manos, Leo asintió con un trapo húmedo en su mano.-

L: solo es un golpe...

N: haber... Presta.

Entregándole el trapo empezó a limpiar la herida en su frente, sus esfuerzos por animarlo no resultaron y solo se alejo con la canasta a entregar los pedidos.

Narra Leo

Podía sentir las miradas de todos sobre mi, como si estuvieran juzgandome...

No quiero estar aquí... No voy a llorar...

¿Por qué no puedo ser normal...?

Oír varios pasos detrás de mi, me alarmaron y empecé a apresurarme. Me detuve frente a unos hombres, quienes se alejaron al visualizar las sombras de esos chicos.

??:¡¡Vuelve aquí!!.

???:¡¡¡Bicho raro!!!.

Kevin, Joaquín, Thomas y Agustín.. parece que me perseguiran.. hasta que muera...

T:¡¡Parece que trajiste comida, buen chico!!

Me sonrió con burla, mientras el resto me quito la canasta a la fuerza, para después golpear mi estómago. Caí de rodillas sobre el suelo.

K:¡¡Maldito asqueroso!!.

Thomas jalo de mi cabello, con la vista clavada en mi.

Sus ojos... Siempre me generaban miedo...

A:¡¡¡Muérete de una vez!!!.

T:¡¡Imbécil, eres un estorbo!!.

Gritaban sin dejar de golpearme, ¿Por qué.. siempre es lo mismo...?, Nadie va a ayudarme.. estoy lejos de mi casa y la zona segura del pueblo...