Solo necesito a mi hermano

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Narra Nando

Era una tarde tranquila y fría, estaba en el lago sentado en una piedra, mi cabeza daba vueltas. Sin saber cómo sentirme, salí de mi casa usando un abrigo e ignorando todo a mi alrededor.

No sabía que me provocaba este estado de ánimo, sentía dolor y soledad, quería hablar con alguien para desahogarme y no hay nadie a mi alrededor. Supongo que nunca tengo palabras realmente buenas que decir.

"Si sigues con tus bromas estarás solo..."

"Solo eres un egoísta..."

"Nunca serás amado por nadie..."

Siempre dicen que no se hacer nada bien.. que solo estoy de más en la familia... Las lágrimas se acumularon en mis ojos, empecé a gritar con fuerza y dolor, la lluvia caía mezclándose con mis lágrimas, era tan doloroso este sentimiento que me deje caer de rodillas, golpeando fuertemente la piedra, lastimando mis manos.

Nando...

Narrador

El mencionado escucho una suave voz, levantándose de golpe observando a su hermano a pocos metros de distancia, preocupado y confundido, corrió hasta el abrazándolo elevándolo del suelo, Leo correspondió inmediatamente, oyendo a su hermano llorar con fuerza.

N:-entre lágrimas- Ya no lo soporto... -se estremeció del frío, buscando calor en los brazos de su hermano.-

L:¿Quieres hablar..?. -pregunto preocupado.-

N:-nego con la cabeza-...

L: vámonos a casa, para curar tus manos y no enfermarnos.

N:-suspira- Está bien...

Nando bajo a su hermano, a pesar de querer abrazarlo más tiempo, aunque tenía razón sus manos le dolían bastante y se mojaron mucho por la lluvia de camino a casa.

En la sala, Nando ignoro los regaños de su abuela subiendo directamente al cuarto, dejando la ropa mojada en la estufa, Leo lo defendió diciendo que fue por su culpa llevándose parte del castigo.

El castaño menor curo sus heridas, mientras llevo el botiquín de primeros auxilios al baño, Nando hundió la cabeza entre sus manos aún oyendo las voces de aquellos que siempre lo menospreciaban.

Leo tomo con delicadeza sus manos, sintiendo un tanto tenso a Nando, quien dirigió su mirada a él con lágrimas en sus ojos, el menor le sonrió dulcemente, queriendo calmarlo.

N:¿Piensas que soy inútil?. -decaído, aparto la vista.-

L: no, ¿Por qué?. -confundido, acariciando su mejilla.-

N: me estás mintiendo... -bajo la cabeza, sosteniendo las manos del menor.-

L:-no sabía el por qué de su estado de ánimo.- Nando, ¿Que es lo que sientes?.


N:-susurrando- Me siento inútil...

L: no lo eres...

N: entonces... ¿Por qué la gente me hace sentir así?.

L:-abrazo a su hermano como si fuera la última vez que lo viera.- La gente dice esas cosas lastimando a otros a propósito o sin darse cuenta, hiriendo nuestros sentimientos, provocando que cualquier intento por encajar no valga la pena.

N:-Nando correspondió aferrándose bastante a él.- chisguete, ¿Tu te sentiste así, verdad?. -culpando se de los incidentes anteriores a la Nahuala, por primera vez sintió una mínima parte del dolor que había causado en su propio hermano.-


Nando empezó a sollozar escondiendo su cabeza en el hombro de su hermano y lo sentandolo en su regazo.

N: chisguete, ¿Tu te sentiste así, verdad?. -comento sobando su espalda.-

L:-suspira- Si, esas palabras y burlas aumentaban mi inseguridad, miedos, todo se generaba muy tedioso en cierto punto.

N: perdóname... Eso siempre fue mi culpa, creando tus inseguridades y esas cosas.

L: eso ya no importa, porque ya te perdone, ¿Quieres saber mi opinión sobre ti?.

N: si... -secando sus lágrimas.-

L: eres el mejor, a pesar de las burlas, a pesar de todas las cosas del pasado... Te esfuerzas mucho en mejorar e incluso me defiendes ante cualquier situación. -su tono tan tranquilo, mientras sonreía dulcemente, hizo sentir extraño al castaño mayor.-

Nando temblaba al escuchar las palabras provenientes del menor, nunca le había dicho como se sentía el desde que sus padres murieron.

L: yo sé de lo que eres capaz, no me abandonaste en mis últimas aventuras aún sabiendo los riesgos y me salvaste la vida. Es normal sentirse de ese modo, recuerda que siempre estaré contigo hasta en el peor momento.

N:-susurrando- Eso lo sé. -sollozaba en silencio por las palabras de su hermano, se sentía bastante contento de recibir una opinión muy alentadora de su pequeño.-

L:-envolvía sus brazos alrededor del cuello de su hermano acurrucándose en su hombro.- Te quiero hermano... Estoy feliz de que estés conmigo. -sonrió levemente, secando las pequeñas gotas que se deslizaron de sus ojos.-


N: te quiero chisguete... ¿Enserio crees todo eso de mi...?. -pregunto, acomodando a Leo entre sus brazos.-

L: sí lo creo. -soltando un bostezo.-

N: gracias hermanito. -observó a su hermano quien tenía sus ojos entre abiertos con una sonrisa dulce en su rostro.- No te duermas.

L:-le sonrió, un tanto adormecido.- Estoy cómodo.

Nando se rió un poco, secándose las lágrimas y le dió un beso en la mejilla al menor, Leo solo sonrió cerrando sus ojos.

N:¿Quieres dormir un rato?.

L:-asiente-...

N:¿Te llevo a tu cama si quieres?-un poco desanimado, por tener que soltarlo.-

L: no, me quiero quedar así. -murmuro.- Contigo. -quedándose dormido entre sus brazos.-

N:-le sonrió- Claro que sí. -se acostó en su cama con su hermano sobre su pecho, acariciando suavemente su rostro.-

Su hermano menor lo hacía sentirse tan bien y seguro consigo mismo. Era un talento especial de su parte, hacerlo sentirse valioso, seguro, fuerte e importante de una manera inexplicable.

"Solo necesito a mi hermano..."

[Nando x Leo] Amor Entre Épocas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora