...solo hay vacio.

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El rostro de Tom se iluminó con las palabras de Misha, sonrió abiertamente y tomó a Misha por los codos.
-¿Me estas dando una oportunidad?
-Estoy siguiendo el consejo de muchos, supongo que es lo mejor.- se encogió de hombros.- Tendrás que trabajar desde cero Thomas, me vas a invitar al cine, me invitaras un café, me llevaras a cenar... - contó con los dedos.- ...vas hacerlo todo otra vez.
Tom estampó sus labios con los de ella dejándola atolondrada.
-Gracias. Gracias.
-No hagas que me arrepienta.
-No lo harás, estoy seguro que nos amaremos más que la ultima vez y seremos más felices y...
-¿Tom? Ya vete.
-De acuerdo.- agachó la cabeza como niño regañado y abrió la puerta de un tirón.- Te veré esta noche, paso por ti a eso de las 7.

Misha asintió con una sola cabezada y sonrió de lado. Cerró la puerta tras Tom y se recargó en ella dejando salir un profundo suspiro. Tendría una primera cita, una segunda primera cita.
La puerta fue empujada con fuerza sobre humana y ocasionó que Misha diera un traspié y casi caía al suelo, Anna había entrado apresuradamente cerrando la puerta tras ella.

-¿A caso vi a Tom salir de aquí?- preguntó con los ojos como platos.
-Si, estuvo aquí unos momentos y después se fue. Oye, tienes demasiada fuerza para tu altura y estado, ¿eh?- caminó hasta su escritorio de nuevo.
-Lo siento Mish, era la urgencia de saber... ¿Que ha pasado? ¿No era Jane la que quería verte?
-Si pero Thomas nos interrumpió.- se quedo pensando un momento antes de añadir.-¿Él y Jane siempre se llevaron mal?
Ana se quedó pensando por un momento pero al final añadió:
-No, no que yo sepa. Cuando solíamos salir de fiesta siempre los vi llevarse bien pero hubo un momento, cuando empezaron los trámites de divorcio, Tom se empezó alejar, tanto de ella como de nosotros. Fue entonces que lo busqué para expresarle mi apoyo... Misha no me vayas a odiar, pero yo siempre apoyé a Tom en todo esto yo no quería que ese separaran...
-Anna no te preocupes, lo entiendo perfectamente. Al contrario, quiero decir gracias por intentar salvar algo que al final de cuentas pues... cedió, o así lo hice por estúpida. Kevin tiene razón, debí haber investigado antes.- ocultó su cara entre las manos pero en seguida sintió a Anna apartarlas.
-No digo que lo que hayas hecho estuvo bien, pero si tienes una oportunidad de remendarlo esta vez no te equivoques.- la miró convencida de sus palabras y los ojos de Misha comenzaron a humedecerse.- Tú en tu dolor y desesperación optaste por lo que creías mas correcto, por lo que creías que sería un escape de tanto dolor y tanta desolación. Pero al final de cuentas ese escape sólo trajo más dolor y más decisiones que lamentar, Misha eres mi amiga y te quiero muchísimo pero tienes que prometerme que esta vez no te vas equivocar.

Misha guardó silencio, se limpió las lágrimas y después de un momento observó los ojos de su amiga fijamente y asintió. Anna sonrío satisfecha y después de darle un efusivo abrazo a su amiga salió de su oficina para seguir con sus deberes.
El resto de la mañana Misha tenía la mente en la conversación con su amiga pelirroja y casi no se podía concentrar en lo que hacia, decidió darse por vencida casi al caer la tarde. Anna le había dicho que podía marcharse cuando quisiera una vez que hubiera terminado su trabajo pero Misha no se sentía con ánimos de seguir intentando retomar sus obligaciones así que decidió salir a tomar aire fresco.
Tomó su abrigo y su bolso y se dirigió a la oficina de Anna.

-¿Ya te vas?- preguntó la pelirroja una vez que Misha se paró frente a ella.
-En realidad si, mi cabeza no da para mas y quería preguntar si puedo...
-De acuerdo, vete. Retomas mañana, ¿está bien?- preguntó con una sonrisa indulgente en el rostro y Misha agradeció bastante.
-Gracias. Una cosa más, ¿podrías darme la dirección de la casas de Thomas?
Anna sonrió emocionada y tomó su pequeño bloc de notas autoadhesivas para escribir los datos de Tom. No solo la dirección de su residencia si no también la de los estudios donde estaba grabando actualmente así como su teléfono móvil.
-¡Vete ya!- ordenó con un movimiento de muñeca y Misha salió de su oficina sumamente divertida y caminó por el pasillo hasta el ascensor.
-¡Andy tienes la tarde libre!- gritó antes de que las puertas del ascensor se cerrarán por completo y lo ultimo que vio fue a una confundida Andy con la pluma en una mano y una libreta en la otra.

Sufrir por su piel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora