Dirty Little Secrets.

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"Voy en camino"

Rezaba el mensaje de texto que Tom recibió a la mañana siguiente, había olvidado por completo que Juliane iría al Plaza a aclarar toda la situación que en parte lo había orillado junto a Misha al borde del divorcio.

Era temprano por la mañana, Tom había pasado la noche en el hospital junto con Peter para estar al pendiente de la salud de Misha, no quería apartarse ni un segundo de ella. Pero desgraciadamente su trabajo se lo impedía, por eso en cuanto el sol dio sus primeros indicios de despertar corrió hasta su departamento a ducharse y prepararse para otro día de grabación.

Tom ya estaba apunto de salir usando su teléfono le notificó el mensaje entrante, rápidamente contestó con pesadez:

"Cambio de planes, no es necesario"

Salió de su departamento esperando que ese día todo fuera normal a pesar de la preocupación que le aquejaba por su esposa. Aún resonaban en su cabeza las palabras que la noche anterior Margaret le había dicho en cuanto a su situación con Misha. Pero, ¿y si Misha no quería ser reconquistada? Ya, sus suegros le habían dicho que ella aún lo amaba pero Tom sabía que a veces se requieren grandes sacrificios para ser feliz, ¿y si ella decidía sacrificar su matrimonio y todo lo que sentía por él para poder ser feliz? No, Tom agitó la cabeza para alejar ese absurdo pensamiento, en cuanto Misha se recuperara Tom haría hasta lo imposible por recuperarla, de eso estaba completamente seguro.

Mientras tanto en el hospital, Anna llegó acompañada de Jane puesto que Kevin debía ir a la oficina a resolver algunos asuntos. Se dirigieron al piso de Misha, en donde estaba Peter fuera de la habitación con los brazos cruzados y recargado en la pared contigua.

-Hola, ¿alguna novedad?- Saludó Jane entregándole un vaso de cartón con café.

-Ninguna, la operación fue bastante bien así que ya la han dormido.- respondió Peter abrazando a ambas chicas a modo de saludo.

-¿Es completamente seguro ese procedimiento?- preguntó Anna pasándose un dedo por la barbilla.

-Los médicos dijeron que si, es para que sus sistemas se tranquilicen. Durará unas cuantas semanas.

Jane soltó un suspiro resignado, desde el principio no le había caído nada bien la idea de poner en coma a su mejor amiga.

-¿Dónde está Thomas?- preguntó momentos después cuando hubo recorrido el pasillo con la mirada intentado encontrarlo.

-Tenía que irse a grabar, pero en cuanto salga se vendrá para acá.- respondió Peter sentándose en las sillas e invitado a Anna a sentarse a su lado.

-Oh, creí que estaba adentro.- miró su reloj de pulsera y después sacó su móvil del maletín para enviar un mensaje.

-No, le están haciendo limpieza y me pidieron que esperara aquí.- se encogió de hombros y a Jane le pareció que tenía un niño pequeño frente a ella.

-¿El pequeño Tommy vendrá?- preguntó refiriéndose a William. Le gustaba llamarle así puesto que el parecido con su padre era enorme.

-No creo Jane,- terció Anna.- No es sitio para un bebé, además Misha no podría... ya sabes, tenerlo en brazos y así.- agachó la mirada para que ninguno de los dos viera que se le habían llenado los ojos de lágrimas, culpaba enormemente a las hormonas prenatales por sus cambios de humor y sobre todo por su sensibilidad. Peter se percató del asunto y pasó un brazo por los hombros de Anna.

-¿Cómo vas con el embarazo, querida?- preguntó con tono paternal. Anna levantó la vista y sonrió tímidamente.

-Es como si corriera todo el tiempo Peter.- respondió quejumbrosa.-Me canso cada vez más rápido y ya no puedo hacer las cosas como antes. Es terrible.- ocultó la cara entre las manos y comenzó a llorar.- Soy una mala persona.

Sufrir por su piel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora