Wild Blood +18 [Completada]

11

Roxana

Hemos llegado a Jamaica y pues los nervios solo crecen en mi interior. Nos bajamos del avión e inmediatamente Jimin toma mi mano, subimos a un auto y este nos llevó hasta el hotel.

Ya era de noche y yo tenía mucho sueño, apenas llegamos al hotel Jimin entró a darse un baño y yo caí en los brazos de Morfeo rápidamente.

Me levanté al día siguiente, los rayos del sol pasaban por las cortinas de la habitación y al voltear a mi lado izquierdo veo a Jimin durmiendo sin camisa. ¡Dios!

Deje una nota y bajé a la cafetería del hotel ya que tenía mucha hambre y de la nada me llega el olor a frutas pasas y a dátiles.

Se que este olor se me hace familiar, lo he olido antes solo que no se dónde. Decido ordenar y veo como un hombre de unos 40 años que parece Europeo se sienta en la silla frente a mí.

—¿Estás solita, preciosa? —se inclina un poco haciendo que ambos brazos queden sobre la mesa.

—No, mi esposo aún duerme —lo miro— Estamos de luna de miel.

—¿Te casaste? —levanta una ceja y ahora recuesta tu espalda en el respaldar.

—¿Acaso lo conozco? Porque me está hablando con mucha confianza y parece como se me conociera.

—Oh cariño, te conozco. Eras una niña apenas pero tú olor me dió a entender que eras tú.

—¿Yo qué? ¿Cómo me conoce?

Cuando él me iba responder la voz de Jimin hace eco en el comedor.

—¡Roxana! —el llega corriendo y apenas mis ojos lo miran veo que su mirada está en el señor frente a mí— ¿Y este?

—Amor, que bueno que despiertas, este es... Disculpa pero no sé su nombre.

—Es Max.

—Soy Jimin, su esposo.

—Un placer, Jimin. Tiene una hermosa mujer a su lado. Aunque no sepa todo su pasado.

—Se que ella es lobo y usted también —Jimin gruñe— Y se que usted también sabe que soy un lobo... ¿Acaso quiere una pelea de Alfas?

—¿Un lobo? ¿Alfa? —pregunte confundida.

—Así es preciosa, soy un lobo para ser exactos un Alfa y te conozco cuando eras pequeña, tú olor es inconfundible, por ese olor hice todo para obtenerlo, pero pensaba que era tu madre pero resulta que eras tú.

—¿¡Mi madre!? ¿¡Qué le pasó a madre!?

—No esta viva si es lo que crees y si quieres saber tendrás que venir conmigo.

—No iré con usted sin mi esposo —el se levanta de la silla.

—Pues entonces me retiro preciosa, que bueno fue verte de nuevo.

—Perdone si no puedo decir lo mismo de usted.

Max sonríe y se retira y cuándo siento que puedo expulsar todo el aire de mis pulmones.

—¿Por qué bajaste sola?

—Lo siento estabas durmiendo así que no quise despertarte, como no sabía hasta que hora te habías quedado despierto.

Él se levanta de su asiento y me abraza y besa mi frente.

—No me vuelvas a hacer eso y menos ahora que está ese Max merodeando... Prometelo.

—Lo prometo —digo devolviendo el abrazo.

Luego de allí, decidimos subir a las habitaciones para cambiarnos, aún no me acostumbro así que me cambié en el baño para cuando salí el look de Jimin me dejó sin habla.

Este hombre es hermoso de pies a cabeza, creo que debo estar tan roja como un tomate por qué el no deja de reírse.

Decidimos caminar por la cuidad para conocerla y luego iremos a la playa, Jimin me toma de la mano mientras vamos viendo cada tienda, las chicas lo miran y algunas no disimulan un poco, así que abracé el brazo izquierdo de Jimin, no se porque lo hago, mi cuerpo se mueve solo.

—Solo te amo a tí —las palabras de Jimin me sacan de mis pensamientos.

—¿Qué? —pregunte como si no lo hubiera escuchado cuando en realidad si lo hice.

El sonríe y se acerca para darme un beso, ni tan dulce ni tan fuerte, luego de separarse lame sus labios y la verdad eso hizo que una corriente recorriera mi cuerpo hasta llegar a mí zona íntima.

Luego en la playa fue lo mismo, todas las chicas se lo comen con los ojos, no pude evitar gruñir, creo que fue la loba dentro de mí. Lo peor es que Jimin lo escuchó así que sonríe.

—Te ves hermosa celosa —de la nada sus ojos dulces e inocentes cambian a modo depredador y cazador, mi cuerpo tiembla ante su mirada fija en mí.

Se lo que quiere, ya Ari me dijo lo lujuriosos que los lobos son, así que lo que quiere es consumar este matrimonio y hacerme suya, marcarme como suya, aunque aún marca está en mi cuerpo en el momento que me muerde, la marca que quiere hacerme ahora es una totalmente diferente.

Él se acerca a mi boca y deja un beso en este que me deja deseando más. ¿Qué me está haciendo? ¿Por qué de la nada solo pienso en comérmelo, en que me haga suya? ¿Será la marca en mi piel que me hace tener todos estos sentimientos? ¿Ari pasó por lo mismo?

Mientras estoy pensando noto que las chicas se han ido después del beso que Jimin me dió. Pasamos esa tarde en la playa y la verdad es que me divertí mucho con Jimin, luego fuimos cada uno a las duchas para quitarnos el agua salada.

Al subir a la habitación dejo mi bolso de mano al lado de mi maleta y mi espalda está dándole hacia Jimin, dejo de escucharlo cuando me sorprendió con un beso en mis hombros.

—¿J-Jimin? —sus labios no dejan mis hombros sino que suben a mi cuello haciendo que jadee ante su toque.

Me aferró a la mesa sintiendo como las manos de Jimin tocan a los costados de mi cuerpo, sus manos se meten delicadamente dentro de mí blusa. De la nada me voltea bruscamente y me sienta en la mesa para besarme o más bien devorarme, los besos eran sonoros y llenos de saliva excitandome aún más.

Los gemidos salían solos de mi boca, no podía articular nada, porque entre la lengua de Jimin haciendo magia en mi boca sus manos tocaban mi piel mandando corrientes eléctricas por mi cuerpo. La primera de mis prendas se va, levanta mis brazos y la retira de mi, quedando solo con la parte de arriba del traje de baño.

—Eres mía —se acerca a mi oído y lo susurra— Solo mía.

La verdad es que la loba en mi salto de alegría al oír que su alfa la desea y la marca como suya. Y a mí no puedo negar que también me gustó.

—Te lo haré toda la noche —lame sus labios —Y sin descansar. ¿Estás lista, nena?