Capitulo 21

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Llegaron a una habitación vacía, donde el sonido y los bullicios no se escuchaban.

Lo más curioso de la habitación es que solo había tres sillas y un escritorio, como si estuviera preparado solo para ellos.

Madara se sentó en una de las sillas e hizo un gesto para que los dos jóvenes lo imitaran, algo que hicieron rápidamente.

- ¿Quieren algo de beber? – pregunto Madara mientras abría uno de los cajones y sacaba una botella de ron.

-Sasuke es menor de edad – contesto Naruto.

Madara solo sonrió y señalo al rubio - ¿Y usted? –

-Me pongo muy mal cuando bebo y también, aunque quisiera…- Naruto se calló abruptamente y miro de reojo al azabache.

Sasuke apretó su mano – Tío, la razón por la que necesito tu ayuda es para proteger a mi familia –

-¿Tu familia? Eres demasiado joven para tener una – Madara le dio un sorbo a la botella – si se trata de tu madre, sabes que de eso no te tienes que preocupar –

-Se que mi madre estará bajo tu cuidado y es algo que agradezco, pero mi prometido – Miro hacia Naruto – esta esperando un hijo mío –

Madara al escuchar eso, escupió el ron como si estuviera tomando agua sucia y miro a los jóvenes con sorpresa.

-¿Un bebé? –

Ambos asintieron.

-Dios – Madara se levanto de la silla y rodeo el escritorio solo para acercarse a Naruto – Lleva años que no tenemos un bebé en la familia ¿Cuántos meses tienes? –

-Tengo apenas un mes –

-Un mes – murmuro Madara – es apenas un frijol ¿Puedo? –

Naruto no supo a que se refería, pero aun así asintió.

Madara sonrió y puso una mano en el vientre plano del rubio. No se podía sentir nada, pero solo al imaginar que un bebé estaba creciendo, lo hizo sonreír más.

-Tienes mucha suerte –

Naruto miro los ojos profundos de Madara, sus pupilas brillaban como un niño pequeño viendo su juguete favorito.

-¿Le gustan los bebés? –

Madara aparto su mano y asintió – Me gustan, lamentablemente cuando nació Sasuke estaba viviendo en América, por lo que no pude disfrutar de mi sobrino como se debe –

Sasuke no respondió.

-Pero ahora, estaré más tiempo y podre disfrutar de mi sobrino –

Esas palabras hicieron que Sasuke se alertara y miro su tío con curiosidad.

Madara supo leer su mirada y asintió con la cabeza – Esta bien, te prestare mi fuerza hasta que cumplas la mayoría de edad –

Sasuke inclino la cabeza y agradeció a su tío.

Naruto también le dio las gracias con una gran sonrisa que mostraba todos los dientes.

Madara se rio e invito a la pareja a quedarse a dormir y les advirtió que no aceptaba un no por respuesta.

- ¿Y bien? ¿Qué es eso del matrimonio? – pregunto Naruto después de unas horas.

Los dos estaban en la habitación de invitados y donde solo había una cama matrimonial.

Sasuke vio la expresión curiosa del rubio, su corazón no pudo evitar agitarse, pensando que su prometido era el ser más hermoso que haya existido.

- ¿No estas esperando un hijo mío? Es normal que después de tener un bebé sigue el matrimonio – Sasuke explico – Nos casaremos, después de todo este país legalizo el matrimonio entre personas del mismo sexo debido a que algunos hombres pueden procrear –

- ¿De verdad quieres casarte conmigo? – Naruto seguía sin entender, Sasuke todavía era muy joven y su corazón podía cambiar durante el tiempo.

- ¿Por qué sigues estando inseguro de mis sentimientos? Creí que ya lo tenías en claro y que por fin me habías aceptado –

-Lo siento, todavía tengo una pequeña espina de la duda – confeso Naruto – tratare de no pensar en eso y ver por nuestro futuro –

-Bien – Sasuke le dio un beso en la frente – Mañana tienes que renunciar a tu trabajo –

Naruto se atraganto con su propia saliva – Mañana ¿Tengo que ir personal? –

-¿Mmm? –

El rubio no quería encontrarse con ese tipo, ni siquiera tenia las agallas de ver a sus compañeros a excepción de Shikamaru.

-Olvídalo, iré – Naruto se cubrió con la mano su vientre plano.

Sasuke miro su movimiento y resoplo ligeramente, necesitaba hacer algo contra ese tipo antes de que sobrepasara más los límites.

Cuando Naruto despertó, ya no había oscuridad nocturna frente a él. Un ligero rayo dorado de luz matutina entraba por las rendijas de las cortinas desabrochadas, el aire olía a yerbas frescas que nunca había tenido la oportunidad de oler y la espalda no le dolía tanto como cuando dormía en la dura cama de madera.

Su teléfono ya se había descargado y no había reloj en la habitación de invitados. No tenia idea de cuanto había dormido hoy, ya que Sasuke no estaba a su lado. Aun así, tenía pensando ir a la oficina temprano, por lo que se levantó rápidamente.

Después de lavarse, Naruto encontró un conjunto de ropa en el armario y se cambió. La ropa que había en el armario fue enviada por el tío Madara la noche anterior, y cuando la puso sobre su cuello, percibió un leve olor a suavizante en ella. Sabia que tenia anemia, pero nunca pensó que estuviera tan delgado, ya que la ropa estaba un poco floja y descolgada.

“¿Mi bebé estará bien?”

¿Desde cuando me deje de cuidar?”

No pudo evitar de repetir las preguntas.

Cuando salió de la habitación de invitados, una cocinera estaba ocupada en la amplia cocina de espaldas a él. Sin voltear la cabeza, le dio los “buenos días” cuando lo escucho bajar.

-Buenos días ¿Dónde están todos? –

-La mayoría regreso a casa, los señores se encuentran en la oficina del señor Uchiha –

-Bien – Naruto miro el reloj en la pared.

Todavía era temprano, por lo que Naruto se sintió ligeramente aliviado. Como los demás estaban ocupados, decidió esperar, así que agarro un pastelito con merengue del plato de la mesa de centro y se sentó en el sofá para dar un pequeño bocado.

La cocinera fijo su vista en él cuando se dio la vuelta para llevar los platos a la mesa y dijo – Oh, ¿Por qué estas comiendo dulces tan temprano? Tienes hambre ¿Verdad? Es hora de comer –

Naruto apretó el pastelito que acababa de comer, sin saber si debía seguir comiendo o dejarlo.

La cocinera sonrió – Ya que el joven no tiene nada que hacer, por favor puede ir y pedirles a los señores que bajen a desayunar –














































































Amor a la MedidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora